Zwei.

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Hank gruñó desesperado mirando a su alrededor

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Hank gruñó desesperado mirando a su alrededor. Era la tercera vez que el motor para el avión destruido de los X-Men fallaba y Hank pensó que quizás el avión no necesitaba todas las adiciones que tenía en mente. Sí, quería que el avión fuera moderno, rápido, funcional, entre otras cosas, pero era muy complicado tratar de incorporar a un motor común y corriente un reactor de protones para triplicar la potencia estando él solo. Le dio la espalda al motor y escarbó dentro de su mente, esperando encontrar algún dato que le pudiera servir para no volver a fallar. El joven se llevó las manos a las sienes para disminuir el dolor de cabeza que estaba comenzando a molestarle y decidió salir de su laboratorio para tomar un breve descanso.

Se quitó su bata que después de tanto tiempo ya estaba sucia y sin esperar más salió a los verdes jardines de la mansión que le brindaban tanta paz y tranquilidad. Respiró profundamente y su dolor de cabeza ya casi se había ido por completo, ventajas de ser un mutante; pensó.

Mientras Hank caminaba pasaban a su lado los estudiantes, unos tan apurados que corrían hasta dejarlo atrás y otros que se detenían a saludarlo. Llamó su atención una muchacha que acababa de salir a las áreas verdes; su cabello era de un negro muy intenso y parecía cargar consigo una vibra bastante pesada. Era nueva, sin duda, nunca la había visto por la escuela o por el contrario recordaría ese cabello negro que estaba enredado con problemas.

No pasó mucho tiempo para que Hank estuviera a la misma altura de la jovencita, y haciendo uso de su puesto de maestro entabló una conversación. –Buenas tardes, ¿eres nueva en la escuela? –Sin decir nada la chica lo examinó de pies a cabeza. Tenía ojos azules bastante parecidos a los de él, sin embargo varios tonos más brillantes y sin duda más penetrantes -. Mi nombre... -titubeo- mi nombre es Hank Mccoy y soy profesor aquí.

-Genial. –Respondió caminando hacia el frente; Hank intuyó que todavía no se adapta al ambiente de la escuela o que quizás era muy tímida como para querer hacer amigos.

-Bien... - el chico se regañó dentro de su cabeza al no tener algo útil que decirle a la alumna -. Te dejo para que te instales, los dormitorios están por allá -. Después de señalar el área de la mansión donde estos estaban, Hank se dirigió a donde estaba seguro que su amigo Charles estaría. Se dio la vuelta para cerciorarse que todo estaba en orden; la alumna nueva con la que había estado hablando ya no estaba, la notó caminando hacia donde le había indicado y se sintió bien al no haber sido completamente ignorado por la muchacha.

-¡Charles! –Exclamó al ver al profesor sentado detrás de su escritorio con un libro en sus manos -. ¿Hay una alumna nueva? La vi en los jardines y creo que es algo tímida.

-Si... -Comenzó a hablar mientras ponía su libro abajo. –Se trata de Aaaaaahhhh... Blue -. Se corrigió.

-La noté algo distante.

-Efectivamente, Hank y vamos a tener que mantenerla vigilada. Es una mutante bastante poderosa.

-¿Qué es lo que hace? ¿Algo así como el poder de Jean? –Preguntó colocando una mano en su barbilla interesado por la conversación.

-Blue puede controlar ondas electromagnéticas pero no solo eso; ella... -el profesor se quedó callado sin saber si debía revelar el otro poder que Blue tenía; sabía que podía confiar en Hank, sin embargo, sabía que las mutaciones de la chica eran especiales y difíciles de comprender.

-¿No solo eso? – Hank levantó una ceja incitando a Charles a proseguir.

-Blue puede ver el futuro -. Agregó con un deje de duda muy poco convincente, pero Hank decidió no insistir. El joven asintió y cambió el tema comenzando a hablar de el motor del X-Jet que lo tenía tan ocupado.

Lo que Hank no se imaginaba es que la manera en la que Blue veía el futuro no era la que tenía en mente.

Blue Beast || Hank MccoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora