Mudarme a otra ciudad, a meses de entrar al instituto era algo que apestaba totalmente. Mi vida estaba en Gwangju, mis amigos, mi novia, mis mejores recuerdos estaban ahí y ahora con la muerte de mi padre, ahí se quedarían, enterrados junto a su tumba.
Una amiga de mi madre pudo conseguirle un trabajo no muy bien remunerado en Busan, y aunque no era mucho, ahora era todo lo que teníamos.
Nada más llegar al barrio donde se suponía sería nuestro nuevo hogar, pude sentir como casi mojaba mis pantalones del miedo. Casi. Con la mano de mi madre entrelazada a la mía nos abrimos camino entre toda la mierda de ese lugar.
Yo apenas era un chico de tan sólo 15 años, inexperto, miedoso y sin ganas de estar ahí, pero sin embargó me encontré afuera de ese gran instituto, con mis manos aferrándose a los tirantes de mi mochila y sintiendo mis piernas igual de débiles que un flan. La mayoría de los chicos que estaban ahí se veían... intimidantes. El lugar simplemente era aterrador.
Me adentraba a mi nueva vida, entre los pasillos de aquel instituto, entre casilleros llenos de malos grafitis y gente completamente nueva y desconocida, y para mi mala suerte había chocado con un chico que parecía de mi edad, pero su aura emanaba peligro puro. Mala señal.
Mi plan era no meterme en problemas con nadie, y sin embargo parecía que el tipo ya me odiaba completamente. No le importó haber tirado varios de mis libros al suelo, me miró de una forma aterradora y despectiva, luego de eso siguió su camino, como si yo fuese la cosa más insignificante de su día. En ese momento me sentí pequeño en mi lugar, pequeño y con ganas de mojar los pantalones por tercera vez en lo que iba del día.
La puta madre conmigo.
– Discúlpalo –un chico llegó tras el tipo del aura malvada, tendiéndome la mano– él es siempre como un palo en el culo. Soy Taehyung, por cierto. –Me ayudó a levantarme y esbozó una asombrosa sonrisa cuadrada.
Una sonrisa que hacía que sus ojos casi desaparecieran. Yo no lograba asociarlo con todo el ambiente de este lugar.
A partir de ese momento no volví a verlo hasta días después en la cafetería. No había hecho ningún amigo desde que había llegado ahí y en cierta forma me alegraba. Las cosas en ese instituto y en el barrio eran un tanto... difíciles, no me imaginaba involucrándome con personas peligrosas. Aquí todos se veían de esa manera.
– ¡Llamaré a la policía jovencito! –Había gritado la profesora de arte en pleno pasillo. Taehyung me acompañaba hasta mi aula, a la cual nunca llegamos gracias a la escena que se estaba montando su amigo. Jimin, o como aquí todos los llamaban: "el líder", tenía a un chico de los de último grado inconsciente debajo de él y sin importarle una mierda seguía golpeándolo de una forma brutal.
Sus nudillos tronaban de una forma algo grotesca al estampar en el rostro ya desfigurado de aquél pobre sin suerte.
¿Cómo un chico de 15 años podía hacer tremenda barbaridad? Tae corrió de inmediato a tratar de hacer algo, tomó a Jimin por los costados y lo separó con tremenda fuerza de voluntad, porque física no tenía mucha.
– ¡Esto les debe quedar muy en claro a todos ustedes! –Gritó de pronto hacia la multitud que había empezado a formarse tras la golpiza que le dio al pobre chico. Se miró las manos ensangrentadas y salió del pasillo en dirección a no sé dónde. Taehyung había ido detrás de él.
Llevaba varias semanas en el instituto, tiempo suficiente para darme cuenta que esas cosas eran prácticamente normales. El líder golpeando y amenazando personas, únicamente con el objetivo de obtener respeto, ya fuera basado en miedo o admiración. Yo seguía pensando que no llegaría el día en que pudiese encajar aquí, simplemente el pensar en ir sólo por las calles de mi barrio me daba pavor. Yo no sabría cómo manejar situaciones como las que se vivían a diario en este lugar, ni siquiera sabía cómo era que seguía vivo tras ir sólo por las calles, dónde siempre e vivían cosas para cagarse de miedo.
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Revenge (Jikook)
FanfictionToda la vida, todos nosotros hemos sufrido tantas injusticias que hasta se han vuelto difíciles de recordar. Ninguno de nosotros pidió esta vida, ninguno de nosotros pensó que llegaríamos tan lejos por llevar a cabo cada una de nuestras venganzas...