Luchando por un amor incierto || L.H [PAUSADA]

Capítulo 49

Desperté, por el sonido de unas voces en la habitación contigua, levanté lentamente, dando algunos pasos hacia el frente mientras me frotaba los ojos. Abrí la puerta de la habitación para salir y ver de quién eran aquellas voces. Agudicé mi oído, era Debby con Kevin. No me debería meter en su conversación, pero, sin embargo, necesitaba oír lo que mi amiga decía al muchacho.

Me acerqué a la puerta y pegué mi oído a ella, el tono de voz iba subiendo según iba avanzando la conversación. Sin ver a Debby, podía notar como movía los brazos enérgicamente, siempre lo hace cuando está enfadada.

- ¡ME DAN IGUAL TUS ESCUSAS! ¿CÓMO PUEDES HABER HECHO ESO?

- Relájate, Deb, estás muy...

- ¡NO ME LLAMES DEB, MALDITO EGOCÉNTRICO DE MIERDA! ODIO TU ACTITUD Y TU FORMA DE PENSAR SOLO EN TI MISMO.

- Está bien, soy un engreído de mierda, un egocéntrico, una mala persona, sí, todo lo que tú digas, pero yo también tengo sentimientos.

- No la supiste conquistar, aprende de una vez que no siempre te van a salir las cosas como tú quieres.

- La supe querer, la supe dar el cariño que se merecía. Si Luke no se hubiera metido en mi camino, nada de esto estaría pasando, Sara sería mía.

- ¿Tuya? ¿¡ACASO PIENSAS QUE ES UN PUTO OBJETO QUE PUEDES POSEER?!

- ¿Y Luke sí? ¿Comiéndose a besos a Sara en mitad del salón, sabiendo que los demás estaban presentes?

- ES SU NOVIA, MALDITA SEA KEVIN, SI SARA FUERA TU NOVIA APUESTO QUE TE LA FOLLARÍAS AHÍ DELANTE.

- No te voy a negar eso, es preciosa.

- Puto pervertido de mierda.- un fuerte golpe sonó y me sobresalté, Danny había dado una bofetada a Kevin.- Arde en el infierno, psicópata.- oí los pasos de Debby aproximarse a la puerta y corrí despavorida a mi habitación. Cerré la puerta de esta, justo antes de que Deb saliera y bajara las escaleras.

Me cubrí con las sábanas e intenté hacerme la dormida, por si alguien venía a mi habitación. De repente, como si me hubieran leído la mente, oí el sonido de la puerta abriéndose.

- Igual que un ángel.- Oí una voz ronca y el sonido de la puerta cerrarse intentando no hacer ruido.- Eres preciosa hasta cuando duermes.- Luke se posicionó encima de mí y me besó, vi inútil seguir fingiendo estar dormida, así que acomodé mis manos en su nuca y le seguí el beso.

- Está es la mejor manera de despertar de una siesta.- sonreí y le volví a besar.

- Tú eres la mejor manera de seguir sonriendo.- Posicionó un beso tierno en mi frente, sonreí como estúpida, le quería demasiado.

- Eres muy cursi cuando te lo propones.- Reí.- ¿Qué hora es?

- Las tres de la tarde.- Se levantó de encima mío.- Vine para avisarte de comer.

- Está bien, dame un momento y voy.- Me levanté de la cama mientras Luke me devoraba con la mirada.

- Dios, deja de provocarme. Eres demasiado hermosa.

- Nadie ha dicho que intentara provocarte, rubio.- reí y me dirigí a abrir la puerta del baño, pero las manos de Luke me giraron, haciendo que quedase pegada entre la pared y su cuerpo.- ¿Quieres pelea rubio?

- Quiero tu cuerpo.- Susurro en mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja, haciendo que soltara un gemido y me pegara más a él.

- Si quieres que sea mala, soy perfectamente buena en eso.- susurré cerca de sus labios, pero no lo besé. Le agarré de las soleras de su chaqueta y lo atraje hacia mi. Rodeé su cuello con mis brazos, esto se estaba saliendo de control.

- Como no pares, esto se va a salir de control.- dijo agitado.

- Me gustaría ver eso.- Reí, las manos de Luke atraparon mi cintura y me elevaron, haciendo que mis piernas rodearan su cintura.

- Dios, Sara, eres perfecta.- saqué la chaqueta de Luke sin dificultad mientras le besaba. Su camiseta dejaba ver sus bien musculados brazos, lo que hacía que mi respiración se agitase más. Luke metió sus manos dentro de mi camisa, acariciando mi cintura. Empezó a besar mi cuello con desesperación mientras yo soltaba algún que otro suspiro. Me encantaba.

- Eh, oye, iros a un puto hotel.- oímos a nuestras espaldas. Me sobresalté y bajé de Luke rápidamente. Miré a la puerta mientras me acomodaba la camisa. Debby, acompañada de Ashton, miraban la escena divertidos, mientras yo enrojecía de la vergüenza. Miré a Luke, el cual no mostraba ningún signo de estar avergonzado, al contrario, mantenía una sonrisa picarona en la cara.

- ¡Iros de mi habitación!.- grité con la cara como un tomate, los dos rieron y salieron rápidamente, cerrando la puerta.

- ¿En qué nos habíamos quedado?.- Susurró volviendo a tomar mi cintura. Este chico era insaciable.

- En nada.- mordí su labio y abrí la puerta del baño, cerrándola justo delante de él. Noté como su risa invadía el cuarto y el sonido de la la puerta al salir. Reí, definitivamente, era insaciable.