~Capítulo VIIII - "Lo comprendo demasiado bien"~

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 Tu mano esta fría,
La mía caliente como el fuego
¡Qué tragedia!.

    El "Cochlea"  es una instalación de "retención"  de ghouls que poseen información que, es considerada de utilidad para eliminación de su propia raza. La seguridad de este lugar ha sido catalogada-por el mismo CCG-como "la mejor de todo Japón". Cuenta también con el "personal más calificado"..........¡Ja, ja, ja!  ¿Es enserio? ¿Calificados?  Pero si son unos locos con uniformes de cirujanos...Ahh, esperen.... eso dicen todos los locos de sus iguales. Y lo entiendo, este lugar enloquece a cualquiera que permanezca demasiado tiempo en el. Cada paso con el que desciendo a las profundidades de este infierno me lo comprueba; un silencio total que hace que te rechinen los oidos, y además de..........¿Qué? ¿Por qué estoy en el Cochlea? ¿No debería estar revisando el sótano del doctor Kanou?  Bueno sí, debería estar haciendo eso....¡Esta bien! ¡se los diré! Estoy en Cochlea para verificar el avance de la celda para el hijo de mi amado jefe y Kisho-san. No entiendo para qué quieren una celda en lo más profundo de este lugar, con diez capas de acero de quinque reforzado y gas RC integrado, para un monstruo que quizás nunca llegue a nacer, pueden pasar tantas cosas-en que la mayoría yo estaría involucrado-¿No lo creen una exageración? Y mi jefe...¡él no sabe nada, es como un peón en un juego de reyes!

    -..........¡No quieres aceptar que te ha traicionado!
    -¡¡¡¡¿Y  QUIÉN TE CREES PARA DECIRME LO QUE SIENTO?!!!!!!

    La voz enfurecida de mi jefe es una de las cosas que reconocería en cualquier lugar. Siguiendo el rastro de su voz ascendí- de nuevo- hasta el nivel tres donde se encuentran confinados los ghouls rango A y, donde también están las salas de interrogatorio. No fue difícil encontrar la sala correcta. Me acerqué lentamente y, escondiendome con una maestría tan singular que sólo una persona cuerda puede hacer, comencé a observar el "espectáculo" a través del cristal blindado; el interrogado tenía la piel blanca y pálida como el papel como si la vida le hubiera abandonado. Con los brazos oprimidos por una camisa de fuerza y sujeto a una silla con cadenas. Su cara descompuesta, torcida, con maligna y amenazadora expresión me resultaba fastidiosa, irritante hasta el punto de hacerme apartar la mirada. Pero intempestivamente oí un aullido. Fue una mezcla de dolor, rabia y angustia. Entonces el interrogado se liberó de sus ataduras-las cadenas reforzadas de acero de quinque al parecer ya pasaron de moda- y con una mirada malvada y gélida se lanzó contra mi amado jefe. Algo gracioso y no, no piensen mal, me refiero que es gracioso que considere a Kaneki Ken como algo de mi propiedad. ~Ah, cosas de enamorados~ ¿Lo han sentido alguna vez ustedes?...... En fin, mi amado jefe permaneció inmutable y aquel desgraciado cayó a sus pies-manchando su rostro de esa repulsiva sangre-. Los guardias corrieron hacia él con preguntas algo....eh, bueno algo...obvias <<¿Se encuentra bien Sasaki-san? ¿Tiene alguna herida Sasaki-san?>>.  Y quiero recalcar algo...¡¿Desde cuándo los guardias del Cochlea le llaman "Sasaki-san"?!  Y saben, me he dado cuenta de otro cosa graciosa....que me dieron celos que lo llamaran "Sasaki-san"  ~Ah, otra cosa (estúpida) de enamorados~ Tan concentrado están en estas divagaciones que no percibí la presencia de mi jefe hasta que escuche su voz tibia en mi oido:
   -¿Me estás espiando Furuta-san?
   -¡¿De que habla jefe?!- exclamé dándome la vuelta-¡Ah , diablos! Esta bien tiene razón.....¡Perdóneme!
   Era demasiado tarde para fingir inocencia, sólo quedaba esperar el castigo, y vaya que no tardó en llegar; me abrazó por el cuello y me besó fuerte, cálidamente. Les diré la verdad; se que miente, que es un perverso, pero es por eso que lo adoro. ¿En qué clase de vil ser me convierto yo, entonces? ¿En un insecto asqueroso? ....... No sólo en un enamorado......¡Ja, ja, ja! ¡Nada de eso, estoy mintiendo! Despuéde ese "castigo", que me hundía más en este delirio de nuestro "amor", mi jefe comenzó a caminar hacia la salida mientras hablaba utilizando aquella voz; frívola, displicente y metálica, para ocultar sus verdaderos sentimientos. Y yo lo seguí como un pequeño patito siguiendo a su madre.
    Cuando salimos del cochlea ya era de tarde; el sol se filtraba entre los altos edificios del centro. Como siempre mi jefe estaba callado. Sus manos se apoyaban suavemente en el volante y sus ojos miraban el camino con una concentración natural. Aún no podía creer su "sincera" invitación a llevarme a mi departamento, ¿planeaba matarme?
   - Así que otra víctima para su colección.
   Sé que estaba tentando mi suerte con aquella afirmación pero mi jefe parecía la dulzura en persona así que me confié.
   -No fue mi víctima, como dices, fue víctima de su propia estupidez-sonrió con cierto cinismo-. Fue una tragedia, pero yo no tuve la culpa.
   -Muchos han perecido por usted jefe- insistí en un delirio de audacia.
   Lo mejor es tratar no de buscarse problemas. Pero a veces éstos caen del cielo. Así gratuitamente. Sin buscarlos. Aunque en mi caso todos mis problemas me lo busco yo al no saber cuándo callarme.
   -Furuta, comprendes que has desobedecido una orden tu superior y, que además lo has espiado ¿verdad?
   Claro que lo comprendía pero no iba aceptarlo. Yo no era más que un tonto y cínico hombre.
   -Sólo quiero saber la razón, Furuta.
  -No hay ninguna razón.
  -Siempre existe una razón hasta para lo más absurdo-me miró de soslayo y, añadió-Y quiero que me digas el por qué de tu desobediencia.
   No había alzado la voz pero su tranquila autoridad era más temible que su ira.
   -Lo seguí porque tenía sospechas de que se veía con otra persona. No pude contener estos celos.
   -¿En serio?-me replicó con ironía.
   -Sé que es una actitud infantil, pero estoy taaaaaan enamorado de....
   -¡Basta ya, Furuta!
   El resto del trayecto estuvo dominado por el silencio y la impaciencia.  El arribo a mi departamento era el final de mi caída con esa parte dulce y enriquecedora del juego del amor en el que mi jefe siempre era el ganador.  No hay mejor manera de perder la "cordura"; en intensos besos con sabor a mentira, coronados mordiscos dulces. En la paranoia de la caricias, de la entrega. Y claro que el "buen humor" de mi jefe era sólo una trampa, pero decirme ustedes, ¿cómo podía resistirme a la tentación?
   En una palabra, se sucedían en un mismo instante el amor y el reproche, el castigo y sus caricias, de modo que, entregado a tantas sensaciones, me encontraba en un desorden inconcebible. Todo esto era un juego y mi amado jefe leía demasiado bien en mis ojos como para no percibir mi desorden y no tratar de aumentarlo. ¿Qué había hablado mi amado jefe con ese hombre? Ni idea, de todas formas, es algo que es mejor no saber ¿Por qué amargarse inútilmente?
    No todo era lujuria sobre la cama, después de las caricias y los besos- porque mi jefe no permitía que nos fundieramos en uno solo- nos quedábamos uno al lado del otro solo mirando al techo y hablábamos sobre cosas como dos buenos amigos. Así pasaban las horas: pesadas, aburridas y monótonas.
   -¿Qué es lo que más deseas Furuta?-me preguntó, mirándome burlonamente a los ojos.
    Sabía- y he comprobado- que sólo utilizaba esa voz suave que incluso puede inspirarte confianza y, que podía convertirse en tempestuosa prorumpiendo en gritos sólo cuando deseaba obtener algo a cambio.
   ¿Lo que quiero?........sólo quiero algo que sea mío en este horrible mundo- que el mundo es horrible , es una verdad que no necesita demostración-. Algo, alguien que en sus ojos sólo me refleje yo.
   <<Sólo el amor te hace desear cosas que no puedes conseguir>> , las palabras de mi madre aparecieron en mi cabeza automáticamente.
  Mi jefe dejó escapar un sonido de desprecio y en sus ojos se reflejó la incredulidad.
   -¿Es realmente eso lo que deseas?-Se da un masaje en las sienes con los ojos cerrados- no me hagas perder la paciencia Furuta, dime por una vez la verdad.
   -Esta es la verdad jefe, no deseo otra cosa.

   No sé qué fue lo que me llevo a colocar mi mano sobre su abdomen. Me miró extrañado pero no apartó mi mano.
   -Me alegro por Kisho-san.....de una manera egoísta y amarga. Usted lo ama y pronto se casará con él.
   Pero al mencionar esto mi jefe se puso un poco....... violento. Debo admitir que me sorprendió la ira con que me miró, la violencia con la que se levantó de la cama, se arregló la ropa y salió del departamento como una serpiente altiva que se yergue en su cólera. ¿Qué es lo que dije para molestarlo?
   Se diría que mi jefe se movía en el límite entre lo real y las ilusiones creadas por su odio, entre la demencia y la cordura de su-ya casi nula- humanidad. Un hombre singular ¿no lo creen?
  Me importaba muy poco quedarme solo, siempre he estado.... solo. Cubrí mis ojos como ambos brazos tratando de ocultar las lágrimas que se desprendían de ellos.

¿Sería realmente  imposible que se cumpliera mi deseo?
 

¿Sería realmente  imposible que se cumpliera mi deseo? 

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   Gracias por leer y dejarme comentarios. Les amo :D

   Por cierto les invito a leer mi otro fic llamado "The longest Night" aquí el link  https://www.wattpad.com/331191154-the-longest-night-~-cap%C3%ADtulo-i-errante-~

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