- ¿Pa? –lo llamé al ver que estaba perdido en sí mismo. No había tocado el almuerzo aun.
- ¿Qué pasó, cariño?
- ¿Puedo ir después a casa de Andy?
- Sí... -pareció dudarlo y miró al plato de comida. Otra vez.
- Papá, ¿estás bien?
- Sí, sí. Pero no vengas muy tarde, ¿de acuerdo?
- Está bien –asentí extrañado.
- De todas formas, si se hace muy tarde me llamas y te voy a buscar.
Desde que le había contado aquello lo notaba más nervioso. No sé qué es lo que hizo ese tal Hoseok en el pasado, pero ya me estaba empezando a fastidiar. Recogí mi plato, lo lavé y cuando me limpié las manos, me despedí de mi padre:
- Adiós, nos vemos después.
- ¿Ya te vas?
- Sí, hoy no tengo nada que hacer, así que aprovecharemos la tarde –dije desde el salón mientras me colgaba la mochila a la espalda.
- Ve con cuidado, Jungkook.
- No te preocupes, papá –aunque sabía que mi padre vivía preocupado.
Bien, rumbo a casa de Andreas. Agradecía que hoy los profesores hubiesen tenido algo de piedad ya extinguida en su trabajo. Hacía mucho que no tenía una tarde libre, así que me dispuse a caminar para disfrutar un poco del aire fresco.
Me bastaron cinco minutos para sentir que alguien me seguía. Otra vez la paranoia de esta mañana. Tenía la sensación de que me miraban y la verdad es que parecían atravesarme la nuca. Miré hacia los lados, pero más allá de los vecinos haciendo sus labores, no había nada extraño. Me encogí de hombros y seguí caminando, pero esta vez, con un poco más de prisa. No estaba de más prevenir.
Después de veinte minutos me encontraba delante de su puerta:
- Buenas tardes, Jungkook. Qué bueno verte por aquí –me saludó el padre de Andy con una sonrisa.
- Buenas tardes, señor Leitner –le devolví el gesto.
- Pasa, pasa –se apartó de la puerta-. Andreas está en su habitación.
- Gracias –le dije y fui directo a buscarlo.
Cuando iba a abrir una dulce melodía llegó a mis oídos. Vaya, hacía mucho tiempo que no lo escuchaba tocar. Entré en silencio para no interrumpirlo y lo vi de espaldas hacia la entrada. Se le veía muy concentrado en la partitura como para darse cuenta de que estaba allí.
Recuerdo las tardes en las que se dedicaba a practicar y yo siempre le decía que me tocara algo. Me entretenía viendo sus movimientos, su manera tan elegante de mover el arco y la sutileza de su arrastre en las cuerdas. Tenía mucho talento.
Sonreí y aplaudí cuando escuché la última nota y mi amigo se dio la vuelta sorprendido:
- Jungkook –suspiró sonriendo-. Eras tú.
- Eso fue maravilloso, Andy.
- Gracias –dijo tímido-. Estaba ensayando algo nuevo.
- Fue hace mucho la última vez que te oí tocar el violín –reí y me senté en su cama.
- La verdad es que sí –dijo dejando el instrumento en la mesa para guardarlo-. No había encontrado un hueco para volver a tocar, así que hoy aproveché.
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Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}
Fiksi PenggemarAhí es donde entro yo. He decidido solucionar esto por mi cuenta y no hay más que hablar.