LHHP 2: La dulce traición

28. "Sorpresas en la Cámara"

PoV Harry

-Profesor Lockhart, mi hermana se ha pasado de bando, mi mejor amiga está petrificada por intentar ayudarme, el profesor Dumbledore ha sido echado del colegio, y ahora la hermana de mi mejor amigo está en peligro en esa cámara. Aunque sea solo para hacer bulto, va a venir con nosotros, quiera o no -dije sacando mi varita. No soy esta clase de chico, pero no podíamos hacer esto solos; necesitábamos un profesor.

-No pueden amenazar a un profesor, chicos. Se van a meter en problemas.

-Pero ya no es profesor -Ron le quitó la carta de dimisión de las manos y la guardó en su bolsillo-, así que venga, a rescatar a mi hermana.

Sabía que el Profesor Lockhart no era la mejor idea si necesitábamos ayuda con la magia, pero ¿a quién le íbamos a preguntar si no? Dumbledore no estaba y la profesora McGonagall nos mandaría a la cama para que no nos metiéramos en problemas. Snape estaba descartado también, por supuesto... Así que recurrí a amenazar a este tarado para que nos acompañara. Yo me encargaría del basilisco y del heredero, con que llevara a Ginny a un lugar seguro, me daba por satisfecho.

Cuando llegamos a los baños, me di cuenta de que no sabía cómo abrir la puerta hacia la cámara. De hecho, ni siquiera sabía dónde estaba la cámara exactamente... Luego caí, si la cámara había permanecido en secreto por tanto tiempo, debía de ser abierta de una forma muy peculiar para que ningún alumno la abriera por casualidad. ¿Qué era algo relacionado con Slytherin, un basilisco y que era muy inusual? Parsel. Intenté cerrar los ojos para ver si algo salía y, por suerte, dije algo y los lavabos se abrieron. El estúpido de Lockhart lo complico todo sin embargo...Al bajar, cogió la varita de Ron para borrarnos la memoria y acabó borrándosela a él mismo y derrumbando el pasadizo, haciendo que ellos dos quedaran encerrados en la entrada.

Después de asegurarme de que Ron estaba bien, seguí por los pasadizos, guiándome gracias a la enorme piel de serpiente que había en el suelo...era asqueroso. Solo pensaba que a cada paso estaba más cerca de ese basilisco, del heredero y culpable de todo esto, y de Ginny. Nunca me imaginé lo que vería al llegar allí...Ginny estaba tirada en el suelo, intenté reanimarla, pero una risa me paralizó. Miré en su dirección y lo que encontré...me heló la sangre.

-¿Qué pasa hermanito? Oh, me veo mal en pijama ¿Es eso?...Ah ya veo, el gato te ha comido la lengua pero tú tranquilo, es lo que tiene ser hermanos, sé lo que estás pensando. No esperabas verme aquí. Lo siento... tu amiguita no va a despertar y, por si no lo has notado, así tan heladita que está, no va a durar mucho.

-Tú...¿Cómo pudiste? ¿Tú eras la heredera todo este tiempo? Todas esas veces en las que estabas asustada del basilisco eras una farsa, ¿no? Claro, por eso te pasaste a Slytherin... Hermione y Ginny eran tus amigas...Me das asco, Alexis ¿Cómo puede ser que tengamos la misma sangre?

-Eh, espera, no te me pongas moralista Potter, que tú no eres mejor que yo. Tú eres la escoria, en cuanto a todo lo que has dicho...Bueno, 1. Claro que no soy la heredera, ¿Cómo iba a abrir la cámara hace 50 años si solo tengo 11? Piensa un poquito 2. Me parece que te falla la memoria, si estoy en Slytherin es porque tú quisiste que estuviera y 3. No me vengas con eso, esas dos mocosas nunca podrían ser mis amigas.

-Bueno, entonces conoces al heredero. Draco también tiene 11 años pero seguro que es alguien de su familia y te uniste con él, ¿verdad?

-Ay, qué pesado que estás con ese rubio ¿te gusta o qué? No te tengo que decir nada, pero para que lo sepas, ni siquiera me junto con ese idiota. De verdad, menos mal que puedes hacer magia porque con ese cerebrito tuyo solamente no habrías llegado a ningún lado.