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Justin se rió, al ver como Charlotte se caía por enésima vez de la tabla de surf. Ella se cabreó, apartándose el pelo de la cara.

- Ya me harté. – Nadó hasta la orilla y dejó la tabla clavada en la arena. Justin salió también.

- No te enfades, es normal. – La abrazó por detrás. Charlotte apartó sus manos.

- Claro como tú ya tienes experiencia.

Justin rió.

- Venga Charlotte. – Abrió una cesta. - ¿Quieres comer algo?

- Bueno... - en ese momento le rugió la tripa. – Son las cuatro de la madrugada y voy a comer con mi novio... está bien.

Justin la miró, entrecerrando sus pequeños ojos.

- Cierra los ojos.

- ¿Por qué?

- Espera, no me fio de ti. – se levantó y buscó un pañuelo en la cesta. – Oh, que práctico soy, metí uno de mis pañuelos de cuello. – rió para sí mismo.

- ¿Con que no te fias de mi eh? – dijo Charlotte haciendo que se enfadaba de nuevo. Pero su enfado duró medio segundo. Inspiró el particular olor del pañuelo de Justin. Olía a él. Sonrió, mientras él se lo terminaba de atar alrededor de los ojos.

Justin entrelazó sus dedos con los de la mano de Charlotte

- Ven, siéntate. – la ayudó a sentarse, en aquella especie de sábana. Los trajes estaban húmedos, pero daba igual. – Abre la boca. – le ordenó, cogiendo uno de los alimentos que tenía guardados y preparados.

Justin le metió una fresa con chocolate.

- ¿Qué es?

- Fresa... hum, con chocolate del que vicia. – Charlottesolía llamar así a las cosas que, una vez empezabas, ya no podías parar.

- Ajá... - Justin ahora le metió un trozo de banana con chocolate. - ¿Y esto?

- Hum, delicious. – sonrió. – Plátano con chocolate.

- Uis, casi.

- ¿Qué es? – arqueó una ceja.

- Banana. – sonrió. - ¿Y esto? – se acercó y la besó. Charlotte correspondió al beso.

Ella sabía a fondue de chocolate. Dios, ¡él no podía comer cosas con azúcar! Rió.

- El mejor de los manjares... - Charlotte se quitó el pañuelo de los ojos. – Tu boca...

Justin le sonrió y acarició una de sus mejillas. Charlotte estuvo pensativa. Se dejó caer en la especie de sabana improvisada. Justin se tumbó al lado de ella. Apartó su pelo.

- Justin... - murmuró ella. Se abrazó a él. – Si me muero dentro de una semana... ¿me recordarás?

- No empezemos...

- ¿Pero me recordarás?

- Siempre. – besó su frente. - ¿A qué viene eso?

- Tengo el presentimiento de que pasará.

- ¿Por qué tienes que ser negativa? Los tratamientos surtirán efecto, y te curarán...

- No soy negativa, soy realista. Hay muy pocas probabilidades... y yo... - los ojos se le aguaron. – Estoy fatal.

Justin suspiró y apoyó la barbilla en la cabeza de Charlotte Le desabrochó un poco el traje y acarició su espalda, un poco húmeda.

- Justin, no quiero morir sin saber lo que es... lo que es... - se aferró a él. – dios que vergüenza.

En 16 dias (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora