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Entró a la casa, me mareo por el drástico cambio de temperatura. Me quedo de pie unos segundos con mi mano en la frente para quitar el dolor. Cuando ya veo un notorio cambio, dejo las llaves encima de la mesita y camino hasta las escaleras. Las subo con demasiada lentitud, no me puedo mi cuerpo. Mis piernas tiemblan, me tambaleo de un lado para otro sin equilibrio.

Ahora es cuando me asusto, mi respiración caótica se empieza a incrementar antes de llegar a mi habitación. Con mis débiles y temblorosos dedos intento coger mi teléfono para llamar a Anna.

Está me contesta al primer pitido, "Gracias a Dios" pienso.

-Hola, Dy. ¿que ocurre?

-Anna... Estoy... Teniendo un ataque asmáti... asmático- con las pocas fuerzas que me quedan, añado: -Ayudame.

Comienzo a cerrar de a poco los ojos, cuando escuchó un grito que me hace abrirlos.

-¿¡Qué!?- dice eufórica -Ya voy, ¿no tienes de esas pastillas, o esos inhaladores?

-No... Porqué no he tenido hace... Mucho tiempo un ataque...

-¡Está bien!, iré con ayuda... No-no te preocupes- pudo escuchar como su tono de nerviosismo y preocupación fluyen en su voz.

-¿Dy?- pregunta Anna. -¿Dy?- pregunta de nuevo, no tengo la suficiente fuerza para hablarle.

Anna sigue gritando mientras cierro los despacio, mi vista se vuelve borrosa, mi teléfono cae encima del colchón y mi mano sobre el. Todo se vuelve negro y oscuro.

(***)

Despierto alarmada, aún así. No puedo saltar ni moverme, siento algo pesado sobre mi boca, mis brazos están a mis costados inmóviles, no los puedo mover. Mis mínimas fuerzas me lo impiden.

Puedo escuchar sollozos, llantos gritos... También el sonido de una sirena retumba en mis oídos, desde mi lugar puedo ver a través de una ventana. Luces rojas y azules pueden reflejarse en ellas.

Observo el lugar donde estoy, puedo notar la presencia de personas familiares. Por ejemplo: Anna; que está con una de sus manos agarrando la mia, puedo notar la leve fuerza que presiona en ella, una lágrima suya cae en mi brazo; Johnson; que está a su lado con un brazo en su hombro; por otro lado tenemos a alguien que jamás imagine que estuviera, Matt; que está al lado contrario de los chicos, noto su leve melancolía hacia mi en su mirada. Veo como se agacha y besa suavemente mi frente, deja sus labios húmedos por un largo rato. Una lágrima rueda por mi frente, supongo que es de el. Pero el jamás lloraría por mi.

-Te quiero- susurra en mi oído. No puedo procesar bien lo que dijo, la señora sentada junton a el lo echa hacia atrás.

El se acomoda en el asiento, se revuelve mucho, las sillas deben ser muy incomodas incómodas como para que se comporte así. Se muerde la lengua con inquietud y nerviosismo. Se muerde el labio cada vez que puede, cada vez va incrementando la mordida. Llegó a un punto en el que le salió un poco de sangre, pero no lo tomo en cuenta, paso un dedo por su labio para quitarla. Se acomodaba y desordenaba el cabello con frustración.

No se han dado cuenta de que he despertado, tengo los ojos muy abiertos, o no sé. Parpadeó y escucho un grito de emoción:

-¡Desperto, desperto!- deduzco que es Anna. La señora se pone de pie y me revisa el pulso, pasa un dedo por debajo de la nariz para ver mi respiración.

-¿Te sientes bien?- pregunta ella.

-Quiero... Quiero ir a casa- digo sin fuerzas, es como si tuviera un nudo en mi garganta.

-No, no puedes. Debemos revisar si estás bien. En el hospital. Aquí no tenemos todos los implementos.

-Yo... Estoy bien, respiro bien. Puedo moverme...- muevonun brazocon dificultad, sonrió, pero no se ve, ya que llevo una mascarilla encima de mi boca.

-¡Chica!, sufriste un ataque asmático. Si no hubiera sido por Anna, su novio y su mejor amigo no estarías aquí. Probablemente estarías muerta- dice apuntando a los chicos cuando los nombra.

-Si se, ya lo he vivido. Pero quiero ir a casa- digo, me duele todo. Lo único que quiero es estar encerrada en mi habitación como siempre sola, sin nadie.

-Dylan, no puedes.- la señora hace una mueca de sincera tristeza. -En serio, disculpa. No puedes, solo te ayudaremos y te recetaremos un nuevo inhalador.

-Solo... Quiero ir a casa, nada de revisiones. Solo quiero una visa normal, maldita asma- digo finalizando con algunas lágrimas que rueda por mi mejillas sonrosadas.

Matt se acerca y las limpia con sus dedos.

-Dylan, te juro que saldrás del hospital mañana. Pero debes quedarte para hacerte revisión. Chequear tus pulmones y tu respiración para que no vuelvas a pasar por esto otra vez- sonríe.

Asiento desganada: -Esta bien- cedo no muy convencida.

-Si quieres, pars no sentirte sola. Puede que alguno de tus amigos se quede contigo- prefiero estar sola, pero no me gustan los hospitales.

-Yo...- dice bajito Matt, me sorprendo y lo demuestro abriendo mis ojos lo que más puedo -Yo, yo me quedaré con ella si hace falta. La cuidaré - sonríe, todos tienes sus cabezas giradas y con las miradas sobre el. Noto el ligero rubor en sus mejillas que lo hace tener un aspecto adorable, sonrió.

-Pues, señor Matthew. Usted me ayudará a no dejarla sola por ningún momento.

-Nunca la dejaré sola, lo prometo.- dice con una mano alzada junto a su pecho.

Llegamos al hospital, me bajaron con la camilla y me llevaron a una habitación. Era amplia, pero pequeña comparada a la mia. Entrando en ella sentí una mala vibra.

Los doctores me chequearon varias veces antes de irse de la habitación, también me dieron una receta para pastillas y un inhalador nuevo. Suspiró y descanso mi cabeza en el incómodo almohadón.

Suelto un quejido y un bufido, es demasiado incómoda.

Matt se pone de pie de el sofá cama y camina a paso rápido hasta mi. Arregla la almohada, lo hace tan perfectamente que da gusto.

Se sienta a mi lado y acaricia mi mejilla, cierro los ojos y caigo dormida.

Broken Hearts {matthew espinosa} ; en EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora