Me había dejado en el aula un poco azorado y confundido, saliendo rápidamente de ésta. No entendía por qué se alteraba tanto, tan solo estaba leyendo, al igual que yo. ¿Qué más daba que fuese un libro de romance? Yo también había llegado a leer cientos de libros de romance, sí, era un poco vergonzoso, pero al fin de cuenta era lectura. No le tomé importancia, después de todo, ¿a quién podría contarle que me lo tope en la biblioteca? La escuela estaba vacía para este entonces y no es que me urgiera ir regando chismes por ahí.
De regreso a casa había comenzado a oscurecer. Me entro miedo al comenzar a adentrarme a los barrios marginados, ya que, después de todo lo que me había comentado Hoseok... no quería que me violaran. Bastante mierda tenía en casa.
Pasé por varios callejones en donde se podían notar prostitutas trabajando, grupos de chicos asaltando a otros, alguna que otra riña. A la luz del día esto se vería horroroso. Caminada lento, prestando atención a todos lados a la vez, en verdad tenía miedo de que pudiera pasarme algo. Tenía la sensación de que alguien me seguía desde ya hace varias calles, y presentía que si me daba a correr sería peor para mí.
Caminando, caminando, caminando lentamente, ¿cuánto faltaba exactamente para llegar a casa? Si algo había aprendido en toda mi vida huyendo, era aprenderme detalladamente los caminos que tomaba, para marcar rutas de huida necesarias por cualquier cosa, pero, esta vez era distinto. ¿Era sólo yo o el barrio cambiaba de aspecto totalmente por la noche? Me pare en seco en una esquina. ¿Dónde carajo estaba? Mi acompañante de atrás también se detuvo, pude sentirlo. Comencé a buscar los nombres de las calles, pero estos estaban tan dañados por grafitis que era difícil saber dónde me encontraba. Era la situación perfecta para asaltarme, violarme o matarme, y nadie, absolutamente nadie se preocuparía por lo que fue de Jeon Jungkook.
Saqué rápidamente el móvil, tenía que salir de aquí lo más rápido posible. Me quedé pensando. ¿A quién podría llamar a estas horas? Mis tíos seguramente no atenderían mis llamadas ya que aún seguirían trabajando, y los números de Yongguk y Hyuna no los tengo registrados, ni siquiera pensaría en llamarles. Estaba totalmente atrapado y azorado. Mierda.
Opté por seguir caminando, rezando por toparme con alguna persona bondadosa que me dijera cual camino tomar y llegar a casa para encerrarme en mi habitación hasta el día siguiente, pero eso no sucedería. A donde quiera que volteara veía a alguien tratando de robar algo, golpeándose, follando en plena calle o simplemente jugando con navajas. Se me ponía la piel de gallina de tan solo ver aquello. Pero tendría que hacer de la vista gorda con toda esta mierda si quería llegar vivo a casa.
Entré a una cafetería que se veía un poco decente, compre un panecillo y un café negro, para estar despierto por cualquier cosa, estaba a punto de salir cuando un tipo con capucha entró rápidamente y se dirigió directo a la chica que estaba atendiendo.
-Abre la caja y dame todo el contenido si no quieres que esta bala atraviese tu bonita frente.- le dijo mientras le apuntaba con el arma justo en medio de los ojos.
Mierda, estaba armado, la chica estaba indefensa, de seguro le daba el dinero, de seguro...
Se escuchó un estruendoso ruido, los cristales se rompieron y entonces abrí los ojos.
El chico rubio de esta mañana había entrado bruscamente al lugar con un bate en la mano derecha. Miraba al asaltante con ganas de... ¿matarlo? Nunca en mi vida había visto una mirada tan desquiciada en ninguna persona. ¿Qué carajo estaba sucediendo?
-Si la matas, irás tras ella...- habló con un tono sádico que hizo que el miedo me recorriera la columna. El asaltante pareció dudar al tener ahora a la chica de rehén, se le notaba azorado, tanto como yo o aún más, y ¿tan solo por un bate de baseball? Fácilmente pudo haberle disparado al chico, pero no lo hizo, se quedó a negociar.
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Revenge (Jikook)
FanfictionToda la vida, todos nosotros hemos sufrido tantas injusticias que hasta se han vuelto difíciles de recordar. Ninguno de nosotros pidió esta vida, ninguno de nosotros pensó que llegaríamos tan lejos por llevar a cabo cada una de nuestras venganzas...