Me enamoré

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Me convertí en el dueño del Wizarding World, tenía todo lo que hubiese querido; una carrera profesional, casa propia, trabajo, un negocio propio y muchos amigos. Pero aún sentía un lugar vacío en mi corazón, no me había tomado el tiempo para pensar en tener una familia propia, quizás me aterraba el hecho que no encontraría a alguien que me amara y que quisiera compartir sus días conmigo.

El señor Anthony y yo nos habíamos convertido en grandes socios, hacía siempre lo casual, estaba un tiempo con los comensales en el restaurante saludando y entreteniéndolos, después los invitaba a pasar al teatro para que disfrutaran de las presentaciones. Aunque era algo rutinario, pero disfrutaba hacerlo.

Pero una de esas noches fue especial, la vi desde que entró al All in good time, su rostro se parecía demasiado a la niña que había conocido en los jardines de la escuela, se veía hermosa, había crecido mucho pero sus ojos seguían siendo los mismos que me enamoraron.

La observé hasta que se sentó a la mesa, la acompañaban dos hombres altos y una mujer, imaginé que quizás serian dos parejas. No me importaba, sabía que era ella, quería hablarle y preguntarle qué había hecho todos esos años que no estuvimos juntos, tenía que acercarme.

Empecé a saludar como de costumbre, pero un amigo me pidió una interpretación musical, esto aplazaría el contacto con ella, quizás en los que subía al escenario del restaurante ella se iría, no sabía qué hacer. Tenía el violín esa noche, pensé que debía llamar su atención para que me reconociera, lo tomé, lo coloqué en el cuello y empecé a ejecutarlo, dejé que mi corazón hablará por medios de las cuerdas del instrumento, la canción del grupo Il Divo "Mamá" empezó a fluir.

El silencio de apoderó del lugar, solamente se escuchaba el violín. Cerré los ojos y empecé a recordar los momentos que compartí junto a Heidy, cómo podía olvidarla, fue mi mejor amiga y mi primer amor. Abrí los ojos y me dirigí hacia el lugar en donde ella estaba sentada, me estaba viendo con la boca entre abierta y lágrimas en los ojos, en verdad era ella.

Terminé y los aplausos no dejaban de sonar, con cortesía les sonreía a todos en gratitud a sus aplausos. Ella se levantó rápidamente, tomó su bolso y camino ligero hacia la puerta. La perdería otra vez, primero tuve la cobardía de irme de casa sin despedirme y ahora ella se va sin siquiera saludarme. Al llegar a la puerta se volteó y me miró fijamente, sabía que aún me amaba, debía hacer algo pronto.

Corrí hacia la puerta con la esperanza de poder hablarle, pero cuando se dio cuenta que la seguía salió deprisa. Llegué a la puerta y no la veía, me dirigí al parqueo, pero no estaba ahí. Empecé a sentir un dolor espantoso en mi corazón, esa sensación en la que sientes que tu corazón ya no puede palpitar porque lo ha perdido todo.

Me puse las manos en la cabeza lamentando todo, me había predispuesto a regresar al restaurante cuando alguien me habló.

- Hola Tin. –Me volteé para verla-.

- ¿Heidy? –Dije sabiendo que era ella-.

- Sí, ¿Cómo estás?

- Estupendo, es decir, me alegra mucho verte de nuevo.

- ¿Te alegra? Eres un cretino. –Se había dado media vuelta y se disponía a caminar dejándome plantado-.

- Espera, puedo explicarte todo.

- ¿Explicarme qué? No tienes nada que decirme, te fuiste sin decírmelo, llore muchos días por tu culpa, no te volvería a ver, mi vida se hizo pedazos.

- Lo siento.

- ¿Lo sientes? Pues créeme que lo sentí más.

- Tenía que irme de casa, no quería ir a una casa hogar, no te volvería ver de todas maneras.

Todo tiene su tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora