En 16 dias (Terminada)

C U A R T O día;

Las dos de la madrugada. Justin se movió en la silla. La luz de la habitación donde se encontraba Charlotte aun estaba en rojo. Esperó más y más. Dentro de una hora el doctor salió.

- ¿Ya puedo entrar? – dijo Justin preocupado.

- ¿Es su hermano?

- No...

- ¿Su marido? – preguntó de nuevo el doctor. Eso hizo que a Justin le recorriera un escalofrío por la espalda. ¿Charlotte su mujer? El corazón casi se le salió del pecho.

- No... - admitió al fin.

- ¿Algún familiar suyo?

- Soy su novio...

- En ese caso no le puedo dejar entrar. – el médico hizo de forma para irse.

- Por favor, necesito verla, llamar a su padre, decirle que está bien. – le dijo al médico cogiéndolo del brazo. – Por favor. Póngase en mi lugar.

Él suspiró, mirando a Justin.

- Porque es tarde y estoy cansado... haré una excepción. Pero que sea la última ¿eh?

Justin asintió. Giró el pomo temeroso y sin hacer ruido volvió a cerrar la puerta. Dio unos pasos hasta la habitación. Charlotte estaba tumbada en la cama, mirando por la ventana. Su piel bronceada parecía más blanca... tenía tubos que atravesaban su muñeca. Justin se acercó. Ella lo miró, girando la cabeza lentamente.

- Mi vida... - murmuró Justin. ¿Cuándo se había quedado sin voz? No le salían las palabras, y si hablaba mucho, se pondría a llorar.
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Ella presionó los labios hacia adentro, aguantándose las ganas de llorar, aun que sus ojos, de un azul que parecían haber perdido su tonalidad y su brillo, se cubrían ya por una fina capa de agua salada.

- No llores por favor... - Justin se sentó a su lado y la abrazó, besándole la cabeza. – Joder, no...

Charlotte empezó a sollozar, cogiéndose del jersey de Justin. Él le acarició el pelo... unos cuantos mechones de esa larga y preciosa melena castaña quedaron caídos en las manos de Justin. Los escondió rápidamente.

- Me estoy muriendo... - murmuró Charlotte ahora ya destrozada completamente – Justin... solo me quedan doce días de vida...

- No, tú no te vas a morir... - Justin le cogió la cara por las mejillas – Si tú te mueres yo voy detrás de ti, Charlotte, ¿entiendes?

Le dio un tierno beso en la boca, moviendo los labios, rozando su lengua con la de ella... saboreándola al máximo, por si algún día sucediera, por si algún día perdiera a Charlotte... otra vez. Pero esta vez, para siempre. Sería irreversible, y, entonces, sería también su fin... ¿no lo entendía? Él no podía vivir sin ella. Charlotte lo abrazó, temblando.

- ¿Tienes frío? – dijo correspondiendo al abrazo y frotando los pálidos y débiles brazos de Charlotte

- Si tiemblo... no es por el frío. – lo miró y le dedicó una tierna sonrisa. Justin moría por verla sonreír así a cada rato – si no por las emociones que tus besos producen en mí. Si sigo viva, es por ti... solo por ti... no podría seguir adelante... tu complementas todo lo que falta en mí...

Justin la volvió a besar, pero esta vez sin poder contener las lagrimas. Charlotte se separó, a milímetros del rostro de Justin, rozó su nariz con la de él, completamente enamorada, sonriendo tiernamente. Le enjugó las lágrimas, y casi tocando sus labios con los de él, le murmuró:

- ¿Estás llorando? – dejó ver su blanca sonrisa entre lágrimas también. – Nunca te he visto llorar...

- Porque nunca me ha pasado nada tan fuerte... - Justin rozó el labio inferior de Charlottee con su pulgar. – Y nunca nadie me ha importado tanto como tú.

Charlotte apoyó su frente contra la de él.

- Ni a mi... ahora mismo eres... - miró sus ojos, directamente – eres indescriptible. No me importaría morir si supiera que tú serás feliz de nuevo.

Justin sonrió y movió su mano, acariciando la cara de Charlotte, hasta la mejilla. La frotó con el mismo dedo pulgar.

- Lo sé... - suspiró y dejó que las lagrimas le inundaran de nuevo los ojos – El problema es que yo nunca seré feliz si tú te vas.