Luchando por un amor incierto || L.H [PAUSADA]

Capítulo 35

Narra Luke

¿Dónde mierdas estaba? ¿Por qué estoy en un maldito sótano? Lo último que recuerdo es ir a por Sara y que algo me golpeara en la cabeza.

- Luke...- una voz grave, como si de un hombre se tratase empezó a llamarme.

- ¿Quién eres?

- No tengas miedo...

- No te tengo miedo, no tengo miedo a nada.- me levanté del suelo de golpe.

- Todos tenemos algo que nos da miedo... tú no eres la excepción.

- ¿Dónde está Sara? ¿Quién cojones eres? ¿Qué la habéis hecho?

- Ella está bien... en cuanto a mi...

- ¡Date a conocer maldito demonio!

- Luke... tú no me puedes ver, soy un espíritu...

- ¿Un espíritu?

- Sí...

- ¿Dónde está Sara?.- Grité, estaba furioso, nunca me perdonaría que la hubiera pasado algo por mi culpa.

- Ella... está con mi hija...

- ¿Con tu hija?.- ¿De qué mierda me estaba hablando?

- Ella murió, murió hace mucho tiempo. Ahora es un alma libre, feliz... puedes estar tranquilo, ella estará bien mientras este con Emily.

- Dejate de juegos, dime dónde está.- apreté los puños, tenía ganas de dar un puñetazo a algo o a alguien.

- ¡TE HE DICHO QUE ESTÁ BIEN! No necesitas saber nada más.

- Mira maldito hijo de puta, no sé si esto es real o me estás gastando una broma, pero no me hace ni puta gracia esto. Más te vale que Sara este con alguien mejor que tú.

- Sara está en buenas manos, al contrario que tú...- tres puertas aparecieron delante de mi.- tú eliges, buena suerte.- fui a la puerta de la derecha, entré y me encontraba en un tipo de jardín. Me acerqué lentamente a una piedra que sobresalía de la tierra. Había un cuervo encima de ésta, cuando me acerqué voló sobre la rama de un árbol mirando cada movimiento que hacía.

- Una lápida...- toqué lentamente lo que parecía ser una placa:

Emily Mattew (1980-1986)

Era ella, era la chica que había muerto...

- ¡ALEJATE DE MI!.- Oí gritar a lo lejos, se parecía a la voz de Sara. Si fuera ella no me había gustado nada ese grito.

- ¡Sara!.- Grité intentado que ella me escuchara

- ¡Luke! Ayud...- no consiguió terminar la frase cuando otro gritó de su parte apareció. Juro por mi vida que la sacaré de aquí, aún que me cueste la vida.