Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}

Capítulo Diecisiete

Estoy nervioso, demasiado nervioso. Nerviosísimo. La calma perdida. ¿Os he dicho que estoy nervioso? Mucho, lo suficientemente mucho como para decir bastante. Eso es. Por encima de lo bastante.

Miré los dos anillos que tenía que llevar. Jamás me cansaría de mirarlos. Eran brillantes, deslumbrantes, sofisticados, hermosos, preciosos... Ahí va Jungkook nervioso otra vez. Respiré tan hondo como la corbata me lo permitió. El traje ya me estaba dando calor. Normal, no me había estado quieto ni cinco minutos:

- Jungkook, calma –oí la voz de Andy riendo a mis espaldas.

- Es que es un momento muy importante para mis padres.

- Parece que eres tú el que se va a casar –sonrió y yo me sonrojé.

Si eso había sido una indirecta me llegó de lleno. Pero me gustaba, había que admitirlo:

- Estás muy guapo –se acercó a mí.

- Tú también –sonreí mirándolo a los ojos-. Aunque siempre te ves genial.

- Gracias –agachó la mirada tímido.

Le sujeté el mentón para levantar su rostro y me acerqué a sus labios depositando un pequeño beso:

- Melocotón –solté una risita.

- Ya sabes que me gusta llevarlo siempre –se refirió a sus labios.

- Precioso –le besé de nuevo. Sabía bien-. Andy, ¿recuerdas lo que te dije hace tiempo?

- ¿El qué? –ladeó la cabeza como un niño curioso.

- Lo de mis padres.

- Si consigo que mis padres vuelvan juntos contrato a tu madre para que haga una fiesta en mi honor –dije divertido.

- Ella encantada –rio-. Sabes que te adora y mi padre también, eres como su segundo hijo.

- Lo recuerdo –sonrió con nostalgia.

- Parece mentira que al final aquello se haya hecho realidad. No se cómo agradecerle a tu madre que nos ayudara a organizar la boda.

- Cuando se lo dije saltó eufórica. Le hizo tanta ilusión que aceptó sin pensárselo, así que también me alegro de que esté feliz de organizarla. Sé que esto también es un momento especial en tu vida Jungkook y me alegro de que mis padres y yo podamos compartirlo con ustedes. Hemos sido amigos desde hace mucho tiempo así que creo que somos como una pequeña familia.

- Sí, tienes razón. Somos una familia.

La boda la había organizado la madre de Andreas. Mis padres querían una ceremonia íntima con sus amigos. No buscaban realizar el evento del siglo. De hecho, estuvimos mirando los lugares más escondidos posibles para evitar a los periodistas, aunque a estas alturas ya debían sospecharlo. Ella había acatado todos los detalles a la perfección e incluso más. Era toda una experta.

El lugar era increíble. Un pequeño hotel rural que contaba con un extenso jardín botánico en donde se habían colocado todos los adornos, las sillas y demás. El colorido marco floral le daba un toque mágico a la ceremonia y el contraste con el rojo de la alfombra lo hacía, a su vez, elegante.

El hotel había proporcionado el catering y había organizado la pequeña fiesta de después. Cada invitado tenía una noche pagada aquí, así que podían beber y comer a su gusto: