S E X T O día; Oh Caitlin, Caitlin.

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Charlotte se despertó cansada. Se sentía mal, tenía ganas de vomitar. Y hoy tenía que empezar la quimioterapia.

- ¿Para qué? - se dijo a sí misma, decepcionada - Si no servirá para nada - Dijo del todo convencida.

Se vistió, poniéndose algo que encontró que le quedaría bien, ese día tan soleado.
Bajó las escaleras, y cogió un batido de chocolate. No quería comer nada, no tenía ni si quiera hambre. Se subio a el coche, y se fue hacia el jodido hospital que tanto odiaba.

*

El timbre de la casa de los Bieber resonó entre el silencio. La puerta se abrió. Caitlin saltó encima de Justin.

- ¡Vida! - exclamó. - tanto que no te veo, *******. Andas perdido.

- No... estoy últimamente mucho con Charlotte...

- Entiendo...

- Deberías estar con ella tú también. Necesita a su mejor amiga.

- Lo sé, y estos días procuraré distraerla un poco... Aun que pensar que...

- No pienses. No le va a pasar nada. Lo que debemos hacer, es aprovechar al máximo el tiempo con ella.

Lo que pasa, Justin, es que tú no quieres ver la cruda realidad. Los ojos de Caitlin se aguaron. Sonrió, y parpadeó para espantar las lágrimas.

- Bueno ¿vamos?

- Si, vamos. - sonrió. - Charlotte hoy tiene quimio.

- Espero que todo le vaya bien.

- Yo también. - Justin miró al cielo, cerrando la puerta. - Hace un día bonito. - Caitlin asintió. - ¿Y que, como has estado? Supe por tu familia que te encontrabas mal estos días... siento no haberte prestado atención...

- No te preocupes. Ahora no soy yo la que más lo necesita. - suspiró - Y... bueno ya sabes... la separación de mis padres, un amigo que se muere... todo influye. Ahora  Charlotte... pero nada más. - mintió.

- ¿De verdad? Te noto extraña...

- De verdad. - sonrió. - Y no me notes extraña, soy yo, tu Caitlin. - rió y empezó a correr, delante de Justin. - venga, el último paga.

Y Justin vio como desaparecía por la próxima manzana. Corriendo, como si fuera una niña, como la recordaba, hacía unos años, como ella solía ser. Pero no en el presente. Porque dentro, muy adentro, ella escondía otra verdad.

- Un Frappuccino, por favor. - sonrió Caitlin con su amplia boca al camarero. Él no pudo evitar sonreír a su vez.

- Para mi otro. - dijo Justin, colocando su chaqueta detrás de la silla. - ¿Y bien? ¿Algo nuevo que contarme?

Caitlin colocó su cabeza encima de sus manos. Suspiró. Era ahora o... nunca.

- Justin, eres mi mejor amigo...

- Si. - asintió él. - Gracias. - dijo ayudando al camarero a dejar los cafés encima de la mesa. - ¿Qué pasa?

- ¿Te enfadaras si te cuento algo?

- No, suelta. - Justin dio un sorbo de su café.

- Oye... esto es algo difícil. - Caitlin se colocó unos mechones de pelo detrás de la oreja.

- ¿No te irás a declararme? - Justin frunció el ceño.

- ¡Bobo! - Caitlin rió. - Que creído, claro que no... sabes que sigo amando a tu hermano... - agachó la mirada - y límpiate la boca, tienes espuma. - volvió a sonreír, aun que un poco más tristemente.

- Oh... - Justin se pasó la servilleta por la boca. - Tienes razón... ¿van las cosas mal con Ryan? El no me lo quiere contar, desde que está con Samantha pasa menos tiempo conmigo.

- Fatal, Justin, van fatal... me siento muy mal, pienso que fue culpa mía nuestro distanciamiento...

- No pienses eso. - Justin le acarició una mano. Caitlin la retiró rápidamente.

- El otro día me tuvieron que llevar al hospital.

- ¿Qué? ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Qué pasó?

- Me cogió un coma etílico...

- ¡¿Qué te cogió que?! - Justin se pasó la mano por el pelo - Caitlin ¿Qué mier.da bebiste?

En 16 dias (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora