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Narra Thomas (día lunes)

Estaba en clases de Historia sin prestar atención, como siempre, y escuché al profesor gritar. Dirigí mi mirada hacia él y luego a quienes estaba regañando.

—¡Me cansaron!—gritó en Profesor —. Ustedes dos —apuntó hacia donde se encontraban dos chicas —, se los advertí, si seguían hablado e interrumpiendo mi clase las separaría y eso es justo lo que voy hacer —me reí disimuladamente de la situación.

Yo no era ningún santo, y menos con este profesor, pero ya me había sacado muchos puntos durante el cursado y eso afectaba a mi puesto en el equipo de lacrosse.

Él y el director habían hablado con mi madre, lo que hizo que ella me regalara un sermón más grande que el culo de las Kardashians así que tomé la decisión de callarme en clase y no hacer nada que me sacara puntos, por ahora.

Escuché como las chicas se quejaban y rogaban al profesor que no las cambiara. Pobre de ellas. Se la pasaban hablando, o eso vi la última semana cuando "prestaba un poco más de atención".

—Johnson —me llamó el profesor —, siéntese con la señorita Williams.

¿Williams? Si mal no recuerdo era una de las amigas de Jack (un amigo de lacrosse) y por lo oído era bastante aplicada. Sentarme con ella sería un punto a favor en esta clase, tendría todo aprobado.

Asentí y me puse de pie, tomé mis cosas y me senté en mi nuevo lugar. Minutos después el profesor nos dio un trabajo para realizar en parejas.

—Bueno, puedes empezar —hablé por primera vez desde que me senté con la chica —. Cuando termines me avisas —tomé mi teléfono y comencé a revisar los mensajes.

—¿No piensas hacer nada? —preguntó ella.

Era la primera chica que me preguntaba eso, todas las demás ya sabían cómo era. Yo les daba un poco de atención, ellas ponían mi nombre en los trabajos y listo, los dos felices.

—Hoy no tengo ganas —le dije. Me acomodé mejor en la silla con la intención de volver mi atención al celular.

—Ni pienses que voy a hacer todo sola —soltó haciéndose la dura.

Solo me dediqué a levantar una ceja y le sonreír de lado. Luego volví mí atención hacia mi teléfono.

Era obvio que iba a poner mi nombre en el trabajo, por más que no haya ayudado en nada. Luego de un rato sonó la campana y salí de allí. Me salté algunas clases y cuando me di cuenta ya era hora de salir.

***

Al otro día

—¡Thomas levántate de una vez que vas a llegar tarde a la escuela! —gritó mi madre.

—¡Ya me levanto! Solo cállate —gruñí.

—No me hables así jovencito —contestó ella —.En menos de diez minutos te quiero abajo —sin más cerró la puerta de mi habitación. Pesada.

Me vestí todo de negro y me puse unas zapatillas rojas. Cuando terminé de prepararme, bajé y me dirigí hacia la cochera en busca de mi auto. Comería algo en la escuela. Una vez dentro lo puse en marcha para salir de allí y dirigirme al colegio, minutos después llegué.

De camino a la entrada me encontré con Jack y Ben.

—¿Cómo estás Johnson? —saludó Ben.

—Todo bien hermano —le contesté.

—Buenas McCann —dije mientras le daba un saludo de manos a Jack.

—¿Qué hay Johnson? —respondió el rubio —¿Fuiste a la fiesta de Luke?

¡NO TE SIENTES CONMIGO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora