23 (parte 2)

3.6K 175 11
                                    

Había esperado este momento desde que comencé a salir con Thomas. Siempre me dije que se daría en el mejor momento, sin apuros, y aunque no esperaba toda una ceremonia, sí pensaba que sería algo privado, íntimo, un poco romántico pero no demasiado cursi.

Pues no se me dio.

Tomé la mano de Thomas y me levanté para seguirlo.

—¿Pasa algo? —preguntó él mientras me sujetaba de la cintura y tomaba mi mano derecha para comenzar a bailar.

Nunca fui muy buena en esconder lo que me pasaba, mis expresiones no me ayudaban, y ese momento no era la excepción.

—¿Soy tu novia? —le solté. No quería que el tema diera vueltas en mi cabeza por más tiempo.

Thomas dejó de moverse y yo también. Me miró a los ojos, casi como buscando la respuesta correcta en los míos.

—¿Te molestó que dijera eso en la mesa? —me respondió con otra pregunta. Suspiré.

—¿Me usaste para sacártelos de encima? —le respondería de la misma manera si eso era lo que él quería.

¿Vacaciones con sus amigos y su novia?

No habíamos hablado nunca de lo que haríamos en vacaciones. Estábamos bastantes preocupados por la universidad a la que iríamos como para planear unas vacaciones todos juntos.

—No —contestó rápidamente.

—¿Entonces...?

—La cagué ¿verdad?

Al parecer no iba a responder mi pregunta sino darme más preguntas.

—Lo siento, tengo que ir al baño —dije soltándome de su agarre.

Me giré y comencé a caminar. No tenía ni idea de donde estaba el baño pero necesitaba estar sola y el baño parecía un buen escape. Luego de andar, y preguntarle a una señora, encontré el bendito baño, pero estaba lleno. Demasiadas mujeres mirándose al espejo y soltando chismes por toda la habitación. Duré poco allí.

No tenía intención de bajar las escaleras para volver al gran salón, así que seguí caminando por el pasillo hasta que llegué a un balcón. Las puertas estaban abiertas y fuera no había nadie. Estar sola era lo que necesitaba así que no dudé en salir.

El aire fresco que provenía del exterior chocó con mi rostro apenas puse un pie en el balcón. Y allí, tomando aire, sola, me puse a pensar y al instante una lágrima cayó por mi mejilla. Estaba sensible y eso empeoró la situación, pronto otra lágrima acompañaba a la anterior.

—¿Brooke? —me limpié rápidamente la mejilla, me giré y sonreí como si no pasara nada.

—¡Bruno! —solté al verlo salir por las puertas del balcón —¿Qué haces aquí? —pregunté.

—Mi padrastro trabaja para la empresa y mi madre me obligó a venir para dar a conocer nuestra familia ensamblada —soltó haciendo una mueca de disgusto —¿Y tú?

—Me invitaron los padres de Thomas y no pude decir que no —contesté y él rió. Yo también, porque su risa era contagiosa.

—Parece que muy bien no te la estabas pasando...

—Solo necesitaba aire y encontré las puertas abiertas.

—Lo de las puertas abiertas me lo tienes que agradecer a mí —dijo mientras me enseñaba un invisible con el que al parecer había quitado el seguro —. Bajé en busca de esto —levantó su mano, mostrándome una botella de vino y una copa —, yo también necesitaba estar solo...

¡NO TE SIENTES CONMIGO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora