Capítulo 12

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Jimin salió disparado de a través de la puerta de la entrada, dejándome solo con Yoongi y el cuerpo inconsiente del chico que casi nos mata.

Estaba tan confundido y preocupado por lo que le pudiera suceder a Jimin. Aún no me terminaba de caber en la cabeza el por qué todos teníamos que vivir de esta manera, luchando por sobrevivir a tanta mierda.

– Eh, novato –Me llamó de pronto Yoongi, sacándome de mis pensamientos– Iré a buscar algo con que amarrarlo, si por alguna razón comienza a despertarse, no lo dudes y patéalo fuerte en la cabeza –Me ordenó, serio. Asentí y me puse a mirar fijamente al chico que tenía frente a mí, tirado en el suelo, Yoongi ya se había encargado de vendar sus ojos con algún pañuelo.

Pasaron los minutos y el chico no se había despertado para cuando Yoongi regresó con una cinta gris gruesa entre las manos. Comenzó a amarrar con fuerza sus manos y tobillos, para después acercar una silla de madera que se notaba vieja, gastada y con astillas por todas partes. Me hizo una seña con la mano para que fuera a ayudarle a cargar el peso muerto de nuestro inconsciente invitado. Una vez en la silla, volvió a amarrar sus piernas y torso a la silla. No sería fácil zafarse de todo eso.

Yoongi tomo asiento en el sofá más grande de la estancia y el silencio rondaba nuevamente en el ambiente. Se veía serio como siempre. Este chico siempre me ponía nervioso, su mirada siempre indicaba peligro o muerte. No es que sea curioso ni mucho menos precoz con el hecho de ver morir personas, o sangre brotando a borbotones, pero un par de veces me ha tocado la mala suerte de presenciar como Yoongi acaba con la vida de la peor gente de por aquí, la mayoría son violadores o gente que viene de parte de Monster. Pero, la duda principal de este momento era: ¿Por qué no matar a este chico de una vez? Según las instrucciones que le había dado Jimin, ese sería el fin del camino del chico. También tenía otra duda atorada en la garganta desde la noche anterior, así que decidí romper con el silencio y la tensión.

– ¿Por qué no me ayudaste a noche? ¿Qué hacías en ese lugar si se supone que estas de lado de Jimin? –Pregunté tanteando el terreno, no quería que de un momento a otro se levantara, sacara su afilada navaja y me degollara ahí mismo.

– Supongo que te mereces una respuesta, novato –Soltó un suspiro cansino y se acomodó mejor en el asiento– Verás, la realidad aquí es que yo soy hermano de Monster –Se me desencajó la mandíbula al escuchar aquello. Lo decía tan a la ligera, como si su hermano no fuera más que otra persona más de los barrios marginados.

– Oh, vamos, tan solo soy el adoptado de la poderosa familia Kim, no es como si la sangre nos uniera –Se notaba divertido ante mi estupefacción. Parpadee varias veces, en realidad me imaginaba muchas cosas, hasta que estuviera traicionando a Jimin, pero no esto.

– No puedo creerlo –Miré al piso, algo perdido– Pero, entonces, ¿por qué estar en contra de tu propia familia?

– Ese malnacido no es mi familia, ni el hijo de puta que fue su padre, la única que cae dentro de mi apreciación es mi madre, su madre. Ella en verdad me quería, y estoy seguro que sólo me adoptaron por el hecho de que ya no podían tener más hijos.

– Entonces, ¿estás de su lado por tu madre? –Pregunté curioso.

– Estoy de su lado por venganza, y nada más que eso. Mi madre siempre estuvo dentro del negocio, ya sabes, el rollo de las drogas y todo eso, pero al morir el gran Kim Yong, ella se mudó a Séul para seguir con el mando, Monster se le unió años después y yo me quedé aquí. Ahora que Monster lleva las riendas del negocio por completo, ella lo supervisa todo desde las sombras. Tan sólo busco hundir a mi querido hermano, hasta el fondo de toda su mierda.

Revenge (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora