~Capítulo VI-"Acciones temerarias"~

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¿La violencia y el sinsentido
No son, al fin y al cabo;
Una y la misma cosa?
M. Horkeimer.


Amanecer abrazado a la calidez de otro cuerpo, es una actividad saludable; que importa si es amor fingido o si, las caricias son vacías y que si, en cada beso estás tratando de olvidar tu soledad. Nada importa, realmente......nada importa. La miro ahí durmiendo, a lado mío con su cuerpo desnudo enredado entre las sábanas, ¿Hanako? ¿Fumiko? No, Chieko o era ¿Ayumi? En fin ella es un ser que fue creado para la pobreza y nacido para la inferioridad pero dotada de una enorme belleza; con esa boca tan bien formada, tan coloreada e inocente en apariencia. A veces me sorprendo haciendo a pesar mío, estas observaciones. Yo lo dejo correr, soy un experto en desentenderme de ciertos asuntos, como suele decirse. La aparto suavemente y me levanto tratando de hacer el menor ruido posible-considero que despertar a las personas en contra de su voluntad, es un acto terrible- el día ofrecía solo su lado más benigno, con unos agraciados rayos de sol que, traspasando propiedad privada iluminaban la habitación-confiriendo a la "escena" algo noble y único-a su vez que me anunciaban que era ya más de medio día. Se supone que debería estar trabajando pero, ¿con este día tan hermoso?

<<¡Quedate en la cama! Es más sensato que levantarse>>

   ¡Ah, tienen razón! ¿Por qué molestarme? Sí, para qué molestarme, cuando sé que ahora él está en sus brazos. ¿Qué cómo lo sé? Lo he llamado y saben quién me contestó; <<No me parece apropiado declararse mediante una llamada, Furuta>>. Claro que lo saben, después de todo ustedes lo han leído ya. Kisho-san, Kisho-san, ¡Siempre es él! <<Furuta-san, yo... sólo puedo amar a Arima-san, sólo a él le pertenece mi amor>> ¡Cómo penetraron esas palabras en mis oídos! ¡Si es para morirse de risa! ¡Ah, entonces....¿Por qué dejó que probara el veneno de sus labios?! ¡Su amabilidad es un cruel veneno! Cada día que pasa siento que crece en mi una especie de locura. ¿Qué si yo no estaba ya loco? ¡No, claro que no!

   Aiko-hasta ahora recuerdo su nombre- se pone de pie con un movimiento grácil y fluido. Y con pasos lentos se acerca hasta mi y me abraza con delicadeza.

   -Nimura, sólo me amas a mi ¿cierto?
   -Por supuesto, no existe otra mujer que ame más que a ti.
   Sonrió complacida por mis palabras (aunque ella sabe que son mentiras)  y aproximándose a mis labios me besó con ternura infinita. Y sólo pude pensar que, seguramente "mi amado jefe" besa de esa misma manera a Kisho-san. Me aprieto contra ella y me parece como si ella quisiera estrecharme más todavía.

   -Necesito pedirte un favor-dije en tono afectuoso-quiero que "visites" a Arima Kisho.
   -¿El Dios de la muerte del CCG? Uhmm.... será un placer-gesticularon coquetamente los labios de Aiko. Más de pronto se puso triste.
   -¿Soy digna de él?-preguntó Aiko, con sonrisa suplicante.
   -¡¿Pero qué dices?! ¡Eres la mujer más bella e inteligente de este mundo!
   Volvió a sonreír, nerviosa, sin atreverse, por cortesía a contradecir mis palabras. La tome en brazos y la llevé de nuevo a la cama e hicimos otra vez el "amor". Y como siempre mientras Aiko toma una ducha, yo pido un taxi para ella. Me siento bien con su compañía todos los fines de semana ¿saben? Es una buena chica y sobretodo entiende mis "singularidades". Cuando finalmente Aiko estuvo lista y la acompañe hasta la calle, el taxi llevaba ya veinte minutos esperando; cosa que no le importaba al conductor por el pago extra y por la buena vista que tendría por el retrovisor. Aiko me dio un último beso antes de subir al taxi.

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