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Anna bebe lo poco que le queda de su —según ella— delicioso capuccino, haciendo un irritante sonido.

No sé por qué a las personas les gusta venir a perder el tiempo en un Starbucks, es decir, hay más cafés aquí cerca. En mi opinión no me gusta "Starbucks", es moda, todos los que vienen aquí son moda. Debo admitir que sus licuados, cafés, etcétera, son deliciosos. Pero sus precios son caros, comparados con otros.

Anna deja caer el vaso de plástico vacío y sucio sobre la mesa.
Aún no terminó el mio, era sabor fresa. Jamás vengo aquí, así que no sé el nombre de ningún producto de los que venden aquí.

Jugueteó y muerdo la bombilla verde de la tienda, bebo pequeños sorbo mientras lo hago.

—¿Jamás has venido aquí? — niego con la cabeza y sigo bebiendo, la termino y la dejo encima.

—¿Es en serio?— pregunta sorprendida, a veces Anna puede comportarse como fresita, pero no es a un punto tan alto. Y no me importa que sea así. Al darse cuenta ella se avergüenza, odia ser así en ocasiones. Le recuerda que fue amigas de ese tipo de personas.

—Si, no me gusta... Odio el café — digo sincera, no le encuentro el sabor ni el brillo que tiene para que a las personas les guste tanto.

—Ah— responde, desanimada. Me siento mal por contestarle con amargura.

—Pero... Tranquila, de todos modos esto...— observo el vaso confundida, lo tomo y lo agitó frente a su cara —Estaba muy rico— sonrió insegura.

Ríe: —¿Quieres ir a otro lugar?— la verdad es que sí, ya estoy aburrida de estar aquí sentada, las personas me miran mucho. Me siento incómoda con sus miradas encimosas.

Anna nota mi disgusto e informa: —Entonces... Vamos, te llevaré a un lugar muy bonito— la miro con los ojos bien abiertos, asustada.

—Está bien— digo alzando ambas cejas, me agarra del brazo y me lanza fuera de la tienda bruscamente. Ríe sin cesar, hasta su risa es hermosa. A veces la envidio, por ser tan linda y por tener un novio muy guapo. Pero recuerdo que es mi mejor amiga, que tener envidia de tu amiga es malo y se me pasa la tontera.

—No queda cerca, así que...— mira la calle hacia ambos lados, mis músculos se tensan —Tendremos que tomar algún taxi— sonríe y me mira. Ahí comienzo a agobiarme, ¿dondé me llevará?

—Ajá— respondo nerviosa —¿Adonde me llevas?, digo... Para saber— ladeó la cabeza hacia ella.

—No te haré nada, boba. Si es lo que piensas— se acerca —Solo quiero ir contigo a un lugar que me gusta mucho.

Me relajo un poco y la sigo hasta la vereda, toma mi mano y me acerca a ella.

—Tomaremos ése — apunta el que va por una de las vías de la calle, asiento.

(***)

Estoy un poco confundida. Hemos bajado en lugar desolado, hay muchos árboles y vegetación de todos modos. Pero eso no quita el susto y piel de gallina que en este momento tengo.

—Dime por favor que no me matarás.— bromeó alejándome y riendo para calmar mis nervios de punta.

Ríe: —No, ven sigueme— dice adentrándose al bosque.

La sigo para no quedarme atrás, camina a paso rápido así que literalmente tengo que correr detrás de ella.

Las pisadas fuertes contra el suelo rompiendo las hojas secas que pisó, las aves cantando y moviéndose ágilmente por entre los árboles, son lo único que mi cerebro puede procesar, y mis oídos escuchar.

Ella no inmuta palabra durante el trayecto hacia mi segura muerte. Nací demasiado melodramática, comprendan, puede que este sea mi probable asesinato.
Chicas, chicos, si muero hoy, quiero decirles que... Odio a la población masculina y femenina, es decir todo el mundo...

Mis pensamientos son interrumpidos por la magnífica vista que tengo antes mis verdes ojos.

—¿Bonito, no?— observo el paisaje maravilloso, jamás habia visto algo asi. Solo en fotos, nunca en persona.

—Es muy hermoso, ¿coml sabes de este lugar? Nunca había venido aquí...

—En unos de mis viajes de exploración.— contesta ante mi pregunta, continúa: —Suelo hacer muchos en mis tiempos libres. Este es el que más me ha gustado. Nadie sabe que hago ese tipo de cosas, ni Johnson. Le oculto muchas muchas cosas, temo que me deje, lo amo. También, eres la primera persona quee enseño y le digo esto— sonríe orgullosa.

—Esto es... Realmente hermoso, Anna— le sonrió, se sienta en el césped que brilla por los rayos de luz del potente sol, algo muy extraño, ya que estamos en invierno.

—Sabes, jamás soy abierta con nadie...— comienza a hablar —Solo contigo... Johnson no sabe muchas de las cosas que te digo y hago. Estoy asustada, no quiero que sepa nada.

—Yo tampoco, no soy abierta. Nadie sabe nada de mi, yo no se nada de ellos. Soy muy reservada. La verdad.

—Johnson no sabe que soy virgen— dice y se tapa la cara avergonzada.

—¿Y qué?— preguntó.

—Porque...— suspira —El quiere que... Eso, pero yo no, por miedo. Estoy asustada, realmente no quiero.

No sé que decirle, jamás me habían dicho esto.

—Anna, no tengo experiencia en eso, pero se que... Pasará y va a pasar en algún momento. Que todo fluya según ustedes quieran. No te sientas avergonzada por esa tontería.

—Si, es cierto— sonríe menos roja de lo que estaba.

—¿Jamás te ha tocado?— preguntó, odio que los hombres sean unos cerdos. Ya me cae mal Johnson, si le hace algo a Anna, pues peor.

—Ni un pelo...

—Ah— digo y volteó mi cabeza hacía el lago frente a mí.

Anna se acerca más a mi y se recuesta a mi lado.

¿Debería confesarle algo?, ella lo hizo. Mejor lo hago antes de que me envuelva en preguntas.

—No quiero que Matt me rompa el corazón— suelto con un nudo en la garganta, me duele recordar el día en que lo dijo, sin piedad ni corazón.

—¿Que?

—No quiero, me temo que lo haga.

—Matt no es tan malo como parece al verlo por primera vez. Es dulce y adorable, es como un niño cuando habla conmigo. Antes era así todo el tiempo, era una persona amable, pero todo cambio— yo no conocia esa faceta de el, llegué al año después de Anna y el —El le hace eso a las chicas porque...

El sonido de su teléfono comienza a sonar...

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Gracias por leer

Broken Hearts {matthew espinosa} ; en EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora