Cupid Jeon [VMin] {Corrigiendo}

Capítulo Trece

- ¡Aléjate de mi hijo! –gritó cuando lo vio cerca del menor.

- Jungkook, cariño... -lo llamó Jimin esta vez.

- Papá... -giró con dificultad el rostro debido al dolor y vio a sus padres en la puerta. Intentó sonreír, pero el golpe que le había partido el labio no se lo permitía.

- Vaya, mis dos amigos –sonrió divertido-. Así que me habéis encontrado.

- Serás... –gruñó Yoongi.

- Les daré una buena noticia –dijo acercándose de nuevo al menor-. Al final no he podido probarlo –le sujetó el rostro a Jungkook, quien soltó un quejido de dolor-. Pero ha recibido su merecido por no callarse la boca.

- No hagas ninguna estupidez, la policía está viniendo –advirtió Namjoon.

- Eso dependerá de si hacéis lo que yo os diga.

- No vamos a hacer lo que tú quieras, así que e...

- ¿Seguro? ¿Y qué pasa con el pequeño Jungkook? –se acercó a él desatando las cuerdas de la cama para proseguir con la de los pies-. Levántate –exigió.

El menor intentó moverse, pero las costillas le dolían terriblemente. El abdomen todavía le palpitaba recordando los golpes que había recibido:

- ¡Levántate! –le dio otra cachetada mientras tiraba de su ropa para ponerlo de pie.

- Déja-me... -sollozó el menor.

- ¡No te atrevas a...! –dijo yendo a por él.

- No des ni un paso más, Taehyung.

El nombrado se había quedado estático en el sitio sin poder hacer nada. Hoseok lo había agarrado del cuello y tenía el filo de una navaja tentando la adolorida piel de su hijo:

- Creo que debes plantearte el hacerme caso o tu hijito querido saldrá como un cadáver de esta habitación.

Taehyung apretó los puños reprimiendo la impotencia que lo embargaba en ese momento. Jimin miraba espantado la escena pudiendo apreciar el maltratado cuerpo de su hijo ahora que se había erguido:

- Ponte ahí –le señaló el centro de la habitación.

Él obedeció en contra de su voluntad, pero no podía hacer otra cosa. Su pequeño estaba en peligro y tan solo de ver la sangre manchar su ropa hacía que todo su ser entrara en ebullición:

- Sabes Taehyung –lo miró de arriba abajo-. Todo esto que está pasando es por tu culpa.

El nombrado bajó la cabeza:

- Si te hubieras alejado de Jimin no hubiera pasado nada. Ustedes tenían que haber estado separados desde el principio, pero no, decidieron seguir con su falso amor que no duró nada, ¿no es así Jimin? –lo miró con una sonrisa.

- ¡Taehyung no le escuches! –gritó Jimin enfadado. Se estaba aprovechando de la debilidad de él-. Tú nunca tuviste la culpa, nadie tuvo la culpa de que eso pasara. Solo este infeliz.

- Estoy seguro de que eso no es lo que piensa Taehyung –rio por las palabras del otro padre-. Taehyung prometió protegerte y no lo hizo. Dijo que iba a cuidarte y mira lo que pasó. Luego tuvieron un hijo, ¿y para qué? Para que se volviera a repetir la historia, ¿cierto Jungkookie? –los ojos de Taehyung se aguaron haciendo que la sonrisa del contrario se ensanchara más.

- ¡Basta! ¡Cállate de una vez! ¡Taehyung nada de eso es cierto!

- Vamos Jimin, hay que aceptar la realidad por más que duela. Yo intenté que os dieráis cuenta de que lo vuestro solo era un simple capricho, pero luego tuvo él que pedirte eso –señaló a Taehyung-. Eso fue la gota que colmó el vaso. No podían hacer eso, no podían y tampoco lo iba a permitir. Encima vino este niño –dijo acariciando la mejilla de Jungkook con la afilada navaja-. Pero que osadía por vuestra parte.