Capitulo treinta.

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Jack's POV.

Pase a buscar a Ryan a la universidad para poder ir por las chicas apenas salgan del colegio.

— ¿Qué compraste Ryan?

—Chocolate, palomitas, más chocolates y galletas. —dijo mientras revisaba la bolsa que tenía en su mochila.

— ¿Y las cervezas? ¿Qué vamos a tomar nosotros?

—Compramos en el camino.

Tiro su mochila a los asientos de atrás y empecé a conducir hasta el colegio de las chicas. Faltaban diez minutos para que salieran, así que las esperamos en el auto.

— ¡Hola amor! —dijo alguien al lado de mi ventanilla haciéndome saltar en mi asiento.

— ¿Quién eres?

— ¿Qué no te acuerdas de mí? —dijo intentando sonar tierna.

—No...—mire a Ryan pidiendo ayuda, pero él solo negó rápidamente. —no te recuerdo.

—Soy Camila, estuvimos juntos hace una semana.

—Yo no estuve con nadie hace una semana, de hecho no estoy con alguien desde hace más de un mes.

—El lunes pasado, fuiste al bar y te emborrachaste, terminamos en mi cama.

—La verdad, no lo recuerdo.

—Ash, está bien, no importa...—movió su cabello dejando ver su gran escote. —si quieres te ayudo a recordar lo que paso.

Iba a responderle pero Ryan me indico que las chicas ya salieron y venían hacia nosotros.

—No quiero, tengo novia.

— ¿Novia? ¿Tu? —empezó a reírse exageradamente. —Eres Jack Whitley, es imposible que tengas novia.

— ¿Por qué es imposible?

—Porque tú eres solo de una noche.

— ¿Sabes? No te creo mucho. —empezó a jugar con su cabello mientras acercaba su escote cada más a mi rostro. —Deberías bajar así podemos irnos de una vez por todas a mi casa.

—Voy a bajar...—se le formo una gran sonrisa. —pero a buscar a mi novia.

Me baje del auto, iba a cruzar la calle pero Camila me detuvo.

— ¿No puedes inventar algo mejor? Nadie va a creerte eso.

—No es un invento, observa.

Me aleje de ella y cruce rápido la calle para llegar a donde estaba Caitlin.

—Hola princesa...—la abrace fuerte y le di un corto beso.

— ¿Con quién hablabas? —dijo apenas se separó de mí.

—Con una chica que dice conocerme. —dije restándole importancia.

—De acuerdo.

Mire disimuladamente a Camila y vi que tenía una cara de que no creía lo que veía.

—Princesa, Ryan y Bea irán con nosotros a la cabaña.

— ¿Por qué?

—Es una larga historia.

—Bien.

Algo tenía, ella no es así. Algo la tiene mal.

Una vez que los cuatro estuvimos en el auto empecé a conducir hacia la cabaña. Ryan iba de copilo, porque Caitlin decidió ir atrás con Bea.

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