Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}

Capítulo Ocho

- Déjate de rodeos –sonrió, siempre era así.

- Hablo del festival de danza más importante del mundo –rodó los ojos divertido.

- ¿Y qué tiene que ver conmigo? –enarcó una ceja.

- ¿Todavía no te has dado cuenta de quién eres y lo que simbolizas en el arte del baile?

- Yoongi –se quejó-. Sabes que eso no es importante para mí. Nunca he buscado la fama y sabes que detesto a los famositos –torció la boca a disgusto.

- Te recuerdo que tu expareja es famoso –sonrió.

Y Jimin no supo que le dolió más, que nombrara a Taehyung o la palabra expareja:

- No es lo mismo –lo miró molesto.

- ¿Por qué? –sonrió de lado, haciéndolo rabiar.

- Porque Taehyung no es un hipócrita, no es un cínico. No va alardeando de limpiarse el culo con billetes. Él dice lo que siente de verdad, no va haciendo amigos por conveniencia. Tampoco va de prepotente, es la persona más humilde que conozco. Cariñoso, sincero, encantador. Es muy honesto siempre y se dedica en cuerpo y alma a lo que de verdad le gusta y no por el mero hecho de hacer números a final de mes. Taehyung no tiene comparación con esa gente y es la mejor persona que puedes encontrarte en la vida.

- Me alegra ver que sigues enamorado de él –dijo con voz suave y una pequeña sonrisa.

- ¿Qué? –dijo relajando el semblante.

- Parece mentira que no me conozcas. Solo te he provocado para que fueras honesto contigo mismo y arregléis esto de una vez.

- Eres un idiota Min Yoongi –suspiró.

- Eso me has dicho desde que nos conocemos –vaciló.

- Dejemos esto a un lado, ¿a qué has venido exactamente?

- Mira que te gusta apartar los temas que te hacen vulnerable. Tal vez a tu hijo se la cueles, pero a mí no –le guiñó el ojo.

- Yoongi –protestó molesto con sus mejillas sutilmente sonrojadas.

- Vale, vale –alzó la mano antes de que le echara un sermón-. He venido porque me han pedido que seas el invitado especial en la gala. Quieren que inaugure la noche el gran Park Jimin –dijo teatral-. La icónica figura del baile en nuestros tiempos, el bailarín coreano que rompió barreras, el modelo a seguir de muchos y la envidia de otros. El más deseado por las mujeres y el más pajeado por los hombres. Tú y solo tú, mi querido amigo.

- ¿Nunca pensaste en dedicarte al teatro? –bufó ante el numerito.

- Sí, y también pensaba que era heterosexual hasta que vi tu trasero en el instituto moverse de esa forma. Me cambiaste la vida –bromeó-. Aunque sinceramente admito que tienes un culo hermoso. ¿Sabías que quedaste en el primer puesto cuando hicimos la encuesta de quien tenía la mejor trasera? Muchas chicas vinieron a quejarse de por qué les habías arrebatado tú el puesto. Que tiempos –suspiró cual viejo.

- ¿Podemos dejar de hablar de mi culo? –rodó los ojos-. Además, déjame recordarte que nunca me creí eso de que fueras completamente heterosexual.

- Tu trasero me abrió las puertas del armario, que se le va a hacer –se encogió de hombros.

- Te voy a echar de mi casa –lo fulminó con la mirada.

- Ya paro –se puso la mano en el pecho-. Pero como última acotación tengo que reconocer que siento pura envidia del señorito Kim.

- ¡Yoongi! –gritó el ahora pequeño tomate.