Capítulo veintitrés

191 13 10
                                    


Marika

Papá se había ido mucho más temprano que yo a la gala. Me había dejado una nota explicándome que tuvo que partir antes para darle la bienvenida a unos directivos o algo así. Por mi parte yo había comenzado a maquillarme desde que había llegado de clases.

Mi problema en realidad no radicaba en el maquillaje, ya que me he maquillado un montón de veces antes. Mi principal problema era el peinado, porque había decidido a hacerme una intrincada trenza que comenzaba en mi cabeza y caìa delicadamente sobre mi hombro.

Eran casi las cuatro de la tarde y se supone que Ben pasará por mi a las siete, pero creo que no estaré lista a esa hora. Traté de imitar la trenza de un montón de chicas guapas de Internet, entre ellas apareció June sonriendo a la cámara junto a sus dos hijos. En el fondo de mi alma desee poder ver su cara cada vez que las cartas llegaban a sus manos. Me habría gustado ver su pánico y su angustia al ver que la hija que había decidido olvidar no le daría nunca tregua ni le dejaría vivir en paz.

Ya había enviado mi carta, ahora solo debía esperar pacientemente la respuesta y volver a empezar con el ciclo de chantajes otra vez.

Me miré al espejo cuando ya me había maquillado y peinado. Me veía algo diferente a lo que era hace algún tiempo, quiero decir, aun está en mi esencia todas las cosas que me llevaron a ser la reina Marika, pero en mis ojos podía ver que me había suavizado un poco. Ben había logrado calar en mi corazón solitario de reina y ya dudaba que pudiera dejarle ir tan fácilmente.

Estaba en mi cuarto retocando los últimos detalles en mi maquillaje, cuando escuché un ruido que venía desde el pasillo.

Me levanté e intentando ignorar el temblor en mis manos, caminé hacia la puerta de mi habitación para abrirla y ver hacia afuera.

-¿Papá?- pregunté con el miedo impregnando mi voz- ¿Papá eres tú?

No recibí ninguna respuesta por lo que decidí volver a la seguridad de mi habitación, sin embargo, cuando retrocedí un paso alguien me abrazó por la cintura.

Estuve a punto de darle un codazo en el estómago, pero reconocí las manos de Ben y pude respirar un poco más tranquila.

-¡No vuelvas a hacer eso!- le regañé intentando calmar mi corazón acelerado- ¡Me has asustado de verdad! ¿No has pensado que podría haberte golpeado?

-Tranquila, que pensé en tocar el timbre, pero luego recordé que dijiste que entrara por tu cuarto- respondió sentándose sobre mi cama-. El ventanal estaba abierto y pensé que lo mejor sería entrar, no pensé que te ibas a asustar tanto... ¿Está todo bien?

-Claro- respondí fingiendo una sonrisa-, es solo que mientras me estaba peinando he visto una peli de terror y me ha dejado algo paranóica, ya se me pasará... ¿nos vamos?

Asintió ofreciéndome su mano para guiarme fuera de la casa. Sin embargo, primero me dediqué a cerrar muy bien la ventana de mi cuarto; estoy segura que alguien se metió en mi casa y no quiero ni pensar en lo que me habría pasado de estar sola.

Una vez en el calor del auto me sentí solo un poco más tranquila. No quería dejarme llevar por el miedo ya que cabía la posibilidad de que todo fuesen imaginaciones mías.

-Estás muy callada- dijo Ben cuando llevábamos casi cinco minutos de camino en el auto- ¿te pasa algo?

-Soy callada, ¿recuerdas?

-Sé que eres callada, pero ahora estás más silenciosa de lo normal y quiero saber por qué.

-No pasa nada- dije sonriendo antes de besar su mejilla-, ya deja de preocuparte por mí; solo debes pensar que soy muy feliz justo ahora.

Mi Destino (Bringer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora