- Hey... - dijo alzando el rostro de Justin. – No pasa nada, se veía venir... - suspiró. –Justin, hazme un favor.
El negó con la cabeza.
- Si pasa, Charlotte... eres mi completa vida... no puedes irte.
- Justin, escúchame... - le pidió Charlotte, entrelazando los dedos de su mano con los de él. – Vas a levantarte, vas a dejar de llorar. Vas a desenchufarme de la máquina, y lo último que voy a ver antes de morir, va a ser a ti, sonriéndome.
Justin quedó aún más perplejo. No podía ser que ella, ella... su amor, su vida, su todo... le estuviera pidiendo que la... no. Justin negó con la cabeza de nuevo.
- Por favor... - le pidió Charlotte. Sus lágrimas resbalaron, enmarcaron su hermosa cara sin maquillar. Era preciosa.
- No me puedes pedir que te mate. – susurró Justin, con la garganta, que le ardía. – Debe haber otra jodida solución... tu no... tú no puedes...
- Justin, asúmelo... - le pidió Charlotte, pidiéndole con la mano que volviera. Él volvió a sentarse a su lado y le acarició un costado de la cara. – Estoy muerta, esto ya no durará mucho más... acabalo tu.
- No, no puedes pedirme eso... - susurró. – Charlotte por favor... - sus pequeños ojos color chocolate se inundaron de nuevo, más lagrimas cayeron por su barbilla, ya no intentaba esconderse, las facciones en su cara se marcaban, ella podía sentir todo el dolor que tenía Justin encima. – te amo tanto... tanto...
Charlotte se inclinó y besó sus labios. Por última vez. Para siempre.
- Justin... - le apretó la mano. – si alguien tiene que hacerlo, ese eres tu... ayúdame...
- No. – Justin se negó a hacerlo. – si tu mueres yo también.
Charlotte empezó a llorar, intentando no hacer escándalo para no despertar a sus padres.
Justin se apartó las lagrimas con el pulgar. Alzó la cabeza de Charlotte por la barbilla y la miró, serio.
- Solo arrancaré esos cables si dejas que me vaya contigo.
- Nunca desearía tu muerte. – admitió Charlotte – no puedo darte el sí.
- Charlotte por favor... - Justin agachó la vista, pero pronto volvió a mirarla. – quiero estar junto a ti para siempre. No puedes irte sin mí...
Ella apretó los labios, intentando no romper a llorar por enésima vez. Lo abrazó fuerte. Justin suspiró. Seguidamente inspiró el usual olor de Charlotte. No a perfumes, no a champú.
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En 16 dias (Terminada)
Teen FictionCharlotte era libre. Si, un alma rebelde. Y ahora su pelo volaba libre, al viento. Esas ondas tan definidas de un color castaño muy peculiar, eran acariciadas por la brisa del aire, que soplaba al ritmo que corría la moto. Iba agarrada a la cintura...