Capítulo Dieciséis

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Desde que la profesora nos había comido la oreja para que hiciéramos cosas especiales en la graduación, Andreas y yo nos habíamos quedado a cuadros. Estábamos en blanco. Habíamos intentado pensar en algo que fuera significativo, pero entre los exámenes y demás, no habíamos dado con nada.

Cuando el otro día le enseñé a Andy el vídeo de mis padres había hasta llorado. Es que es normal, era una maravilla. Era perfección. Así que aceptó de inmediato cuando le propuse hacer nuestra propia versión, aunque no estaba muy seguro de bailar, pero le dije que podía moverse simplemente con el violín.

Andreas se pasó toda la semana intentado sacar las notas de las melodías y yo aprendiéndome la canción y el baile para adaptarlo al violín y a nosotros mismos.

Cuanto más ensayábamos más éramos capaces de entender el significado de la obra, los sentimientos que desbordaba y la intensidad del momento, aunque supongo que se debe a que nosotros dos estábamos en una situación similar a la de mis padres. Me refiero a eso del amor.

El día que acabaron los exámenes ambos salimos corriendo para aprovechar el tiempo en la sala ya que habiendo aprobado todo, no teníamos que preocuparnos de nada más:

- Dios, Jungkook, estoy agotado –dijo sentándose en el suelo.

- Ya lo tenemos todo listo. Ha merecido la pena –me eché en el suelo.

- Desde luego, no pensé que podríamos llegar a amoldarnos tan bien.

- Sí, es genial –sonreí.

El silencio reinó en el lugar por unos minutos en los que solo se oían nuestras respiraciones:

- Ya... -habló Andy-. Ya mañana nos graduamos, por fin.

Sabía el tono que había utilizado para decir aquello. Ambos estábamos felices por haberlo conseguido, pero también significaba nuestra separación. A pesar de que aparentaba que no me afectaba tanto, la verdad es que lo que intentaba era evitar pensar en eso. Llegado el momento, Andreas se tendría que ir y no sabía si realmente quería que llegase el día de la graduación, porque a cada minuto lo sentía más lejos aunque estuviese junto a mí:

- Ey, Jung –sentí un peso extra en mi abdomen.

Miré al frente y me encontré con la sonrisa de Andreas. Yo también sonreí, pero con tristeza, porque había adivinado lo que estaba pensando:

- Todavía no me he ido, no pongas esa cara –me pellizcó el moflete.

- Lo sé Andy, pero eso no quita el hecho de que cada día signifique uno menos.

- No te voy a mentir, esta situación tampoco me agrada, pero intento pensar en que cuanto antes llegue el momento antes pasará todo esto.

- Es una buena forma de verlo –asentí.

La fina mano de mi amigo me acarició la mejilla y se acercó a mí juntando nuestros labios. Cuando se fue a separar, yo lo besé esta vez intensificando el contacto como una manera de rebelarme a la inevitable separación:

- Todo estará bien –susurró sobre mis labios.

- Eso espero –sonreí agradecido por el tierno gesto.





Miré hacia el escenario que habían montado en el instituto para esta noche y los nervios me asaltaron:

- Me voy a morir, de verdad –me volví hacia mis padres.

Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora