Capítulo 14

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By Jungkook

Todo había ocurrido demasiado rápido.

No me explicaba cómo es que habíamos pasado de estar tirando el cuerpo moribundo de JB hace un rato en el territorio de Monster, a estar sentados en una funeraria de mala muerte observando un ataúd de madera oscura al centro de la maloliente sala.

La madre de Jimin había muerto.

Habíamos pocas personas en el lugar. La habitación y el lugar en sí, desprendían un olor a viejo, sin contar los muebles llenos de polvo y resortes salidos que hacían que el lugar se viese del asco. Las típicas flores que se ven en los funerales no estaban, haciendo la escena aún más deprimente de lo que ya era.

Reconocí muy pocas caras mientras estaba incómodamente sentado en un rincón de la sala, examinando a todos con la mirada. Entre aquellos rostros se encontraba el de Jackson, que halaba con otros dos chicos, que casi puedo asegurar haberlos visto antes en el barrio de Monster. También aquel chico del taller, Yixing, se encontraba siendo amable como siempre con todas las personas que iban llegando al lugar, aunque así como llegaban, se marchaban. Taehyung y Hoseok se encontraban juntos, como siempre, al igual que Yoongi, quien estaba a un par de sillas alejado de la mayoría.

Todas y cada una de las pocas personas que se encontraban acompañando a Jimin en su dolor, tenían tremendas caras, que te hacía un nudo en la garganta el solo mirarles a los ojos, aunque más que tristeza, parecía que en sus rostros había miedo, pero, ¿miedo de qué?

Hace más de una hora que Jimin se me había perdido entre las pocas personas de la sala, y por más que mis ojos viajaban de un lado a otro no lograba divisarlo por ningún lado. Me sentía tan incómodo apartado de toda esta gente que hablaba de vez en cuando en susurros inaudibles y que cuando nuestros ojos conectaban me miraban como si fuese un bicho raro, que decidí levantarme y salir de ahí.

Al abrir la vieja puerta de madera podrida, el aire frío impacto en mi rostro, calándome hasta los huesos. Esta noche, específicamente esta, era el novilunio, sin luz de luna y mucho menos estrellas, haciéndola ver aún más oscura, sumándole las farolas de la calle parpadeantes, que te recordaban en la mierda de barrio que nos encontrábamos en esos momentos.

Caminé un poco por la acera, sin alejarme mucho del lugar, tratando de despejar mi mente y tratar de analizar lo ocurrido durante este día.

Conocí a una chica nueva en el instituto bastante agradable.

Sin pensarlo, me lancé a defender a Jimin, cuando creía estar odiándolo.

Fui cómplice tras la tortura de un sujeto y lo tiré en plena calle, encontrándose este inconsciente, a riesgo de que pueda morir desangrado.

Y ahora estoy aquí, buscando a Jimin por todos lados. No imagino lo que debe de estar sintiendo, pero por alguna u otra razón, tengo ese impulso de abrazarlo y decirle que todo irá bien. Tal vez porque en los momento s en lo que más solo me siento, solo quiero que alguien haga eso conmigo, no lo sé.

Lo encontré, sentado en el filo de la acera, con una botella de vodka entre las manos, con la mirada fija en el suelo. No parecía estar llorando, no parecía estar triste y mucho menos parecía estar un poco afligido por su pérdida. Al contrario, pude ver como sus manos estaban firmes en la botella, su fuerza se hacía notoria en la forma en la que sus nudillos se volvían blancos. Me asusté un poco y cuando iba a dar marcha atrás, se giró para verme. De nuevo esa mirada, la que pone siempre que quiere acabar con algo o con alguien por su cuenta.

Trague duro.

– Está haciendo demasiado frío aquí afuera, y tú no traes puesta una chaqueta. – Le dije tratando de aclimatar el ambiente.

Revenge (Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora