Capítulo 8.

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Cabalgamos unos minutos más, un poco más despacio, ya que parecía ser que John no quería seguir lastimando mi brazo, cosa que inconscientemente agradecí porque el ardor que me invadía los nervios cada que lo movía era demasiado horrible. 

    -¿Por qué tan callado, su majestad?- preguntó irónicamente John, haciendo que la pizca de gratitud que le tenía se esfumara tan rápido como había llegado -No hablo con pueblerinos- contesté cortantemente, y quizá por venganza, el caballo comenzó a correr a toda velocidad, haciéndome soltar un grito de dolor en el brazo, mientras que mi trasero rebotaba contra la entrepierna de John; este detuvo el caballo a pocos metros de la entrada al pueblo y comenzó a reír -Deberías de caerte más seguido, es muy divertido molestarte- 

   -Créeme que cuando tenga mi brazo sano te soltaré un buen golpe- amenacé al chico, mientras avanzábamos lentamente por las calles del pueblo y los campesinos me miraran como si fuera lo más interesante del mundo, levanté la cabeza con mi completa dignidad y seguimos andando en silencio, pero a pesar de eso aún podía sentir la mirada de medio pueblo clavada en mi. -¡Miren a otro lado!- grité, una vez que sus miradas me fastidiaron, y todos obedecieron al instante. 

   -Creo que tienes peor humor del que me imaginaba, príncipe- dijo John, a pesar de que no podía verlo estaba seguro de que estaba con una sonrisa estúpidamente sensual en su rostro -Ya llegamos- El caballo paró de golpe frente a una desvencijada y muy fea casa de dos pisos, que lo único que logró despertar en mi fue asco. -¿Te ayudo a bajar?- se ofreció John, una vez que estuvo en el piso lleno de fango, que sin duda ensuciaría más mis botas -Sé bajar de un caballo, no soy un inútil como tú- 

   Me sujeté con mi mano sana al pomo y pasé mi pierna derecha como pude, a través del cuerpo del caballo; ya casi estaba en el piso en cuanto mi pierna izquierda se atoró en el estribo, haciéndome caer hacia atrás. Instintivamente cerré los ojos, en espera del golpe y la buena sacudida de fango que me daría, pero el golpe no llegó. John me había atrapado. -¿Que dices ahora de saber bajar de un caballo?- preguntó burlonamente, haciendo que me colorara hasta las orejas por la rabia -Vete al infierno- le espeté. 

   John me colocó en el piso y me sonrió -Bueno, vamos adentro- este comenzó a caminar en dirección a la puerta, sin siquiera esperarme ¡¿Que se cree que es?! Tocó la desvencijada puerta y de ella salió una mujer delgada, con una clara expresión de angustia -¡Johnny! ¿Estas bien? ¿Que quería el rey? ¿Se enteró que tu fuiste quien robó esa pieza de pan?- preguntó la mujer, John carraspeó un poco y, sin nada de disimulo, me señaló con su cabeza. La mujer se puso más pálida de lo que ya era y de inmediato me hizo una reverencia -¡Príncipe Paul, es un placer!- repuso la mujer. 

   Esta se incorporó de nuevo y fijó su vista en mi brazo dañado -¡Señor! ¡Su brazo! Dígame por favor que John no le ha echo esa herida- sonreí inconscientemente por la paranoía de la mujer y levanté mi brazo sano, como lo hacía mi padre, para hacer callar a la mujer -Este ha tenido la culpa de la mitad de las desgracias que me han sucedido hoy, pero la herida en mi brazo no es producto de él- la mujer asintió casi tan frenéticamente como Cynthia por las mañanas -Si me permite, puedo curarle el brazo en un par de minutos- 

   Asentí con la cabeza y la mujer entró a la casa; inconscientemente dirigí mi mirada a John, que parecía asombrado -Pensé que le dirías que fue mi culpa- dijo asombrado -Tómalo como mis agradecimientos por ayudarme a bajar del caballo- contesté cortante, dispuesto a entrar a la casa, muy a mi pesar, pero John me tomó del brazo sano -¿Tendré que recordarte todos los días que no tienes permiso para tocarme?- pregunté fastidiado; John retiró su brazo rápidamente -¿No crees que si vamos a convivir tanto tiempo, tendremos que llevarnos bien?- 

    -Ya te lo he dicho, no convivo con campesinos- y con paso decidido me interné en la pequeña y sucia casa, mientras escuchaba como John soltaba un suspiro y decía algo que sonó más o menos a "Está loco"

With a little luck. [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora