Mi Nombre es Agustín

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Mi nombre es Agustín Esteban Navarro Harris, nací un 14 de mayo de 1970 en la ciudad de San Diego que está situada en el extremo suroeste del estado de California. Soy contante y compositor, ejecuto excelentemente el violín, la guitarra, el saxofón y la armónica. No terminé termine la secundaria pero he leído muchos libros de historia, anatomía, química y botánica, filosofía, matemática y muchos más. ¡Ah se me olvidaba! tengo síndrome de Down.
¿Qué es el Síndrome de Down? Pues n cada célula en el cuerpo humano existe un núcleo, donde se almacena material genético en los genes. Los Genes llevan los códigos responsables de todos nuestros rasgos heredados y se agrupan a lo largo de la varilla de estructuras llamadas cromosomas. Normalmente, el núcleo de cada célula contiene 23 pares de cromosomas, la mitad de los cuales se heredan de cada progenitor. El Síndrome de Down ocurre cuando un individuo tiene una total o parcial copia extra del cromosoma 21.
Este material genético adicional altera el curso del desarrollo y provoca las características asociadas con el síndrome de Down. Algunos de los rasgos físicos comunes del síndrome de Down son bajo tono muscular, baja estatura, una inclinación hacia arriba a los ojos y un solo pliegue profundo por el centro de la Palma.
Sin embargo, cada persona con síndrome de Down es un individuo único y puede poseer estas características en grados diferentes o no. John Langdon Down, un médico inglés, publicó una descripción exacta de una persona con síndrome de Down. Se considera que una persona con este síndrome tiene un problema cognitivo, es decir, que la habilidad del aprendizaje es compleja.
Pero yo nací con un 15% del síndrome y esto generó un severo cambio en mi aspecto físico, en el tiempo que estuve en la escuela todos me decían que parecía un fenómeno. Me tenían como apodo “El chino”, considero que lo decían por mis ojos rasgados, mi madre trataba de animarme diciéndome que quizás lo decían por mis increíbles músculos y que probablemente los intimidaba.
Mi madre era excepcionalmente hermosa, se llamaba Sofía, creció en una familia creyente de la fe Cristiana Católica, trataba de educarnos en la fe y de que viéramos a Dios como aquel que siempre estará con nosotros en las buenas y en las malas. Le doy gracias a Dios por darme a una madre paciente, bondadosa, amorosa que se volvió mi mejor amiga.
Antes de que yo naciera existía una hermosa niña en la familia, ella era Mabel, para ella no era un fenómeno, podía notarlo en sus ojos. Ella trataba siempre de cuidarme, cuando aún no podía caminar ella me llevaba en su espalda con apenas 7 años de edad, decía que siempre iba a protegerme para que nadie me hiciera daño.
No podía decirle Mabel, así que contribuí para ponerle un sobrenombre “Bel”, para ella era encantador que le dijeran así, pues le hacía recordar las veces que la llamaba para que estuviera junto a mí. Bel siempre decía que yo era el mejor regalo que Dios le pudo dar, realmente me amaba.
Antes de entrar a la escuela ella me enseñó el abecedario completo, para que no me costara el aprendizaje, su misión era que yo sobresaliera en las clases y que nadie se burlara de mi condición cognitiva. Considero que lo consiguió, pues obtenía buenas calificaciones, pero la burla era persistente porque no podía pasar desapercibido con mi imagen física de un niño con síndrome de Down.
Mi papá era de descendencia Europea y se le podía notar en su aspecto físico, se llamaba Mario, era un excelente músico y cantante, pasaba poco tiempo con nosotros, pues se mantenía en sus tradicionales giras con un grupo de músicos que daban conciertos de música Jazz. Cada vez que estaba en la casa nos deleitaba sus hermosas canciones acompañadas del violín o la guitarra, realmente le gustaba la música romántica y era bueno con ello.
Pasaba horas sentado viéndolo ejecutar su violín, era maravilloso como se hacía uno con el instrumento, parecía algo mágico. La música corría por las venas de mi padre, había nacido con ese don tan grande. Siempre soñaba con ser como mi padre, me hubiese gustado que me viese cantando y ejecutando instrumentos como él lo hacía.
Mi vida no es en lo más mínimo una historia triste, para mi cada momento fuerte es una experiencia que me ha ayudado a crecer. Trato de recordar siempre las enseñanzas de mi madre, siempre quiso que supiera valerme por mí mismo y lo he logrado.
La mayoría de personas quizás piensen que fue un error haber nacido en una familia como la que les tocó, pero en definitiva no es un error. Dios tiene un propósito para cada uno, lo interesante de la vida es que “Todo tiene su tiempo” y sabe porque hace cada una de experiencias que nos toca vivir.
Mi madre sabía que yo sería un hombre lleno de muchos dones igual que mi padre, y por ello me preparo junto con mi hermana y mi padre. Amo a mi familia, no podría decir que tengo la mejor de las familias, pero sí puedo decir que es Mi familia y no la cambiaría por nada.

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Todo tiene su tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora