«Me dan miedo mis mutaciones y me da miedo lo que puedo hacer con ellas.
No dejo de pensar que es lo que pasará si algún día llegó a perder el control... ¿Qué pasará si algún día destruyo todo lo que amo, así como lo hizo mi padre?
Miles de voces s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Blue no tenía un despertador, pero tampoco tenía el sueño pesado y sabía que el ruido ensordecedor que se producía en el pasillo de afuera en la mañana significaba que era hora de salir.
Era el primer día que asistiría a clases como tal y sus expectativas estaban divagando en su cabeza; no sabía si esperar algo bueno o algo malo basándose en el día anterior, que había comenzado pésimo para terminar con una incógnita. ¿Quién se había metido en su cabeza el día anterior? ¿Y qué quería describir estando en su mente?
Hank ya le había dicho que sólo había dos telépatas en la escuela y el hecho de que no hubiese sido ninguno de ellos la inquietaba poco. Blue se planteó la posibilidad de ir a hablar con el profesor Charles sobre su reciente experiencia, sin embargo tenía que le dirigiera la misma mirada lastimosa que el otro profesor le había dedicado el día anterior; la misma mirada que miles de personas le habían dado a lo largo de toda su vida. ¿Y cómo no verla con lastima? Huérfana y mutante; no era la combinación mejor vista por los humanos. Humanos que tenían la pésima costumbre de tener a lo que no entendían y desafortunadamente no Blue entendía su mutación... Y le temía.
La chica no tardó mucho en arreglarse para su primer día de clases; no estaba emocionada ni nerviosa, estaba neutral. No tenía la más mínima idea sobre los temas que iban a enseñarle, contaba con educación básica pero hasta allí. No había tenido el lujo de la preparatoria y por lo tanto temía un poco por ser ridiculizada en las clases. Pero no le importo y rápidamente había llegado a un salón muy parecido a cualquier otra habitación en la mansión: paredes y suelo de madera, un pizarrón de gis y varios asientos donde Blue supuso que debía sentarse y eso hizo.
Varios alumnos entraron al aula, entre ellos los pocos muchachos que había conocido el día anterior. Seguido de los alumnos el profesor hizo su aparición. Y como si es destino estuviese burlándose de ella, el profesor de su primera clase era ni más ni menos que Hank Mccoy.
Lo único que Blue pudo pensar en ese momento fue la mirada que día anterior. Aquellos ojos azules que la miraron confusos, como si estuviera loca... Como si fuese diferente.
