Capitulo 17: Y la caja de Pandora... se abrió

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holaa holas aqui yo de vuelta con un nuevo capitulo, es junio el mes de estos tortolitos y como lo prometido es deuda los dejó con la continuación.

Mattana

Presente

Cerro la llave de la ducha, sentía la cabeza pesada y esta comenzaba a darle vueltas, con dificultad salió del baño hasta que sintió desvanecerse....

- ¡Takafumi! - sintió como lo sujetaban evitando su caída - ¿Querido te encuentras bien?

- ¿Saya? - sus ojos azules se dirigieron a la mujer que preocupadamente lo observaba - Lo siento.... Estoy bien, es solo que me maree por estar mucho tiempo en el baño

- De eso nada, ¿no te has visto en el espejo? ¡estas pálido! - dejo que el peliazul se recargara sobre ella y aunque insistía en que se podía mantener erguido no lo soltó hasta llegar a su habitación, para fortuna de Yokozawa, la pequeña Hiyo había ido a su habitación y lo que menos deseaba era preocuparla a ella también - Ahora quédate aquí y vístete, lo que necesitas es un buen desayuno

- E-espera... - lo dejo con la palabra en la boca cerrando la puerta de la habitación, quiso seguirla sin embargo, la pesadez en su cabeza se lo impidió. Sin mencionar que no podría andar paseándose por ahí en toalla, le tomo un tiempo recuperarse y luego se vistió con una polera negra que resaltaba su tez nívea y unos pantalones ajustados que Saya y Hiyori le habían regalado en una ocasión, que según ellas, era la ropa que en realidad debería usar en vez de esos trajes formales o esas camisas que lo hacían ver alguien mayor.

Ahora tenía cosas más serias en las que pensar, las consecuencias de sus actos no tardarían en cobrarle factura, llamo a medio mundo para encontrar a Hiyori, padres de familia, casas de sus amigas, a los lugares en los que podría estar e incluso había informado su desaparición en las estaciones de tren que solía usar. Por otro lado, estaba su trabajo; dejo una reunión importante en la que tenían que cerrar un trato sin decir excusa alguna y ahora se proponía faltar al trabajo una vez mas. Para alguien con tendencias trabajólicas como él, era una total falta de respeto hacia sus ideales, sin embargo, no dudaría mandar todo al diablo con tal de encontrar a su hija. Al mismo tiempo, tenia que informar de su ausencia al colegio de Hiyori, mas no podía evitar sentirse culpable ya que no solo a él lo atacarían con preguntas, sino que también a su hija le haría pasar un mal rato cuando tenga que volver a clases.

Salió de su habitación para encontrarse con Saya en la cocina, llevaba un delantal rosa con muchos corazones, ella era de estatura mediana, tenia un cabello castaño oscuro hasta la cintura y una mirada cálida de ojos marrones y facciones muy delicadas, era poseedora de una belleza singular y un figura que nada tenia que envidiar a esas mujeres que salen en la tele y las revistas.

- Nee... Saya, ¿has visto el.... / ¿Teléfono? - interrumpió - Yo lo tengo - dijo con una sonrisa - Por cierto, llame a tu oficina. Les dije que no irías a trabajar

- ¡Pero que!... / Ibas a hacerlo de todas formas ¿no es así? Además, les dije que era de parte de tu linda esposa, así que no hay ningún problema - hablo la pelicafé mientras servía el desayuno

- Argh... No debiste - bufo algo molesto, ahora no dejarían de molestarlo en la oficina.

- De nada

- En serio... no debiste... - finalmente, suspiro resignado. Lo hecho, hecho estaba.

"Nee... Nii-san, a veces me pregunto.... Que rayos viste en ella..."

"Sayaka y yo nos conocimos en las peores circunstancias, algo que en verdad no quisiera recordar... sin embargo, no fue hasta tiempo después en la universidad cuando comenzamos a llevarnos como lo hacemos ahora. Tiende a ser bastante mandona y melosa, aunque... se puede contar con ella"

SIEMPRE FUISTE TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora