Sieben.

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Blue ya conocía los jardines de la mansión y los dormitorios

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Blue ya conocía los jardines de la mansión y los dormitorios. Hank eliminó la idea de mostrarle los salones ya que eventualmente tendría que ir allí a tomar clases, por lo que mientras caminaban sin rumbo, Hank tuvo la brillante idea de llevarla a ver la parte más interesante de aquella rústica y clásica casa.

La chica no pudo evitar quedarse estupefacta ante aquel drástico cambio que la mansión tuvo de un piso de esta a otro. Blue, esperando seguir viendo pisos de madera y muebles con apariencia del siglo pasado, miro asombrada aquel largo pasillo con paredes y piso de metal. Había varias puertas pero la que más llamó su atención fue una circular con sencillos adornos que formaban una X.

–Esta es la –Hank pensó por unos momentos con qué palabra describir lo que era aquella parte de la casa– guarida, cuartel, sala de entrenamiento, entre otras cosas de los X-men. ¿Has oído hablar de nosotros, Blue?

–Claro, han salvado el mundo mil veces. –Blue tocó el frío metal de las paredes solo por curiosidad, confirmando que si era frío al tacto –. Diría que mi favorita es Mystique, pero es la favorita de todos así que diré que es Beast –. Hank no pudo evitar sonreír orgulloso ante aquel comentario.

–¿En serio? ¿Por qué? -Preguntó con la duda consumiéndolo por dentro.

–Porque es azul y me gusta ese color –, explicó –, además cuando pelea se aloca y me parece interesante.

–Blue –. Una voz la llamo, sin embargo al pensar que era Hank la ignoro y espero a que siguiera hablando.

–¿Sabes quién es Beast? –La sonrisa de Hank era algo sospechosa a los ojos de Blue, pero no se imaginaba lo que le diría. A manera de contestación, la chica solamente negó con la cabeza –. Se llama Hank McCoy... Y soy yo.

–Blue –. La misma voz fue ignorada por la chica una vez más.

– Claro, y yo soy Magneto –. Se burlo la adolescente, regresando su atención hacia las múltiples puertas del pasillo.

–No es broma.

–Blue –. ¿Qué demonios pasaba con el eco de aquel lugar?

–Si no es broma, ¿dónde está tu...– Blue se señaló la cara–, tu todo azul?

–Uso un suero para permanecer con mi apariencia humana –. La chica le dedico una sonrisa sarcástica en la que denotaba que no le creía.

–Como que no le creo, profesor. Pero haré como que sí.

–Blue -.

–¿¡Qué!? -Preguntó Blue a Hank creyendo que había sido él quien la había llamado las veces anteriores, levantando el tono de voz un poco desesperada.

–¿Qué de qué? -La expresión en la cara de Hank era de confusión, estaban teniendo una conversación decente y de un momento a otro la alumna la grita.

–Me llamaste, como cinco veces –. Se circo de brazos recargando su peso sobre su pierna izquierda.

–No, no lo hice; solo estábamos hablando –. Ahora quien tenía una mueca de confusión era la chica, sabía que no era el profesor ya que anteriormente había escuchado su voz en su cabeza y estas dos no se parecían. Quizás habría más de un psíquico en la escuela, ese era una explicación razonable.

–Además de Charles, ¿hay más psíquicos en la mansión?

–Solamente Charles y Jean, la chica pelirroja de hace un rato ¿por qué? – Aquella voz no era de chica, era alguien más que trataba de meterse en su cabeza.

–No, por nada. ¿Nos podemos ir? –Hank asintió sin comprender, algo triste por no haber podido mistarle a Blue la sala de entrenamientos ni su laboratorio; sin embargo esto le daba a Hank la excusa perfecta de volver a llevarla a esta parte de la casa.

–Rayos, Blue ¿te vas? –La voz fue ignorada y ambos muchachos regresaron a la parte de la mansión que Blue ya conocía.

Blue Beast || Hank MccoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora