Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}

Capítulo Once

Me limpié la cara por milésima vez. Habían pasado tantas horas que ya me ardía de llorar. Miles también fueron las llamadas que le había hecho a mi padre durante toda la noche. No había dormido nada esperando que apareciera por la puerta o que al menos me respondiera algún mensaje.

Apreté fuertemente mis piernas contra el pecho y seguí hundido en ellas, lamentándome:

- Jungkook –oí que me llamó mi padre Jimin, extrañado.

- Papá, no deberías estar levantado –intenté decir lo más claro que pude.

- Cariño –me ignoró, sentándose a mi lado en el sillón-. ¿Qué te ocurre?

- Nada –negué sin levantar la cabeza.

- Hijo, mírame –dijo serio y yo no tuve más remedio que hacerle caso.

Me despegué de mis rodillas con lentitud como si me pesara el alma y es que así era como me sentía. Mi padre se asustó al verme la cara. La irritación y las ojeras no debían de parecer normales:

- ¿Pero qué te ha pasado? ¿No has dormido? –me sujetó el rostro con preocupación.

- Es mi culpa –sollocé.

- ¿El qué cariño?

- Papá Tae.

- ¿Qué pasó con él? –dijo mirando alrededor como si estuviera buscándolo.

- Se fue por mi culpa.

- ¿Qué ha pasado?

- Yo le...grité –desvié la mirada, triste-. Creo que por eso se fue.

- Tu padre no se iría por eso –frunció el ceño-. ¿Ha pasado algo que yo no sepa?

Suspiré:

- Ayer en la actuación, Hoseok estaba entre el público –mi padre se quedó blanco, más todavía-. Papá no quiso decirte nada para no preocuparte, pero yo también lo vi. Le pedí que me explicara de una vez cual era la razón de que esté haciendo todo esto. Pero me dijo que no era un buen momento para hablarlo y yo, bueno, me alteré porque no quiero que ustedes estén sufriendo, pero es que parece que no confían en mí y no me cuentan nada.

- Cariño, eso no es verdad. Confíanos en ti, plenamente, lo que pasa es que es un tema delicado y...

- Lo sé papá, pero es que a mí también me hace daño, porque yo os amo –le miré dolido.

- Cariño, ven aquí –me extendió los brazos y me abrazó.

Me besó la frente y me acarició el costado, haciéndome sentir mejor, porque me sentía bien en sus brazos, siempre había sido así:

- ¿Pasó algo más?

- Se fue.

- ¿Se fue esta mañana?

- No, anoche –noté como mi padre se tensaba.

- ¿Tu padre se fue anoche y no ha vuelto?

- No, no me coge las llamadas ni tampoco me responde los mensajes. He estado toda la noche intentando comunicarme con él para pedirle perdón y que vuelva, pero ni si quiera sé a dónde ha ido.

- Mi amor, él no se fue por eso –se levantó nervioso-. No tienes la culpa de nada y él jamás te la echaría. No se fue porque le gritaras. ¿Te dijo algo antes de salir?

- Sí, que cuidara de ti.

Mi padre apretó los labios en una fina línea y se apresuró escaleras arriba. No entendía nada.