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-¿¡Qué!?- le pregunto, mi labio tirita del frío. Mis bocanadas se hacen vapor en el aire gélido.

-¡Por favor!- junto sus manos y suplicó, insistió en que lo dejará entrar. Se arodilla y sigue pidiéndome permiso.

-¿¡Por qué!?- veo como su piel se eriza al contacto del aire, sonríe tiernamente y se pone de pie. Se reincorpora y se acerca a mí.

Me alejo un poco, la mirada de Matt se posan en mis pechos, Matt es tan alto que tiene una perfecta de vista ellos. Me sonrojo y agacho la cabeza.

-¡Por favor! Te explico luego- dice, se agacha y queda a mi altura, sonríe.

-Está bien...- digo no muy convencida.

Me abro paso para dejarlo pasar. Acomoda el gorro de la sudadera tapando sus orejas del frío, entra rápidamente y suelta un suspiro de alivio. Cierro la puerta y me abrazo a mi misma.
Se acerca y me abraza, rodea sus brazos por mi espalda en la parte más baja de la espalda y deja su cabeza en el hueco de mi cuello. Presiona su pecho con el mio, siento su torso y abdomen sobre el mio. Mi cuerpo frío se calienta por la temperatura cálida de Matt al instante, me siento cómoda en sus brazos. Me desplomó en el.

-¿No tienes frío? - niego con la cabeza. -¿En serio? Tu piel está muy fría, ven.- dice, asiente y me acerco a el.

Se saca su sudadera, la estira sobre sus brazos y hacia adelante. Su fragancia exquisita me llega hasta mis fosas nasales, huele delicioso.Toma uno de mis brazos y lo mete en la manga de la sudadera, repite el proceso con el otro. Queda al frente mio, se pone de puntillas haciendo que se vea más alto. Coge el gorro de está y me lo pone, ordena mi cabello y se aleja. Me mira por unos momentos, queda satisfecho y sonríe.

Cojo el cierre de la sudadera y pretendo cerrarlo. Los largos dedos de Matt me detienen, los ciñe sobre mis manos.

-No, no lo hagas. Dejalo así- toma mis manos y las aleja del cierre.

El toma el cierre con sus manos y lo baja, abriendo la sudadera. Le sonrió de vuelta. Camino hacia la cocina y hago una mueca de asco al ver el plato sucio sobre el mesón, lo recojo y lo dejo sobre el fregadero. Lo lavo rápidamente, lo seco y lo dejo en su respectivo lugar. Me dirijo hacia las escaleras para ir a mi habitación.
Veo a Matt de pie junto al sofá, rn sus manos tiene un marco de foto, me pongo de cuclillas para ver el retrato. Soy yo de pequeña, hace unos 4 años, mis mejillas adquieren un color rojizo.

Matt se percata de mi presencia y deja con cuidado y con prisa en su lugar.

-Eras preciosa- me sonríe, intento tapar mis mejillas con su sudadera -Igual que ahora- añade al ver que no contesto ante su alago.

-Voy... A subir, así que...- el asiente, se acerca a la escalera.

Extiende su brazo por mi lado como todo un caballero, dándome paso a subir. Me sorprendió su actuar, no dije nada y subí las escaleras. Ambos subíamos las escaleras cuando pise mal y casi me caigo, mi espalda choco con el pecho de Matt, fue mi apoyo. Probablemente hubiera muerto si el no estuviera aquí.

-Gracias- le agradezco por ser mi pedestal.

-Deberías tener más cuidado- dice dándome vuelta para quedar cara a cara con el.

-Yo... Si lo sé, es que soy un poco torpe. O eso dicen- le contestó sentándome en el escalón, me imita y se sienta junto a mí.

-¿Quien te dice eso?- gira su cabeza hacia mi, alza una ceja.

Arreglo mi cabello detrás de mi cuello, y los mechones sueltos detrás de mis orejas.

-Todos en la escuela. Todos, en especial ustedes. Tu y tu grupo de amigis- mis ojos se llenan de lágrimas al recordar todas las burlas e insultos que me han dicho. Las quitó rápidamente para que no se de cuenta. Aún así, fracaso y me ve.

Acerca su mano hacia mi mejilla mojada y la acaricia. Limpia las lágrimas que amenazaban en salir.

-Lo siento por eso, fui un estúpido. Tu no eres torpe, tu no eres fea. Eres hermosa, y tienes más cerebro que algunas chicas que he conocido.

Abrazo mis rodillas y escondo mi cabeza dentro de ellas.

-No sirve de nada que te disculpes. Todo lo que sentí y siento en estos momentos, cada vez que se burlaban y me gritaban insultos, putos insultos que me dolian. Me siento estúpida- digo sin más, necesitaba decir todo lo que que tengo que decir. Estoy harta -Estoy harta de ser como un juguete para los demás. Estoy harta de que me traten como si no valiera nada.

-Dy, no sé que decir. En serio, yo... Lo lamento, no pensé que lo pasabas tan mal.

Me pongo de pie y subo las escaleras, el hace lo mismo y me sigue.

Entro a mi habitación y el por detrás de mí. El de queda de pie frente a la puerta, me siento en mi cama.

-¿Por qué estás aquí?, ¿qué quieres de mí?- le digo, no me ha dicho porqué esta aquí.

-Ah, ehhh... Mi mamá se enojo conmigo por algo...- se rasca la nuca nervioso -No puedo ir a dormir allá. Los demás están en una fiesta, y no me apetece ir. Y Johnson esta con Anna.

-Ah, ¿y yo que tengo que ver contigo?

-Eres la única persona que tengo, ¿puedo quedarme aquí? No tengo donde ir.

-Está bien, pero dormiras en el suelo. Escuchaste- le digo, sonríe. Río levemente cuando hace un sonido de alegría.

Saco algunas sábanas y las colocó sobre el suelo junto a mi cama.

(***)

Me revuelco sobre mi cama incómoda, lloró y lloró. Mis sollozos son inevitables de soltar.

-¿Quieres que me acueste contigo, Dy?- pregunta Matt, me doy vuelta hacia el. Me está mirando con sus bellos ojos. Puedo sentir mis.ojos rojos y arder.

Asiento. Se pone de pie, lleva solo su polera lisa de ayer y sus boxers. Su cabello esta desordenado, sonríe. Me sonrojó, se ve muy guapo. Se acomoda en mi lado y me acerca más hacia el.
Me besa la mejilla y posa su mano en mi cintura, la deja ahí y la acaricia.

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Broken Hearts {matthew espinosa} ; en EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora