- ¿Qué haces? – dijo Charlotte apartando la cara del micro, alzando una ceja.
- No dejaré que les des la noticia a tus fans ¿sabes el escandalo que se organizaría? Además, no estamos seguros de nada.
- Hay un setenta y cinco por ciento de posibilidades de que no salga viva de la operación, dentro de una semana. Si eso no te convence...
- La esperanza es lo último que se pierde. – se olvidó del público, del programa, de todo lo que los rodeaba. Cogió a Charlotte de las manos. – Te quiero, Chatlotte.
- ¡Bésala ya! – gritó alguien del público. Todos los aclamaron.
- ¡Justin! – gritaron un grupo de chicas más cercano a ellos.
Charlotte y Justin se miraron, divertidos. Justin no lo dudó, no esta vez, no más escondidas, no más pensamientos superficiales. No más. La cogió de las mejillas y la besó. Dominante, fuerte, atractivo, para ambos. El micro cayó al suelo, y los gritos de la gente, de fondo, parecieron que por momentos, iban a romperles los tímpanos. Justin se separó de ella, y sin dejar el coraje a un lado, con el corazón a mil, cogió el micro.
- Charlotte quería decirles que hace unos días que Charlotte y yo volvimos. – el publico chilló más al escuchar a Justin. Silvidos de aprobación, y la emoción y los chillidos de los fans de esta hermosa pareja cubrían los abucheos que lo desaprobaban. – Y esta vez, para siempre.
Entrelazó los dedos de su mano con los de Charlotte con un brillo en los ojos, contento de la reacción de apoyo del público.
- Gracias. – terminó Justin. Y se volvió para irse con Charlotte en esa gran plataforma.
Charlotte lloraba.
- No creo lo que acabas de hacer. – dijo riendo y llorando a la vez. Lo abrazó. Sintió la calidez de su cuerpo.
- Ya es hora de dejar de esconderse. Y si hay algo que he aprendido de ti, entre otras cosas, es tener el valor de seguir adelante, y expresar lo que sientes, sin temores. – se balancearon un poco, y quedaron reclinados en un mueble. Buscó el mentón de Charlotte con los dedos y levantó su rostro. – Todo lo que he dicho ahí afuera es verdad.
Y terminó por besarla. Y Charlotte se moría... estaba segura, se moría, dios, se moría. Pero no de un jodido tumor. No. Si no de amor... de deseo, de pasión, de todo lo que sentía por su niño, por Justin, porque él era su propia vida.
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En 16 dias (Terminada)
Teen FictionCharlotte era libre. Si, un alma rebelde. Y ahora su pelo volaba libre, al viento. Esas ondas tan definidas de un color castaño muy peculiar, eran acariciadas por la brisa del aire, que soplaba al ritmo que corría la moto. Iba agarrada a la cintura...