«Me dan miedo mis mutaciones y me da miedo lo que puedo hacer con ellas.
No dejo de pensar que es lo que pasará si algún día llegó a perder el control... ¿Qué pasará si algún día destruyo todo lo que amo, así como lo hizo mi padre?
Miles de voces s...
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Blue miró una vez más al profesor Hank antes de salir de su vista, nunca antes le habían soltado un comentario como aquel y en realidad no le había molestado, sin embargo a la primera mención de la palabra "enamorar", Blue se había sentido fuera de lugar. Blue era joven, era comprensible que jamás hubiera tenido alguien a quien amar y sinceramente el tener una pareja no le ocupaba en lo más mínimo, lo que sucedía con Blue es que tenía muy presente que el amor era algo muy poderoso, más poderoso inclusive que sus mutaciones. Y sí, le temía al amor; sobre todo porque su madre había amado a su padre, su padre la amaba a ella y eso no evitó que la asesinara. Blue era un jovencita atractiva para los ojos de las demas personas, más de una vez se le insinuaron en los lugares de mala muerte que visitaba en su pasado y uno que otro muchacho llamaban su atención por ser guapos, pero nunca los había querido y mucho menos amado. Las únicas personas a las que les dio su amor fueron sus padres, uno de ellos estaba muerto y al otro lo había dejado de amar hace mucho tiempo.
Blue salió de nuevo a los jardines intentando despejar su mente de todo aquello que la estaba preocupando. Llevaba ya varias horas en la escuela y todavía no lograba sentirse cómoda, sabía que no era tan fácil adaptarse a un ambiente tan diferente en poco tiempo; pero nuevamente las altas expectativas que había tenido sobre su integración a la escuela se vieron arruinadas. En lo que llevaba del día se había defraudado por la culpa de una estúpida cama, había conocido a dos chicos con quienes se había sentido incómoda y había huido de un profesor que soltó un comentario bastante extraño. Blue seguía pensando sobre su día cuando hubo varios sucesos que la interrumpieron:
-¡Cuidado! – Escuchó una voz alterada no tan lejos de ella, miró al frente y podo divisar una bola de fuego que viajaba a una velocidad impresionante directamente hacia ella. Torpemente, Blue se quedó pasmada en medio de las escaleras, lo contrario a lo que se supone tuvo que haber hecho. Veía como segundo con segundo aquella luz se acercaba a impactar contra ella. Tan rápido como se había pasmado, sintió como una fuerza invisible la empujaba hacia un lado hasta impactar contra el barandal de piedra de las escaleras. Inmediatamente sintió un dolor en el lado izquierdo de su cuerpo, su cabeza se fue hacia atrás impactando contra un escalón, causando que el dolor en sus costillas se compartiera con su cabeza. Sabía que no se había roto nada, pero un golpe en la cabeza tan duro como aquel que se había dado, podía noquear a cualquiera.
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-¿Hola? –Preguntó una figura borrosa mientras Blue comenzaba a abrir sus ojos azules. Una vez que su vista se adaptó vio una chica pelirroja de ojos azules bastante bonitos. "¿Acaso todos aquí tienen ojos azules?" Pensó al mismo tiempo que se sentaba recargada sobre sus codos -. ¡Despertaste!
-Rayos, mi cabeza -. Llevó su mano a su frente intentando disminuir el dolor punzante que sintió al levantarse.
-No te dolería si te hubieras movido.
-Si, no sé que sucedió. Me quedé en shock -. Blue miró alrededor sin ubicar en donde estaba, la habitación era bastante parecida a la suya pero esta tenía más personalidad; al parecer quien dormía allí había decorado aquellas cuatro paredes a su gusto y con su estilo.
-Menos mal que te empujé, lamento no haber medido la fuerza -. Blue asintió dando a entender que no importaba la fuerza con la que la lanzó, al menos había evitado que Blue fuera calcinada por aquella bola de fuego -. Soy Jean Grey, mucho gusto – sonrió amablemente la pelirroja- y bienvenida a la escuela.
-Mi nombre es Blue y gracias por... ¿salvarme? –Preguntó algo dudosa la chica.
-No hay de que. ¿Blue? ¿Solo Blue? –La mencionada solamente asintió sin decir nada más. Escuchó como alguien tocaba la puerta y en seguida se abría sin esperar que alguien permitiera el paso, Blue dirigió la mirada a la entrada y vio al profesor Hank en ella.
