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La noche llego y, yo aún no podia sacar ese maldito nombre de mi cabeza. Todos cenaban, reian y contaban anécdotas graciosas. El hambre se me había quitado, pero la sed de sangre seguía allí, solo escuchaba la sangre que corría por las venas de mis amigos. Esto es demaciado para mi, estoy apunto de descontrolarme y dejarme llevar por aquella sensacion de dejarme llevar por mis instintos.
Pero todos esos pensamientos se fueron a la basura al ver aquellos hermosos ojos azules, tan bellos como el mar, tan calmados como una brisa de verano, pero a la vez tan llenos de tristeza y rencor y tan fríos como el hielo de los mas grandes glaciares. Carl ese niño tan atrevido, tan inocente y tan frío poseía los ojos mas bellos que habia visto en mi vida y en mi muerte.
- Hola, ¿podrías dejar de verme? Has estado asi como por diez minutos.
- ¿Qué? Oh si claro, lo siento es que ya sabes ¿reflexionaba sobre mi vida?
- Eres una pésima mentirosa, tu mentira se huele de aqui hasta New York- comento soltando una risita estupida, pero bella- ahora si dime ¿qué tanto me veías? - mierda. Ahora que le digo? Dios salvame de esta.
- Yo? Ah si claro yo veia.....

Una Hibrida Original En El           Apocalipsis.*Cancelada* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora