Maratón (3/3)
Está comenzando a hacer demasiado frío.
-Vaya, ya está haciéndose de noche. Ven, te llevo a casa.- dice poniéndose de pie. Se agacha para coger las cajas, supongo que para botarlas luego.
Extiende su brazo hacia mi y con esté me ayudo a ponerme de pie. Me agarra de la mano y caminamos dentro del bosque. Hace un frío horrible, cada vez que puedo. Suelto la mano de Matt y me abrazo a mi misma y vuelvo a entrelazar mi mano con la suya solitaria. No me puedo quejar, yo llevo una sudadera encima, el solo lleva una camisa lisa y la tela es muy delgada. Su piel está erizada, su labio tiembla. Suelta unos gemidos cuando le recorren unos escalofríos. Se me ablanda el corazón y hago lo que hace tiempo quería hacer. Camino hacia el, rodeo mis brazos por su espalda baja. Lo abrazo lo más fuerte que puedo para darle calor. Se que no puedo transmitirle lo suficiente, pero algo es algo.
El no responde el abrazo. Me desoluciona, algo me da un golpe en el corazón cuando lo hace. Me dispongo a deslizar mis brazos fuera de el, pero sus manos los toman con delicadeza, los vuelve a dejar ahí. El rodea sus brazos sobre mi cuello, y hunde su cabeza en el hueco de esté.
-No me sueltes, jamás- dice, mientras olfatea mi cabello. Escuchó y siento un suspiro contra mi cuello.
Sonrió y me aferro más a él: -Jamás - sus facciones se mueven, haciéndome pensar que sonríe. Ríe levemente.
-Gracias- se acomoda más en mi cuello, me hace cosquillas haciendo que salte. -Disculpa- saca la cabeza de mi cuello y besa mi mejilla, pasa su dedo por mis labios y los besa. Deja un beso en mi frente.
Entrelaza nuestras manos nuevamente, me aferra mucho más a él y nos dirigimos hacía la calle. Comenzamos a caminar hasta llegar a ella. Pasaron pocos taxis, pero ninguno nos servía. Así que obligadamente tuvimos que caminar.
Me estaba cansando cuando Matt se detiene: -Dy, ¿estás cansada?- pregunta, asiento sin ganas.
Siento que mi pecho no funciona bien. Todo es culpa de mi y mi asquerosa asma. No había pasado esto desde hace dos años. Poso mi mano en mi pecho y respiro agitadamente.
-¿Qué ocurre?- no le contesto, no puedo. Perdería oxígeno que necesito -¿Dy?- dice con tono preocupado, ciñe su mano a mi hombro y me observa mejor -Dy, me estás poniendo nervioso. ¿Qué te pasa?
-Estoy muy... Cansada... Necesito aire,.soy-soy asmática- le digo entrecortada, es como si tuviera un nudo en mi garganta.
-Está bien, no te preocupes. Yo... Respira- hago lo que dice -Eso es, otra vez- repite, obedezco. -Espera, ya vengó.- dictr antes de irse corriendo a quien sabe donde.
Eso es, ves. No le interesas, Dy. Ya se fue, porqué eres una...
Mi conciencia es interrumpida cuando siento que unos fuertes brazos me cogen de las piernas y la espalda. Matt me sonríe y comienza caminar conmigo en sus brazos, temo y me sonrojo.
-No, peso mucho. Llevame en tu espalda.
-No pesas nada, eres como una pluma. Eres muy esbelta... Yo te llevó, puedo contigo. No te preocupes. Acomodate y respira, ¿ya?- asiento insegura, respiro como dijo que hiciera.
Descanso mi cabeza sobre su pecho, cierro los ojos con fuerza cada vez que mi pecho hace que me cueste respirar. Lágrimas caen por mis mejillas, odio esto. Me odio por ser así, me odio por de asmática. Me siento estúpida por no hacer tantas cosas como los otros. Ahogo un sollozo.
-Ya casi. Falta poco, resiste por favor. Dy...- hace una pausa para que lo mire, giro mi cabeza para poder observarlo mejor. Está contiendo -Tu puedes, nena- baja su cabeza y besa la comisura de mis labios.
Recuesto mi cabeza nuevamente, sus brazos son muy cómodos. Pero no quiero ser aprovechada. Sube por unas cortas escaleras y con muchísimo cuidado abre la puerta de una casa, supongo que la mía.
Percibo un olor a comida, mamá casi numca cocina. Está no es mi casa. Hay un olor a canela, huele a navidad también. Olfateo.
-¿Dondé estamos?- digo, toso.
-En mi casa, te llevaré arriba. Tengo un inhalador. Espera un momento, por favor.
Me baja de sus brazos, no puedo ni con mi propio cuerpo. Caigo sobre sus brazos, me toma y me coloca en su espalda. Como puedo me agarró a el con mis brazos rodeándolos en su cuello.
Dejo mi cabeza sobre su cabello, respiró agitadamente contra su cuello, se le pone la piel de gallina cada vez que lo hago. Disfruto verlo.
Entra a una habitación, de inmediato puedo deducir que es su habitación. No por las paredes, ni por algo físico que haya ahí dentro. La reconozco por el característico aro que emana Matt siempre. Esa deliciosa colonia que me vuelve loca.
Me tumba sobre la cama, me arropa con unas delgadas y se dirige a una puerta. Es su baño lo veo rebuscar un objeto por todo esté. Dentro de cajones, encimeras, cajas. Absolutamente todo. Cuando lo encuentra corre hasta mi y cojo el artefacto, lo colocó en mi boca y hago el proceso. Poco a poco comienzo s respirar normal.-Me asustaste, nena. No sabes como.- dice acercándose a mí, veo como sus músculos se relajan al hacerlo. Me besa la frente.
-Quiero ir a casa- sentenció.
Ha sido un día increíble, excepto por esto. Pero estoy muy cansada, me duele todo. Y me acabó de recuperar de ataque asmático, lo único que quiero es dormir.
-Está bien, yo te llevo. Vamos.
(***)
-Gracias por salir conmigo. La he pasado de maravilla, en especial porqué fue contigo, Dy.- sonríe, le devuelvo la sonrisa.
-De nada, a mi me ha encantado también- beso su mejilla.
Se baja del coche, veo como trota hasta la puerta de copiloto. La abre y extiende su mano para ayudarme a bajar.
-Gracias- sonrió y la tomo, salgo del coche. Esté me tira con fuerza, haciendo que choque con su pecho.
-Adiós - dice, besa mi frente.
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Gracias por leer
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Broken Hearts {matthew espinosa} ; en Edición
FanfictionDylan Jones sabe que él la destruirá, sabe que él le hará mal y jamás lo olvidará. Dylan sabe, pero ella está tan enamorada de Matthew Espinosa que hizo caso omiso a su advertencia. -Te romperé el corazón... Como a todas las demás, ya verás, te dest...