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El tacto frío de Magnus rozó el cuerpo de Daphne, aún postrado en la cama. El mago más famoso de Brooklyn tenía miedo, miedo de lo que podría pasar. Pocos conocían del hechizo que había conjurado para reanimar a Daphne, no era común que un mago supiera hechizos demoniacos.
Temblaba la mano de Magnus ,temblaba al agarrar la mano de la joven Shadowhunter. Al entrar en contacto con la piel de la joven ,miles de recuerdos se le vinieron a la mente.
El primero de todos ellos cuando con solo 10 años una inocente niña cruzo las puertas de su casa, tenía la sonrisa pícara que acompañaba a su inocente mirada. Llenaba todo de luz cuando entró en ese momento en el oscuro apartamento, no tardó en encariñarse con la pequeña niña que con el tiempo comenzó a convertirse en una fiera y fuerte mujer.
También recordó aquel momento en el que la entrego aquellas pequeñas hachas que siempre llevaba con ella y que ahora estaban tiradas encima de la mesilla auxiliar con todas sus cosas. Recordaba cada una de las cosas que había roto intentando aprender a usar aquella hachas.
Dejó escapar una lagrima al recordar aquel momento, pero no podía borrar la sonrisa que se esbozaba en su cara. No quería perder a aquel desastre con patas que era Daphne. Sonreía al recordar cómo en sus comienzos cuando fallaba en algo ponía caras graciosas para parecer inocente. Prácticamente había criado en gran parte a Daphne.  Y vio como a medida su carácter inocente y jovial pasaba a ser el de una chica dura y fría. 
El gran mago de Brooklyn agacho su cabeza intentando evitar que alguien viera como sus ojos se llenaban de lagrimas. Recuerdos, lo peor que tenemos los seres vivos. Capaces de atormentarnos.
- ¿El gran mago llorando?- dijo Daphne con un hilo de voz agarrando fuertemente la mano del mago.
Magnus levantó la cabeza y no pudo evitar sonreír. - ¿Magnus bane llorando? No preciosa, se me ha metido el rimel en el ojo.- contestó feliz.- Daphne tenemos que hablar.-
- creo que necesita antes un café.- dijo Emma corriendo a abrazarla nada más verla despierta.-
- ¿no te han hablado del espacio personal nunca?- contestó mientras se intentaba incorporar de aquella cama de sábanas blancas.- me podéis explicar que hago aquí. Una simple explicación de por qué estoy aquí.
- antes de que se enteren de que estas despierta quiero hablar contigo, Emma podrías...- no acabó la frase cuando está se dio cuenta de que tenía que marcharse.
Magnus comenzó a mostrarse un poco preocupado, le parecía increíble que el mismo Magnus bane no fuera capaz de articular palabra.
- hace.. Hace unas horas después del golpe, estabas apunto de morir. Tu pulso bajó y pensaba que te perdía. Hice algo que quizás no tendría que haber hecho.- confesó Magnus.- utilice un hechizo contigo algo fuera de lo común.
- ves más despacio, solo han pasado unos minutos de que me despertara. Puedes explicarlo un poco más, lo del accidente y todo eso.- reprochó. El golpe había causado unas pequeñas lagunas en su memoria, lagunas que iban a causarle tormentos.
- no.. ¿No te acuerdas de nada?- preguntó el brujo.
- si, pero hay algunos detalles. No recuerdo muy bien.- su voz aún estaba entrecortada, había estado demasiado tiempo inconsciente y iba a tener que recuperarse poco a poco. De pronto su rostro comenzó a tomar un gesto de terror, desesperación y todo aquello malo imaginable.- ¡mierda! - exclamó ,hizo intento de levantarse pero sus fuerzas fallaron y estuvo a punto de caer al suelo nuevamente.
Jace, que se escondía tras la puerta, acudió corriendo a cogerla. Aún sintiéndose culpable por lo que había pasado.
- ¡No me toques!- exclamó enfadada.- ¡Vete joder! ¡Todo es por tu culpa!
Ninguno daba crédito al cambio tan brusco de comportamiento que había dado Daphne en ese momento, algo incoherente. Jace salió por la puerta instantes después de eso, pero se escondió donde antes había estado para intentar saber el por qué de aquella contestación.
- se siente culpable.- rompió Magnus.
- lo he olvidado.- dijo con la mirada llena de ira.- he olvidado lo que me dijo la reina seelie. Hice un trato, la entregaba el colgante a cambio del paradero de Agramon. Y ahora no recuerdo nada.

En ese instante sentía un vacío enorme en el pecho. Las dudas volvieron a aflorar en su pecho. Después de que Magnus la confesara el tipo de hechizo que había usado con ella y de haber olvidado todo, sentía que había perdido la oportunidad de encontrar la verdad de su origen. Estaba enfadada, para variar.

Survivor // #ShadowhuntersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora