¡Hola a todos y feliz San Valentín 😉! Espero que pasen un día muy agradable en compañía de su amor y/o amigos. También aprovecho esta ocasión para agradecer el que sigan esta historia, sus votos y comentarios. ¡Muchas gracias! 😀
En fin, les dejo esta pequeña historia de Arima y Haise antes de que Furuta provocara el suicidio de éste. ¡Saludos!***
Si tú me recuerdas,
no me importará que,
el resto del mundo me olvide.Haruki Murakami.
Hoy la estación del tren rebosa de una multitud de colores; rojo, amarillo, rosa, blanco son los predominantes, incrustados en globos, flores y osos de peluche. Hoy es San Valentín y Haise espera a Arima sosteniendo una pequeña bolsa entre sus manos. Respira profundamente y exhala con lentitud tratando de controlar sus nervios y se repite que tan sólo va a tener una cita con Arima Kishō el dios de la muerte del CCG. Nada que ninguna otra persona no pudiera hacer. Sin embargo aún no puede creer que Arima correspondiera a sus sentimientos; era una locura, en todo caso una locura hermosa y placentera. Está enamorado irremisiblemente de él y eso le daba miedo, porque lo que se ama con intensidad termina por destrozarte. Suspiró, todo iría bien incluso si algún día terminaba ese sueño sobreviviría. Nadie muere por amor ¿o sí?
Vio a Arima llegar, éste le hizo una señal, Haise le respondió con una sonrisa tímida y acudió a su encuentro. Arima lo abrazó y trató de besarlo pero Haise se apartó rápidamente y bajando la vista le extendió la bolsa que sostenía en sus manos.
—¡Feliz San Valentín Arima-san!
—Feliz San Valentín a ti también Haise y gracias. —respondió Arima tomando la bolsa, así mismo le extendió otra a Haise, y agregó con una sonrisa. —Esto es para ti.
Haise tomó la bolsa con sumo cuidado como si fuera algo que con el más mínimo viento se destruyera. Arima lo observó con detenimiento, cada movimiento, cada gesto nuevo de Haise, era un descubrimiento angustiosamente dulce para él. Abría un mundo de sensaciones cálidas y absorbentes. Haise sintió en su mano la tibia dulzura de la mano de Arima. La apretó dentro de la suya. Y en silencio comenzaron a caminar a la cafetería preferida de ambos en el distrito uno, era un lugar que conservaba el ambiente del siglo pasado. Cuando estaban casi por llegar Arima volvió a mirar a Haise y no pudo evitar sonreír, era muy lindo cuando se sonrojaba. Pensó en detenerse y acariciar su cabello hasta el final de su cuello pero si lo hacía aumentaría el nerviosismo de Haise. Tomarlo de la mano ya era un esfuerzo demasiado grande para Haise.
Sentados en la mesa de la cafetería, los dos se observaron un momento sin decirse nada. Arima pudo apreciar su propio reflejo en aquellos ojos grises que en ocasiones creyó conocer mejor que los suyos. En cuanto la camarera colocó las tazas en la mesa se esparció el fuerte y cálido aroma del café. Haise le agradeció a la camarera con una sonrisa.
Amaba a Haise demasiado. Su voz era ya una necesidad. Necesitaba escucharlo. Aunque le molestaba la forma en que le sonrie a todos, comprende que es parte fundamental de la forma de ser de Haise.
En el resto del día siguieron el intinerario de su cita de manera precisa, cubierta de silencios y miradas de soslayo. Fue al caer la noche cuando llegaron al fin al departamento de Arima. Al entrar Haise sintió nostalgia, el departamento seguía igual a como lo recordaba a pesar del tiempo que había pasado desde que se mudó al Chateau. Dejaron sus respectivas bolsas en la mesa de la sala y se quedaron un momento observando la luna a través del ventanal. Arima tomó su mano, atrayéndolo suavemente hacía sí, Haise percibió de pronto los labios de Arima sobre los suyos, y reuniendo todo su valor apretó también dulcemente. Cuando se separaron Haise estaba sin aliento y aturdido, y al ver sus labios entreabiertos Arima fue incapaz de resistirse, los cubrió de nuevo con besos lentos y llenos de ternura. A partir de ese momento, ya nada pareció claro en la mente de Haise, en la que los pensamientos desaparecieron.
Aquella misma noche, mientras Arima retiraba del cuerpo de Haise la ropa y acariciaba cada centímetro de su piel, una risa carente de todo matiz de culpa o remordimiento corrompió el ambiente pacífico de la ciudad; Furuta ponía en marcha su plan para traer de vuelta a Kaneki Ken.
—¡Feliz San Valentín Kishō-san! Y.....buenas noches Sasaki-kun.
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Requiem
Fanfiction"Los recuerdos son arrastrados por la lluvia volviendo a su cauce. Un pasado borrado y unos recuerdos perdidos vuelven a la mente una vez más." Haise es herido de gravedad y llevado al hospital del CCG pero cuando despierta ya no es más Sasaki Ha...