18

3K 172 14
                                    

Por primera vez en mucho tiempo no le estaba dando tantas vueltas al asunto y dejé que pasara. Todo era perfecto hasta que mi celular comenzó a sonar. Lo ignoramos y continuamos uno pegado al otro. Thomas bufó cuando lo separé de mí, el celular había vuelto a sonar y ya no podía ignorarlo.

—Hola ma —respondí intentando sonar lo más tranquila y dulce posible.

—¿Dónde estás? —preguntó ella. Por su tono parecía algo molesta —. Te dejé varios mensajes y yo respondiste. Tampoco las llamadas.

—Estoy con Kelly, ayudándola con una tarea y se me olvidó avisarte, perdón —contesté.

—La próxima avísame, ya lo sabes, un mensaje diciéndome dónde estás no te cuesta nada —me reprochó.

—Lo sé mamá —dije sintiéndome culpable —. No volverá a pasar.

—Bien, ahora me voy a la casa de tu tía y luego al trabajo —me avisó —. Recuerda que hoy tienes que cuidar a Rufus, te comprometiste con la señora Pattie así que no tardes.

—Lo sé, estaba por salir de camino a casa, no me olvidé —mentí de nuevo, claro que me había olvidado del gato de mi vecina.

—¿Necesitas que te pase a buscar por lo de Kelly?

—No, no —me apresuré en responder —. Tengo en que volver —miré a mi chofer que me observaba bastante entretenido.

—Bueno entonces te veo a la noche —respondió —. Adiós cariño.

—Adiós mamá —dije antes de cortar la llamada.

—Ahora me llamo Kelly —soltó Thomas sonriendo desde el sillón —¿Por qué no le dijiste que estabas conmigo? Tu madre me ha visto más a mí en el último mes que a tu amiga.

—Me puse nerviosa —solté —. Necesito que me lleves a casa, ahora.

—¿Ahora? —preguntó casi quejándose.

—Tengo que cuidar a Rufus, el gato de mi vecina.

—Los gatos no necesitan que los cuiden —soltó —, son bastantes independientes.

—Pues Rufus no, además está enfermo —resoplé —. Tengo que darle la medicación cada una hora así que Pattie me pidió que lo cuidara por la tarde hasta que ella vuelva del bingo —le expliqué —¿Me llevas a mi casa, por favor?

—Te llevo, pero con nada de ganas —contestó —¿No me puedo quedar con Rufus y tú? —preguntó sonriendo con malicia y alzando sus cejas.

—Pattie tiene cámaras por toda la casa, dudo que le agrade que un desconocido se esté dando vueltas por su casa —reí tan solo imaginármelo.

—Bien, seguiremos luego —contestó abrazándome por la espalda mientras hundía su cara en mi cuello y depositaba un beso —. Si antes no me gustaban los gatos ahora menos —reí al escucharlo quejarse.

Thomas me llevó a casa, quejándose, pero me llevó.

Al llegar dejé todas las cosas de la escuela y me crucé directo a la casa de Pattie, en donde ella y Rufus me esperaban. Me dejó todas las indicaciones y se fue a jugar al bingo con sus amigas mientras yo me quedaba con su querido gato. Pase toda la tarde con Rufus mirando las novelas que pasaban en el televisor de Pattie.

***

—Yo sabía que esto pasaría —soltó Barbara recostada sobre mi cama —¿Y qué son? —la miré confundida —. Brooke no me digas que ahora eres "no me gustan las etiquetas" —me miró preocupada —¿Son novios? ¿Amigos con derechos? ¿Qué son?

¡NO TE SIENTES CONMIGO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora