4| Deal

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Jamás se había sentido tan furioso, las cosas ahora no iban muy bien y aquel chico rubio lo sabía. Golpeaba su saco de entrenamiento fuertemente, descargando toda su furia contra el.
- Jace, para. Necesito hablar contigo.- susurro por la espalda el joven Moreno, Jace que así se llamaba el rubio hizo caso omiso a las exigencias de su amigo. Golpeaba repetidamente el saco sin ningún tipo de contemplación.
.- Jace, ¡Para tío!- gritó el moreno, como último recurso. - Relájate.
- Alec estoy bien, tus papeleos hacen que no te des cuenta que aparte de saber usar el arco tienes que saber usar el cuerpo.- respondió, quedándose quieto frente al saco.
- sé que últimamente nada está bien, que te acusarán de ayudar a Valentine es muy duro, pero yo confío en ti, eres mi hermano.- confesó apenado por qué sabía cómo que su parabatai no lo estaba pasando bien en ese momento. Las acusaciones de su colaboración con Valentine de ayudarle a robar la copa mortal habían hecho estragos en el.
- Alec, no confías tanto en mí si no creíste que en aquella sala había otra Shadowhunter.- le miro serio pero con una deslumbrante sonrisa pilla en su boca.
- no había nadie cuando entramos, quizás era el demonio. Este retomó la forma de alguien para que le ayudaras y así poder matarte a ti.- sugirió Alec, causándole una duda razonable. Aun así Jace no se lo creía, sabía lo que había visto. Sabía que había alguien más que decidía no obedecer las normas ni proteger a los suyos como él lo hacía y eso, le cabreaba mucho. Desde pequeño le habían enseñado a proteger a los suyos por encima de todo, defenderles hasta con su propia vida y el hecho de encontrarse a alguien que rehuía de los de su propia especie hervía hasta la ultima gota de su sangre Netfilim.
- aún así te demostraré que existe y me tendrá que explicar unas cuantas cosas.- refunfuñó, dando un último golpe al saco. Su cuerpo, era para muchos una mortífera y eficaz arma. Las gotas de sudor recorrían las líneas fuertemente marcadas de sus abdominales, pasando por cada una de sus runas y heridas. Cualquier mujer podría caer ante los pies de aquel Shadowhunter. Seco con una toalla sus mojados músculos abandonando la habitación dejando a un perplejo Alec en ella, apenas creía cierto lo que su amigo había dicho acerca de la Shadowhunter que había encontrado dias atrás en aquel cementerio y menos comprendía el por qué de la cabezoneria de su amigo en encontrarla.

~

Al otro lado de la ciudad, Daphne había empantanado su casa de mapas. Buscaba desesperada alguna pista que le volviera a encontrar con Agramon. Aún necesitaba desesperada encontrar las respuestas que necesitaba. Y hoy los mapas no la ayudaban. Sabía que había una última y desesperada opción, temerosa sabía que si en esos múltiples mapas y libros antiguos no encontraba un segundo escondite del demonio, tendría que acudir a ver a la reina Seelie. No quería ni pensar en esa opción, pues si había un ser del submundo en el que el menos confiaba era en los seelie, eran seres que manipulaban con facilidad la mente y las ideas de los Shadowhunters. Sabían cómo sonsacar la verdad y no les costaba mucho trabajo.
Las agujas del reloj seguían volando en su contra, a la vez que la poca paciencia que ya la quedaba. No había nada en las páginas de los libros antiguos de su padre, tampoco quedaba nada reflejado en los mapas que había ido robando a los otros demonios.
- mierda.- exclamó cayendo rendida en el viejo y polvoriento sofá. Sabía a la perfección que tendría que acudir a los seelie. Y eso también significaba acudir a Magnus para que la creará un portal hacia el reino seelie.
- ¿estas loca?- exclamó Magnus al oír la alocada idea que Daphne tenía en la cabeza.- hace unos días te pido que pases más desapercibida y ahora me pides que te abra un portal para ver a la misma reina seelie?!? No Daphne, no.
- creo que tengo derecho a poder solucionar mis conflictos internos, si tú te tuvieras un padre que está en el círculo y se ha olvidado de su hija y te enteras de que tu madre puede ser un jodido demonio ¿Qué harías? ¿Te quedarías de brazos cruzados? Si es así ,ya no eres el Magnus que me crió.- apeló. Sabía que Magnus estaba en una situación muy difícil. El apenas contaba con el apoyo de la clave y la mayoría de los brujos habían partido a Idris para estar a salvo en una más que previsible guerra.- solo te pido que me abras el portal, luego desapareceré te lo prometo.
Magnus se acercó a ella con el rostro compasivo,  sentía demasiada ternura por ella, había perdido demasiado en su corta vida y había salido a delante, sabía que se merecía las respuestas que buscaba pero temía que no fuera lo suficientemente fuerte como para derrotar al demonio, además por su mente aún paseaba la idea del seguro castigo que al que le someterían en la clave si se enteraran de que esta ayudándola y más con el reino d ellas hadas. Sopesó todas las posibilidades, al final y aunque con miedo bajo ese rostro sereno acepto abrirle el portal.
- vuelve sana y salva. Y recuerda tener mucho cuidado con ella.- la abrazo por última vez aquel día para después abrirla un enorme y morado portal.
Cruzó el portal ,era la primera vez que estaba en el reino de la hadas. Todo el reino se centraba en la armonía con la naturaleza. Rápido encontró el castillo pero la seguridad era demasiado intensa.
- quiero reunirme con la reina.- dijo a los guardias armados que se encontraban en la puerta.
Ambos se echaron a reír.- ¿y por qué tendríamos que dejar a alguien como tú entrar? Los seres del submundo carecemos de importancia para los Shadowhunters como tú.- exclamó uno de los dos guardias.
- dejadla entrar.- susurro uno de los seelies, tanto su pelo como su ted eran oscura, sus orejas tenían la perfecta curvatura en punta.
- sí señor Meliorm.- agacharon ambos la cabeza y la dejaron entrar.
Melior la acompaño hasta una enorme puerta de madera negra, pesada y antigua.
- lo único es que necesito que me entregues todas las armas antes de entrar.- señaló su cuchillo Serafín y las dos pequeñas hachas.
Esta acepto a regañadientes ya que desconfiaba de que algo la pudieran hacer sin sus armas.
- querida Daphne Pontmercy.- dijo la reina sonriente mirándola cruzar las puertas.- que hace alguien como tú en mis humildes aposentos.
-¿humildes?- pensó Daphne mientras veía la extravagancia en cada milímetro de aquella enorme habitación.
- que recorre tu cabeza señorita, algo grave tiene que ser si la bonita hija de un miembro del círculo viene a verme.- concluyó.
- no vengo por mi padre.- susurro la rubia aún cortada al ver a la reina.
Parecía una humana bellísima, su largo cabello rojo y rizado la llegaba más abajo de las caderas ,haciendo contraste con su blanca piel y sus enormes ojos verdes. De no ser por aquella llamativa marca verde en forma de hoja que tenía al lado derecho, parecería una mundana.
- ¿entonces? .- susurro malévola esta.-
- necesito encontrar al demonio Agramon y sé que sabes dónde está.- dijo ferozmente.
- así que vienes en busca de mi sabiduría,mm interesante.- una sonrisa se esbozo en su cara fíjamente.- ¿ qué tiene un demonio que le interese tanto a una Shadowhunter?
- respuestas.- contestó escuetamente.
- oh!- exclamó.- cuéntame más, quizás pueda resolvertelas yo.
-no creo que puedas.- dijo ingeniosamente Daphne.- ya sabes cosas de Shadowhunters.
La reina se resignó, sabía que iba a ser muy difícil sacar información a la joven Shadowhunter. - exijo algo a cambio.- dijo malévolamente.- ya que no quieres que te diga lo que necesitas saber, o te resuelva todas esas preguntas que corren en tu cabeza acerca de tu origen.- al decir esto último sonrío.-upps se me escapó.

Las dudas empezaron a inundar su cabeza. ¿Y si la reina tenía las respuestas que necesitaba? ¿ y si solo era un truco y quería la información que poseía?
- que es lo que quieres a cambio.- dijo tajante negando sus instintos.
- ya veo que eres dura como una piedra.- negó con la cabeza.- hay algo que sé que tienes y que quiero. Normalmente lo cambio por algún otro favor, en tu caso quiero algo material, quiero el colgante dorado pequeño que tienes de reliquia familiar.
Los ojos de Daphne salieron significativamente de su órbita, había perdido el colgante dias antes cuando le salvó la vida a aquella Shadowhunter.
- por tu cara diría que lo has perdido.- río la reina plácidamente.
Negó con la cabeza rápidamente.- no, no es eso, si no que como sabes de la existencia de ese colgante.- susurro mintiendo para tapar que desconocía el paradero del colgante.
- no me has dado la información que necesitaba ahora no esperes que te la dé yo.- corto.- tienes 72 horas para encontrar el colgante o no te daré la información. Por cierto, ten cuidado con la joven enamorada. Te va a meter en muchos problemas tanto a ti como al resto de los Shadowhunters.
A continuación abrió un portal al lado de donde estaba Daphne e impulso a esta contra el.  Al otro lado se encontraba un edificio abandonado en la mitad de Brooklyn, acaricio suavemente su glamour y pudo observar cómo ante ella aquel abandonado edificio cambiaba de aspecto a un precioso edificio de estilo gótico, el instituto de los Shadowhunters. 
Miro perpleja el edificio durante unos segundos, era mucho más bonito que todos los edificios de al rededor juntos. Por primera vez admitió sentir un cosquilleo en su estómago, parte de ella se moría por correr y demostrar que ella era como los demás, que podía ser como ellos. Pero la parte más oscura de ella sabía que no podía formar parte de su mundo por las dudas que aún seguían en su cabeza, recordó con exactitud las palabras que su padre la repitió una y otra vez " Hija no confíes en los Shadowhunters, cuando menos te lo esperas pueden clavar su cuchillo Serafín en tu pecho."
Dedujo que la reina Seelie la había traído hasta aquí por qué conocía que el colgante le poseía aquella Shadowhunter que defendió noches atrás.
Aún con la mirada clavada en la cima de aquel edificio comenzó a bajar la vista lentamente, cuando sin saber cómo o por qué sus ojos chocaron velozmente contra los de la Shadowhunter y el rubio que había salvado su vida anteriormente.
Salió corriendo antes de que ellos pudieran hacer ningún movimiento, era rápida y lo sabía. Además era ágil, por lo que sin dificultad se subió a un tejado para evitar que estos la vieran en el caso que la siguieran.
Paro durante unos minutos mirando desde lejos el edificio que aún se podía observar desde los tejados. Las palabras de la reina Seelie volvieron a su cabeza "Por cierto, ten cuidado con la joven enamorada. Te va a meter en muchos problemas tanto a ti como al resto de los Shadowhunters." ¿Se referiría a lo mismo que dijo con anterioridad Magnus? No lo sabía ,pero sabía a la perfección que necesitaba encontrar a esa morena a solas y robarla el colgante. El tiempo corría en su contra y se estaba agotando.




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HOLA HOLITA! Buenas bonitos y bonitas, estoy súper contenta de traerles una nueva entrega y hoy realmente necesito saber la opinión acerca de la obra, lo que más les gusta y lo que menos les gusta. Por qué quiero mejorar y poder agradarles a todos con mi novela! Besos

              TESSA

Survivor // #ShadowhuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora