Un simple once de junio de un año que ni se recordaba. Charlotte abrió los ojos. Tenía un vendaje en la cabeza. Algunos mechones de pelo se escapaban de allí, correteando por su hombro. Tenía ganas de vomitar. Miró a su alrededor. Sus padres dormidos en una silla. Oía las voces de sus hermanos, fuera. Se cruzó con la mirada de Justin. Que estaba quieto. Inmóvil. Delante de ella. Se acercó y se sentó en la cama. Nunca había visto el rostro de Justin tan pálido. Nunca lo había visto tan mal, nunca lo había visto tan triste. Por sus ojos rojos sabía que había estado llorando. Él le cogió la mano, temblorosa.
- ¿Cuánto hace que estoy aquí? – susurró Charlotte.
- Desde ayer por la mañana. Te encontré desmayada, en el lavabo...
- Vaya... -sonrió. – Siempre eres tú el que me lleva al hospital.
Justin empezó a llorar. Quería abrazarla, quería decirle, nena, quédate conmigo, no te vayas. Quería sonsacarle de nuevo lo bonito que era verla sonreír. Quería... quería tanto a Charlotte. Ella tiró de él, haciendo que la abrazara. Él sabía que no podía abusar, que no estaba bien, que era frágil, más en esos momentos.
- ¿Por qué lloras, pequeño? – le susurró Charlotte, despacio. Él la miró a los ojos. Apoyó su frente contra la de Charlotte, mientras sus lagrimas aún no saciaban. Y no tenían intención de hacerlo. – Tendrías que estar feliz, de que estoy aquí viva.
- Lo sé. – Justin hizo una mueca de dolor, intentando no llorar más. El labio inferior le temblaba. – Pero...
- ¿Pero...? – Charlotte lo estriñó más contra ella. Quería sentirlo, quería sentirse. Quería gritar estoy viva. Pero algo sucedía. - ¿Qué pasa Justin?
- Que... - él tragó saliva
- ¿Dijo algo el doctor? – le acarició la mejilla. Él asintió. - ¿Qué dijo el doctor, Justin?
- Joder, esto es difícil... - agachó la mirada, hacia sus labios. Los besó, suave, delicadamente. – Charlotte...
- Dímelo... - suplicó ella. – dímelo, nada puede estar peor...
- Si, si lo está... - más lagrimas rebozaron por sus parpados. – el doctor dijo que si vives es gracias a la conexión que tienes con la máquina...
Charlotte se quedó perpleja.
- La operación no salió bien... - dijo él, sollozando, con voz ahogada.
Charlotte sonrió. Aun que las lagrimas también inundaron sus ojos.
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En 16 dias (Terminada)
Teen FictionCharlotte era libre. Si, un alma rebelde. Y ahora su pelo volaba libre, al viento. Esas ondas tan definidas de un color castaño muy peculiar, eran acariciadas por la brisa del aire, que soplaba al ritmo que corría la moto. Iba agarrada a la cintura...