Requiem

~Capítulo V - El odio es poca cosa~

Yo te miro y te amo,
No tengo otra salida.

Papeles esparcidos sobre el escritorio y envases de café llenando el cesto de basura. Algo normal en la habitación de "Sasaki Haise" después de una larga jornada de trabajo. Mientras tanto en la cama, se encuentran los dos amantes que atenazados por la "tristeza" de no verse por un largo tiempo, se entregan a su amor. ¿Costumbre?¿lujuria?¿simple necesidad?  Kaneki se ríe, no lo sabe quizás sean todas y ninguna pero lo que sabe es que desea, lo desea a él. Pasa sus manos detrás del cuello de Arima eliminado cualquier distancia entre sus cuerpos. Unos instantes después Arima comienza a desnudarlo.

   Justo ahora sería tan fácil matar a Arima, sin embargo ese no es el fin que persigue Kaneki. Además este juego es divertido y placentero. Arima sabe bien lo que hace, es algo que debe reconocer. Antes de que Arima pudiera hacerse con el mando, Kaneki le tumbó de espaldas sobre la cama y colocándose a horcajadas sobre él, introdujo su miembro dentro de sí; suavemente, despacio. Ritmicamente comenzó a moverse, y lentamente aumentó la velocidad.

    Sí, había sido una atracción fatal desde el primer momento en que Arima conoció a Kaneki. Tenía algo que lo atrajo pero fue al convivir con Haise que descubrió lo que era sentirse unido a una persona. Si tan sólo existiera una manera de eliminar su pasado (Kaneki) lo haría, eliminaría su pasado para que nunca, el odio de Kaneki enturbiara la mirada de Haise.

   -Haise...(no quiero que recuerdes)
   -Ari....ma-sa...n-exclamó Kaneki en un suspiro- ¿me ama?

Arima guardó silencio, podría considerarse algo cruel; pero le gustaba ver el sentimiento de aflicción invadir el rostro de Haise, cuando no respondía rápido a esa pregunta.

   -Arima-san, ¿me ama?-volvió a preguntar,  está vez podía notarse en su voz cierto dolor anticipado. 
   -Sí, te amo Haise.
   -Eso...es suficiente

   Nunca había sentido algo semejante. Perderse en Haise, perderse por Haise. En cambio Kaneki en medio de suspiros de goce, pensaba que debía aprovechar el tiempo que le quedaba para volverlo loco, sin darse cuenta que él, estaba sucumbiendo en aquellas obsesiones suyas; respirar el aroma frío y embriagador del "Dios de la muerte del CCG",  sentir sus manos en su piel. Arima deslizó sus manos por la espalda de Kaneki y sin previo aviso lo tumbó de espaldas sobre la cama. Kaneki ya no tenía el control, ni siquiera de el mismo. Consumido por el placer, apenas era ya capaz de pensar. Le tiró del cabello para atraer a Arima hacía él y así unir sus labios en ardiente y embriagador beso.

  
   Sus encuentros siempre terminan así; con la ropa esparcida por el suelo y ellos durmiendo plácidamente abrazados.  Arima despertó cuando asomaron en la habitación los primeros rayos del alba. Miró a Haise, este aún permanecía dormido, acarició con delicadeza su cabello mientras trataba de imaginar qué es lo que estaría soñando. Imposible descubrirlo, los sueños son territorio privado-pensó y en seguida desistió de la idea. Se disponía a volver a dormir cuando una melodía algo infantil comenzó a infectar el silencio de la habitación. Haise se removió un poco pero no se despertó, Arima se puso de pie lentamente y buscó el origen de aquella melodía. Y lo encontró, debajo de la cama; era el celular de Haise. Sin pensarlo, respondió:

   -¡Jefe! Tengo algo muy importante que decirle-dijo con toda calma- Estoy enamorado de usted ¿no es genial?
   -No creo que sea apropiado declararse mediante una llamada, Furuta.
   -¡Oh, Kisho-san! Ja, ja , ja- se rió con aire de desafío-¿cómo ha estado la familia?
   -Espera Furuta, tengo otra llamada.
   -Pero Kisho-san, este no es su....
   Arima no escuchó a Furuta y puso su llamada en espera.
    -¡SASSAN! ¡Tiene que venir de inmediato!
   -Buenos días Shirazu.
   -¿Eh? ¡¿Clase especial Arima?!
   -¿Puedo ayudarte en algo?
   -Bueno...eh, puede decirle a Sassan que venga lo más pronto posible a la dirección que le envié ayer.
   -Entiendo, hasta luego.