Justin aparcó delante de una cala de la costa de San Francisco.
- Qué bonito. – sonrió Charlotte, viendo la playa iluminada por escasas farolas de la madrugada. El faro los relucía de vez en cuando.
- Hay alguien. – sonrió.
Charlotte se fijó en algunas personas que estaban allí.
- Oh dios.
Abrió rápidamente la puerta del coche.
- ¡Caitlin! ¡Lucy! – Fue corriendo hacia ellas. – Dios, cuánto tiempo. – Abrazó a ambas. - ¿te volviste a teñir? – dijo mirando a Lucy, ella volvía a estar rubia. Sonrió ampliamente, mientras asentía. – francamente, te queda mejor el moreno.
- Bueno. – se encogió de hombros. – A Scott le gusta.
Charlotte sonrió y volvió a abrazarlas.
- Bueno, nosotras nos vamos… - afirmó Caitlin. – Ya son las dos de la madrugada… mañana tengo que ir a Good Morning America, y admito que no tengo nada de ganas… será mejor que descanse.
- Pero… ¿no os quedáis un poco más? ¿Con Justin y conmigo?
Caitlin negó
- He pasado toda la tarde con Justin. La noche es vuestra. – miró a Lucy – mañana ya pasaremos más rato juntas ¿cierto, Lu? – le guiñó un ojo a ella.
- Verdad. Pásalo bien con Justin… tiene un buen plan. – miró hacia el cielo. –Además, hace calor y el cielo está despejado. – Suspiró. - ¿Sabes Charlotte? El amor es esto, el amor… no son regalos ñoñas o salidas aburridas. El amor es locura.
Le besó la mejilla. Caitlin también le dio dos besos y se subieron al coche de esta.
- Buenas noches, Justin. – lo saludó Lucy por la ventanilla.
- Igualmente. – sonrió él, apoyado en el coche. Se quedó mirando a Charlotte. Ella se volvió a acercar al coche de Justin, con las sandalias en una mano.
Justin sonrió.
- ¿Y bien? ¿Tienes ganas de tomar algunas olas?
- Justin, no he surfeado en mi vida.
- Da igual. Solo déjate llevar… - la rodeó por la cintura y la besó, lentamente. – Venga, ven.
Justin abrió el maletero y sacó un traje con unas franjas rojas a su lateral.
- Este es tuyo.
- ¿Cómo sabías mi talla?
- Fácil, la 36 de mujer. Estuve… ojeando tus pantalones.
- ¿Miraste en mi armario?
- Si. Y lo tienes bastante desordenado.
- ¡Justin!
- Bueno, tampoco me hubiera hecho falta… con el pequeño trasero que tienes. – la miró y le guiñó un ojo.
- Justin… - Charlotte se sonrojó. Vio que él se quitaba el jersey. Observó sus músculos tensarse. - ¿No iras a cambiarte aquí?
- Claro. ¿Por qué no?
- Porque estoy yo delante.
- Ni que fueras una desconocida. – se rió, desabrochándose el cinturón.
- Espera, espera… - Charlotte cogió su traje de surfista y se fue hacia la parte de delante. - ¿No habrá nadie mirando?
- Tranquila… creo que la gente no acostumbra a venir a surfear a las dos y media de la madrugada. – sonrió.
Charlotte hizo morros, no contestó a la burla de Justin.
- No mires, eh.
- No miro. – dijo Justin quitándose los bóxers. Se subió el traje de surfeo. -¿Estás ya?
- No…
Justin se asomó. Charlotte estaba de espaldas. Unos hombros curvados, una cintura fina… la línea de la espalda marcada, terminando en un culo respingón. Justin no pudo apartar la mirada. Charlotte se subió el traje de buceo.
- ¡Hey! – dijo molesta – te dije que no miraras…
- Un culo pequeño pero bien puesto. – se rió Justin – No te enfades. – fue hacia a ella. – te amo. – la besó en los labios de nuevo.
- Abróchame el traje anda. – Charlotte se volteó y señaló la cremallera, a la cual no llegaba. Justin la abrochó lentamente.
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En 16 dias (Terminada)
Roman pour AdolescentsCharlotte era libre. Si, un alma rebelde. Y ahora su pelo volaba libre, al viento. Esas ondas tan definidas de un color castaño muy peculiar, eran acariciadas por la brisa del aire, que soplaba al ritmo que corría la moto. Iba agarrada a la cintura...