Las doce y un minuto de la noche. De un ocho de Junio cualquiera. Justin acariciaba el hombro desnudo de Charlotte. Sentados en la hamaca que había en la terracita. Él besó ese hombro. Charlotte lo miró, enamorada. Le dio un beso. Un beso más... un beso como tantos otros, pero en parte, especial, como ninguno. Justin miró hacia el cielo. Sus pupilas se volvieron pequeñas, intentándose acostumbrar a la luz de la luna. De nuevo, el cielo estaba despejado. Y se podían ver todas las estrellitas. Charlotte sonrió.
- ¿Esa no es la constelación de la Osa Mayor? – dijo Charlotte señalando un conjunto de estrellas que brillaba más que las demás.
- Si. – Justin entrelazó sus dedos con los de la mano alzada de ella y recorrió la que sería esa constelación. – es la constelación del amor.
- ¿En serio?
- Si.
- ¿Por qué? – le preguntó Charlotte, curiosa, sosteniendo su mano abierta junto con la de Justin.
- Cuenta la mitología griega que a Zeus le llamó la atención una ninfa del bosque... Calisto. Él la sedujo, y los dos estaban perdidamente enamorados. – Charlotte lo miró, estrechando su mano junto con la de Justin. Él paseó su dedo a lo largo del brazo de ella. – Hera, la mujer de Zeus, se puso muy celosa, y dominada por la ira, transformó a Calisto en una osa. Arkas, el hijo de Calisto casi la mató, ya que también era un cazador de los bosques. Zeus, para proteger a su enamorada, avisó a Arkas, y para que Calisto no volviera a encontrarse con los cazadores, la cogió de la cola y la lanzó lejos, hacia el cielo. Des de entonces, cada vez que Zeus quiere ver a su enamorada, solo tiene que alzar la vista al cielo.
- Qué bonito. – dijo Charlotte observando aún la luminosa constelación.
- Como tú. – dijo él besándole la punta de la nariz. La abrazó, contra su torso.
- Te amo. – dijo Chaelotte, contra la boca de Justin. Y surgió otro beso.
- Y yo a ti.
Justin se levantó, envuelto con una de las mantas, y levantó a Charlotte con él. La apoyó en la barandilla del balcón.
- ¡Justin! – gritó Charlotte
- Tranquila, te tengo bien cogida. – sonrió Justin, acercándose, entre las piernas de ella. Le colocó mejor la manta, tapando completamente los pechos de Charlotte. Le volvió a besar el cuello, se deleitó con su colonia a mujer, se escondió allí. Charlotte reía y reía... -Bonita... - susurró Justin, masajeándole la cintura, por donde la tenía cogida. – Mi bonita cásate conmigo, cásate conmigo.
- Justin. – dijo Charlotte riendo, y pasando sus dedos entre los cabellos de él. – estás loco...
- Loco por ti. – la miró, alternativamente, sus pupilas observaban, de sus ojos, a su boca. Terminó dándole un pequeño, corto beso. – cásate conmigo.
- Vale, me caso contigo. – y ahora los dos rieron.
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En 16 dias (Terminada)
Teen FictionCharlotte era libre. Si, un alma rebelde. Y ahora su pelo volaba libre, al viento. Esas ondas tan definidas de un color castaño muy peculiar, eran acariciadas por la brisa del aire, que soplaba al ritmo que corría la moto. Iba agarrada a la cintura...