Blue Beast || Hank Mccoy

Dreizehn.

-¿Qué es todo ésto? - Blue se estremeció ante el frio contacto de imanes que Hank le colocaba en puntos claves de la cabeza; levantó la mirada para observar al joven que la preparaba.

-Son lectores de ondas cerebrales -. Dijo en un tono seguro mientras no perdía la concentración ni por un segundo; evitaba que sus ojos miraran a los de Blue ya que de lo contrario tendría que comenzar de nuevo al distraerse. -Me ayudarán a registrar tus cambios en los hemisferios y tus signos vitales.

-Está bien-. Dijo sin más.

-Blue...- Hank la miró mientras en su voz se lograba notar un deje de nervios y titubeo- ¿puedo...? -Mencionó mientras hacía señas y movimientos que Blue no comprendió del todo.

- ¿Qué?

-¿Puedo poner... -Blue asintió indicando que terminara la pregunta - éste sensor en... allí? -Dijo al mismo tiempo que señalaba su propio pecho sobre el lugar donde íba el conector. Blue se limitó a asentir mientras un color rojo se pintaba en sus pálidas mejillas.

Hank se inclinó para quedar a la misma altura de las joven quien lo miraba con mucha atención; parecía cuidar cada uno de los movimientos del chico a quien le temblaban las manos tan delicadamente que a duras penas se notaba. Se miraron a los ojos por apenas un segundo; dos tonos de azules tan diferentes pero que compartían tanto. Hank bajó la mirada al pecho de Blue y delicadamente colocó el imán en su sitio. La chica suspiró ante el frió del objeto y de la mano de Hank quien sonrió de una manera burlona.

-¿Frío? -Le dijo para aminorar la pensión el el ambiente; la pequeña asintió con una diminuta sonrisa dibujada en su rostro.

-¿Éstá todo listo, Hank? -Exclamó el Profesor Xavier mientras las puertas de metal del salón de entrenamiento se abrían y el entraba.

-Afirmativo -, le contestó sin dejar de mirar a la chica en la silla. - ¿Estás lista? -Le preguntó en apenas un susurro.

-Sí.

-Anya lo que vamos a hacer es pedirte que utilices tus poderes. Hank se encargará de monitorear tu progreso. Si en algún momento sientes que es demasiado, avísanos -. La habitación se quedó en mudecida; Blue miraba a Charles como si acabara de traicionarla de la peor manera.

-¿A... Anya? -Preguntó Hank temeroso de entrometerse en algo.

-Blue -. Respondió ignorando que había cometido un error, esperando que así Hank no preguntara más allá de eso, sin embargo el nombre no dejó de resonar en la cabeza del muchacho hasta varios días después. -Vamos a comenzar.

&

-¿Blue?

Aquella voz se escuchó tan lejana que apenas se esucucho como un murmullo. Ante Blue apareció el mismo escenario que nunca dejaba sus sueños, los escombros y las cenizas que nunca cambiaban de lugar; el mismo sonido de soledad que taladraba sus oidos y la sensasión de miedo que jamás la dejaría en paz.

Y allí se encontraba otra vez; el escenario de la muerte de su madre y el abandono de su padre. Sabiendo perfectamente que vendría a continuación Blue cubrió sus oídos para no escuchar los gritos de su madre, ya no quería escucharla sufrir. Pero esos gritos nunca se escucharon.

La chica forzó la mirada para divisar dónde yacían los restos de su casa pero a kilómetros no se veía nada. Era el mismo escenario pero todo era diferente. Blue se sentó en el suelo con las rodillas abrazadas entre sus brazos, cerró los ojos deseando salir de aquella pesadilla que la atormentaba.

Pasaron minutos y nada parecía cambiar; hasta que a la distancia se esucharon pasos que se arrastraban por el suelo. Temerosa, la chica levantó la mirada y pudo ver a un hombre que se aproximaba a ella.

Blue se levantó de donde estaba y allí mismo se quedó de pie. El hombre no dejaba de caminar. Los minutos pasaron hasta que aquel hombre se sentró a pocos metros de ella. Fue cuando lo vio...

-¿Papá?

Oigannnnn, sé que soy la peor escritora y mis habitos de constancia son horribles jaja. No tengo excusas hacía más de un año que no actualizaba. No vengo a darles falsas promesas de cuándo actualizaré pero procuraré no dejarlas colgadas por un año...