Capítulo 27.

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Emery

     Adam lleva conduciendo por la carretera nocturna hace más de media hora, todavía no llegamos al bendito club donde se supone que se encuentran sus hermanas casi no hablamos durante el recorrido, a él se lo nota de lo mas cansado, fue a buscarme justo después de haber salido de trabajar así que me imagino lo agotado que debe estar. 

     No estoy segura de que pasa por su cabeza en este instante pero se que se trata de algo que lo afecta mucho ya que parece como si quisiera echarse a llorar, tiene la mirada fija en la autopista, y sus ojos están tan vidriosos que solo tendría que cerrarlos para dejar caer las lágrimas que sé que está reteniendo. 

      Paramos en un semáforo, y entonces le pregunto: 

     —¿Estas bien? 

     —Si —responde aunque su voz parece muy dedil. —Solo estoy cansado. 

     Yo solo asiento pero soy muy consciente de que esta mintiendo, yo también he usado el "Solo estoy cansada" cada vez que no quiero decir cómo me siento en realidad. Me da mucha pena ver a alguien tan bueno como Adam sufriendo por la familia que injustamente le tocó. 

     —Es aquí —dice luego de unos minutos, y finalmente estaciona frente al edificio de un club nocturno. 

     Ambos bajamos de su coche en silencio y nos quedamos observando el lugar, las paredes  están despintadas, la puerta es de vidrio y hay dos hombre bastantes robustos parados justo frente a la entrada, Adam y yo nos miramos de repente y sé que estamos pensando exactamente lo mismo; este lugar da asco... 

     —Identificaciones —nos dice uno de los hombre cuando llegamos a la entrada. 

     Mi amigo saca su billetera y le muestra su DNI, el de seguridad lo observa detenidamente y asiente. Sé de antemano que no me van a dejar entrar, ya que soy menor y obviamente no se aceptan menores en clubes como este. Aunque claro, muchos, como las hermanas de Adam pueden entrar con una identificación falsa. Pero yo ni siquiera tengo eso. 

     —Tu no puedes entrar —dice uno de los guardias luego de que le muestre mi documento. —No se aceptan menores. 

     Yo me quedo quieta sin saber qué decir o qué hacer, entonces mi amigo se acerca a mi, y dice: 

     —Espérame en el coche, yo apenas encuentre a mis hermanas vendré. Lo prometo. 

     —Está bien —respondo, él me entrega las llaves de su coche y se me queda mirando hasta que entró al vehículo, entonces veo que le dice algo a los guardias y se adentra en el club. 

*~*~*

     Ya va casi media hora que Adam entró al lugar, y aún no hay rastro de él ni de sus hermanas, la batería de mi celular se agotó y no podría estar más aburrida. 

     Salgo del coche y me recuesto por él. 

     La avenida, que se encuentra justo frente a mi esta casi vacía solo hay uno que otro coche yendo y viniendo, pero casi no se ven personas, los guardias siguen parados frente a la puerta del club, y ambos llevan un cigarrillo en sus manos. Apartó la mirada cuando noto que uno hace contacto visual conmigo y vuelvo a fijarme en la carretera, un coche acaba de pararse justo en medio de la avenida, lo observo un segundo y creo que se me hace vagamente familiar, es de capot negro y vidrios polarizados, de repente vuelve a  ponerse en marcha pero en lugar de seguir la carretera derecho, hace un giro brutal en contramano y se dirige hacia donde me encuentro. 

     Mi cerebro se queda prácticamente congelado y yo me quedo quieta sin reaccionar ante la ocurrencia, el conductor o conductora estaciona justo al lado del coche de mi amigo de modo que queda bastante cerca de mí, en ese momento reacciono y me apresuro a apartarme, es entonces cuando veo a Dustin bajando del coche y el entendimiento me golpea. Por supuesto, como no me di cuenta que se trataba de él. 

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