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La mañana había pasado rápido, para mi suerte, y ya era hora de ir a casa. Salí y mi vista se dirigió hacia el estacionamiento en busca del auto rojo de mi amiga. Bárbara se encontraba apoyada sobre su "bebé", así le decía ella.

—¿Nos vamos? —pregunté al llegar a su lado.

—Oh si, te estaba esperando —me respondió ella — Sube a mi bebé —soltó admirando, con una gran sonrisa, su auto. Yo solo rodee los ojos. Por lo menos tiene auto, no como yo.

Llegamos a mi casa y Bárbara se estacionó en la parte de la cochera. Hoy estaríamos solas todo el día ya que mamá trabajaría hasta tarde.

Se preguntaran si tengo hermanos... Pues si los tengo, dos de hecho, una hermana y un hermano, pero son mayores y ya no viven con nosotros. Mi papá se la pasa en viajes de negocios, así que lo veo poco y mi mamá trabaja en una oficina del centro, haciendo lo mismo que mi padre pero sin viajar, lo dejó por un tiempo para estar conmigo en casa.

Entramos a la casa y fuimos directo a los grandes y cómodos sillones.

—A partir de hoy las clases de historia van a ser el doble de aburridas —habló Bárbara —, aunque mi nueva compañera no está tan mal ¿Qué hay del tuyo? —preguntó —. Lo que sí sé es que está hecho un bomboncito.

—Por lo menos a alguna de las dos no le va tan mal —me puse de pie para tomar el control del televisor —. El "bomboncito" es un completo idiota, creo que con el más grande que me he topado.

—Bueno pero quitando que sea idiota ¿me vas a negar que está lindo? —dijo con una mirada pícara.

—A ver no exageremos, aunque hay que aceptar que no es tan feo... —dije —pero eso no le saca lo idiota.

Dicho eso me volví a sentar en el sillón y prendí el aparato frente a nosotras.

—Claro, como digas. Acá hay alguien que no quiere admitir que el chico se parte en dos —dijo apuntándome mientras reía bajo.

—¿Sabes lo que hizo hoy el muy idiota? —okey repetía mucho idiota, pero es que él lo era —. Me mandó a hacer toda la tarea a mi sola ¡y pensaba que le iba a poner su nombre! Pff sí, diez veces.

—Ya sabes, él está acostumbrado a eso, que todas las chicas le hagas la tarea y no digan ni "A" —soltó sacándome el control remoto de la mano —. Me alegra que hicieras eso, aunque no creo que él lo deje pasar, así que suerte mañana —y comenzó a reírse.

Dejando el tema a un lado decidimos pasar toda la tarde viendo películas y comiendo hasta que se hizo tarde y Bárbara tuvo que irse. No tenía nada que hacer y mi madre llegaría en unas horas así que pasaría el rato leyendo algún libro en mi habitación.

—¡Brooke, llegué! —se escuchó la voz de mamá desde la planta de abajo —¡Traigo pizza!

Iba por la mejor parte del libro pero mi estómago rugía del hambre que tenía ¡Además era pizza! ¿Quién en su sano juicio le dice que no a la pizza?

Bajé corriendo, saludé a mi madre y empezamos a comer está maravilla del mundo que se hace llamar pizza ¿exagero? nah.
Terminé y subí a mi habitación para irme a dormir ya que era tarde. Mañana sería un largo día, lo presentía.

El ruido de la alarma hizo que despertara. Abrí los ojos lentamente hasta que se acostumbraron a la luz del día. Tomé mi celular y miré la hora, tenía tiempo para prepararme tranquila, no como el día de ayer.

Al terminar bajé, ya con mi mochila, y desayuné con mamá. Luego ambas salimos de la casa y nos despedimos, ella tomó su auto y se fue rumbo al trabajo.

¡NO TE SIENTES CONMIGO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora