~Capítulo IV - Tanta pasión para nada~

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Era el primer día soleado de verano, una época del año que siempre me traía divertidos recuerdos de mi espectacular infancia. Fue ese día cuando lo conocí....a quien sería mi "amado jefe" .
Kisho-san es un hombre serio y nada interesante por lo tanto sus relaciones son escasas y muy superficiales. Él vive solo para matar ghouls. Es muy bueno en su trabajo, eso no lo niego, es una arma perfecta, que hace lo que se le pide sin preguntar nada. En ese aspecto Kisho-san, ¡es muy cool! Pero nadie es capaz de entenderlo mucho menos de amarlo. Por eso me sorprendió verlo conversando con un investigador que, por su apariencia, juzgué que tendría más o menos la misma edad que yo. Debo comentar que aquel día hacía un calor de los mil demonios como para llevar traje. Es algo que yo no entiendo, ¿por qué siempre debemos llevar traje?  ¡Perdón!, ¡perdón! Ja, ja, ja, me he desviado del tema. Entonces me acerqué a ellos, ¿cómo me iba a perder tal oportunidad de "saludar" a Kisho-san?
  
   -¡Kishooooo-saaaan! ¡Bueno días!,  ¿oh? a ti no te había visto- dije ladeando la cabeza en apariencia ingenua.
   -Sasaki Haise, investigador rango tres.
   Su espíritu alegre emanó una fuerza misteriosa que me sedujo, sus ojos grises tenían un brillo de inocencia e ingenuidad pero lo que más llamó mi atención fueron sus labios era como si fueran una especie de imán, me atraían de sobremanera.
    -Haise, ¿no debías reunirte con Akira a la una?- en su tono hay un énfasis como si la pregunta, como todas las suyas, fuera más bien una orden.
  
   Miró el reloj de la entrada, ya eran la 1:05 p.m. Un atisbo de terror cubrió su rostro, como el de los niños cuando van a ser regañados, haciéndolo ver más lindo 💕. Pero de nuevo sus labios me obligaban a clavar mi mirada en ellos; parecían bastante suaves y cálidos.
    -¡Mado-san, me va matar!, disculpe, fue un placer- dijo haciendo una reverencia, algo exagerada- Arima-san, nos vemos que tenga un buen día.
   Y salió corriendo por el pasillo evitando a los investigadores que se cruzaban en su camino. Fue entonces cuando me libre del hechizo de sus labios y percibí que Kisho-san lo seguía con la mirada y una pequeña, casi imperceptible sonrisa se dibujaba en su rostro.    Nunca olvidaré el sentimiento que me embargo aquel día, deseaba poseer y destrozar a ese chico, destrozar a Sasaki Haise y eliminar la sonrisa de Kisho-san.

   
   La bondad pura, rara vez me ha derrotado, pero resulta un engorro para todo el mundo excepto para aquellos que son más buenos que el pan y lamentablemente ese era el caso del objeto de mi deseo. Sasaki Haise era la persona más buena, gentil y amable del mundo. Quizás por eso deseaba destruirlo con más fuerza que cualquier otra cosa. Además de que siempre que estaba con Kisho-san andaba detrás de él como perrito faldero. Lo miraba como si fuera la persona más maravillosa del mundo. Y no, no son celos ni envidia.

   Corría por los pasillos del CCG-se me había hecho tarde para una reunión de escuadra-cuando choque contra alguien. Caí sobre él, entonces me dice cuenta que era Sasaki-kun, fue sólo un momento pero ¡les juró, que sus labios me llamaban! Esto se había vuelto una obsesión repulsiva, ¡tenía que probarlos! ... deslizar mi lengua sobre ellos, morderlos. Pero rápidamente me apartó de él y se disculpó más veces de lo creí posible. Después de ese incidente, no tuve más oportunidades de encontrarme a solas con él. ¡Fue terrible! Ese deseo por él me estaba consumiendo hasta el punto de llegar a ser doloroso.
   Me destinaron al distrito 13 y permanecí trabajando ahí unos seis meses. Mi vida se normalizó, ya saben matar ghouls, matar humanos, arruinar la vida de todo quien me parezca simpático ¡Ah, de que pequeñas cosas esta hecha la felicidad!
Pensé que había superado aquella obsesión por  Sasaki Haise, pero cuando volvía a cruzarme con él, la obsesión volvió pero había una novedad. Algo cambió en la relación entre él y Kisho-san, se volvió más......¿cómo decirlo? Si, más "íntima". Kisho-san disfrutaba de eso que a mi no me era permitido. ¡No, no, no! Claro que yo no tenía envidia, es un sentimiento terrible. Aunque.......¿como sería la vida desde esos ojos grises llenos de vida que sólo vivían para complacer a Kisho-san?

   La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de ella, bueno.. quizás sí, siempre y cuando les des un poco de "motivación". Y eso hice con Sa-sa-ki-kun. Nunca un plan me había salido también, una inofensiva  conversación con Kisho-san, la cual casualmente estuviera escuchando Sasaki-kun y...¡Boom¿Vale anunciar que los problemas estaban cantados? Realmente fue divertido, Sasaki-kun no dudó en suicidarse en la primera oportunidad que tuvo. Una lástima que sobreviviera, quiero decir, una lástima para él por supuesto. Yo estaba muy preocupado por él, hasta fui a visitarlo aunque le provoqué una "ligera"  crisis nerviosa. Y Kisho-san se puso de un humor...¡Cuánto odio, solo por amor!

   Así que deje pasar un tiempo considerable antes de visitarlo de nuevo y claro que tome precauciones de hacerlo cuando Kisho-san no estuviera. No quería darle molestias, es un hombre taaaaan ocupado. Ahí estaba, sentado en una silla de ruedas con la mirada perdida en el exterior. Su piel tan blanca, resplandecía al sol. Era tan, radiante que daban ganas de hincarle los dientes.

   -Buenos días Sasaki-kun, quiero decir jefe-dije aunque forzandome a sonar formal-no sabía que estaba viviendo con el clase especial Arima.
   -Furuta-san ¿cómo entró aquí?
   -Ja, ja, ja, perdón, suelo venir por los documentos que olvida el clase especial Arima así que tengo una llave de su departamento.
   -Ya veo, lo siento aún estoy algo nervioso-sonrío con mayor intensidad de lo que le había visto hacerlo-por favor pase y busque lo que necesite.
  
   Pase y fingí buscar los documentos, Sasaki-kun permaneció en su lugar, de vez en cuando dejaba escapar un suspiro.

   -Bueno me voy, parece que el clase especial Arima no dejó los documentos aquí.
   -Disculpe que no sea de ayuda pero...
   -¡No se preocupe!-lo interrumpí- me alegro de ver que su salud esta mejorando.
   -Muchas gracias Furuta-san, por preocuparse.
   -Ahora tengo una razón más para venir aparte de buscar los documentos que el clase especial Arima olvida.
   -¿Sí?, ¿cuál?- preguntó ingenuo.
   -Usted-replique vivamente-estoy enamorado de usted "jefe"
   Se me quedó mirando, se puso rojo, y luego estalló en una carcajada nerviosa.
   -Furuta-san, no debe bromear con el amor-dijo en voz baja-¿Esta hablando enserio?
   -Estoy profundamente enamorado de usted.
   Me miró alarmado y un astibo de preocupación empañó su rostro y desmintió la alegría forzada de sus palabras.
   -Lo siento, pero solo puedo ofrecerle una amistad-admitió al fin.
   -Que nuestra amistad sea entonces un capricho, Sasaki-kun.
   Así tomándole el rostro con ambas manos y sólo entonces notando, en el dulce contacto con sus labios, que había caído en su trampa.
  

  

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