Capítulo Catorce

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- ¡Por fin, papá! –exclamó Jungkook de forma exagerada-. Tardaste tres años por lo menos.

- Como se nota que estás muy aburrido aquí dentro –sonrió Jimin.

Habían dejado a Jungkook ingresado el fin de semana para que terminara de reponerse. Su padre había estado con él todos los días menos cuando acababan las horas de visita, horas en las que el menor suplicaba a las enfermeras que lo dejaran quedarse más tiempo. Se aburría mucho allí solo y no podía hacer nada.

El doctor había comentado que el cuerpo de su hijo había sanado sin problemas y que, además, de forma bastante rápida:

- ¿Me has traído algo de comer? Hoy me dieron algo muy asqueroso –hizo una mueca.

Jimin se sentó en la silla de siempre y sacó de su bolsillo una chocolatina:

- Toma –se la tendió-. Me he apiadado de ti y tu obsesión por el azúcar.

- Te amo, papi –al joven se le iluminaron los ojos cual niño pequeño y la cogió con rapidez.

- ¿Cómo has estado?

- Perfectamente –dijo con la boca llena de chocolate-. ¿Cuándo me van a dejar salir?

- Cuando venga la enfermera le preguntaré. No la he visto por aquí, así que habrá que esperar.

- ¿Y te han dicho algo de papá?

- No, todavía no puedo ir a verlo –suspiró.

Después de veinticuatro horas, ingresado y sin noticias, el doctor que lo atendía llamó a Jimin y le dijo que Taehyung estaba bien, pero que todavía no podía verlo:

- Pero ya es lunes, deberían decirnos algo –dijo preocupado.

- Lo sé, cariño, pero el doctor dijo que en cuanto pudiéramos nos avisaba rápidamente. Solo podemos esperar.

El menor asintió resignado y disconforme con la situación:

- Por cierto –dijo Jimin-. Ayer hablé con Andreas.

- ¿Con Andy? –cuestionó sorprendido.

- Sí, le dije que te habían ingresado el viernes y que por eso hoy tampoco podrías ir a clase. Estaba hecho una bola de nervios, así que, que no te extrañe que de repent...

- ¡Jungkook! –se abrió la puerta de golpe.

- ¡Andy! –saludó Jungkook divertido y riendo por las palabras de su padre. Parecía que lo había invocado.

El rubio entró como una bala y se lanzó a abrazar a su amigo, el cual le correspondió sin dudarlo:

- Bueno, parejita –dijo Jimin-. Los dejo solos.

Su padre salió dándoles un poco de privacidad. Recorrió con la mirada el pasillo, todavía vacío a esa hora, y suspiró. La última vez que vio a Taehyung fue cuando desapareció siendo llevado por los médicos y todavía tenía el corazón oprimido. La angustia y la tensión que cargaba en su cuerpo no ayudaban para nada y menos aún la incertidumbre de no saber por qué no podía verlo:

- Señor Park –lo llamó una voz bastante ronca.

El nombrado se giró en su dirección:

- ¿Qué ocurre? –preguntó confuso.

- ¿Podemos hablar un minuto?

- Sí –dijo inseguro.

- El culpable ha declarado –el más bajo se tensó-. Ha confesado todo lo que ha hecho y ha pedido perdón, pero creo que eso le corresponde a usted y al señor Taehyung escucharlo.

Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora